Capitulo 17 - Tercer día, Domingo.

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Tomamos unas toallas y fuimos a ducharnos. Todo era mucho raro llevándonos bien que llevándonos mal, quizás estaba acostumbrado a sus gritos e insultos.

-¿Quién primero? –Pregunto ___.

-Tengo una idea –Sonreí.

Ella me observo confundida.

-Ven –Le dije mientras entraba a la ducha. Cerré la puerta y colgué nuestras toallas en la muralla. Quizás el lugar era muy estrecho para ambos, pero lo suficientemente espacioso para movernos.

-¿Qué haces? Yo no me voy a desnudar aquí –Dijo casi horrorizada.

-Yo tampoco –Rio –Con traje de baño es más fácil y si tú me ayudas yo te ayudo con el champo y lo demás sería mucho más rápido.

Ella entrecerró sus ojos poco convencida.

-Está bien –Accedió.

Sonreí tranquilo.

Estábamos con traje de baño, ella con su bikini y yo con mi short. ___ se puso a mi lado y gire la manilla del agua, salió un corro de agua helada y ella grito poniéndose atrás de mí. La quede mirando en silencio y ambos reímos al mismo tiempo. Regule el agua hasta que salió lo suficientemente caliente para nuestro gusto. En cualquier otro caso habríamos estado discutiendo sobre el estado del agua o porque ocupaba su mismo oxígeno.

Me metí bajo el agua para mojarme el cabello y luego ella, sonreí en silencio al verla sonreír y ver su rostro de tranquilidad en vez de ese rostro de insatisfacción.

Le pase el champo y ella aplico en su mano derecha y luego se puso en puntilla para aplicarlo en mi cabello, sonreí en silencio y me encorve un poco.

-¿Y si me pongo de rodillas? –Bromee.

-¿Lo harías? –Pregunto poniendo sus manos en mis hombros.

-Solo bromeaba –Respondí.

-Ya, arrodíllate –Me empujó hacia abajo.

No podía creerlo, estaba de rodillas dejando que ___ me lavará el cabello y yo ayudándole para que se le hiciera cómodo.

Ella se puso delante de mi dándome la espalda y dejo caer su cabello hacia atrás. Se veía tan sexy toda mojada. Ya basta de pensar estupideces Finn, después tendrás sueños eróticos.

Trate de lavarle el cabello lo mas delicado posible y ella me ayudo bastante.

-¿Y si te subes a un banquito? –Me burle.

-No –Rio.

Cuando terminamos, caminamos hasta la cabaña. Llevándonos bien y cediendo en cualquier aspecto era todo mucho más fácil, hasta vestirnos.

Ella se vistió primero y luego yo y mientras estábamos en mi habitación nos pusimos a conversar.

-¿Ahora todo mejorara? –Pregunte inocente.

-¿En qué sentido?

-En el sentido de que no discutiremos ni nos gritaremos.

-Eso espero –Respiro profundo.

-¿En serio piensas que llevarse bien conmigo es tan malo? –Pregunte con mis ojos entrecerrados.

-Por supuesto que si –Respondió irónica.

-Ya lo veremos –Sonreí.

-Bueno, pero tratemos de estar bien. De verdad no quiero pelear más, ayer llegue a mi límite. Realmente quiero estar en paz.

-Así será –Sonreí mirándola.

Ella me sonrió sin despegarme la mirada.

Desayunamos conversando y todos a nuestro alrededor nos miraban de forma extraña, quizá ellos también estaban acostumbrados a vernos pelear todos los días o ignorándonos.

Eres mio imbécil (Finn Wolfhard y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora