𝑳𝒊𝒃𝒓𝒐 1: 𝑰'𝒍𝒍 𝒂𝒍𝒘𝒂𝒚𝒔 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒃𝒂𝒄𝒌
𝑳𝒊𝒃𝒓𝒐 2: 𝒀𝒐𝒖 𝑪𝒂𝒏 𝑪𝒓𝒚 𝑰𝒏 𝑴𝒚 𝑺𝒉𝒐𝒖𝒍𝒅𝒆𝒓
Aunque sean, pequeños, los momentos en que un niño puede ser un niño.
En que, estés sonriendo sin recordar los problemas.
Que...
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Capítulo 4: Problemas
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Tony aun seguía con los papeles en mano, donde tenían en cada punto:
Por que debían capturarse los mutantes y tenerlos en el registro.
Esto era malo, demasiado malo. Ya habían mutantes huyendo por los nuevos acuerdos implementados, que todavía no sabía a ciencia cierta como lo sabían. Pero tampoco los clasificaba de idiotas, ellos mismos llegaron a una deducción, una muy acertada.
Antes estaban estos acuerdos implementados, pero al parecer le pusieron más énfasis desde la huida de los fugitivos y los accidentes de los mutantes fuera de control que se han dado las últimas semanas.
Dejó salir el aire tenso, para intentar relajarse. Leer esta cosa lo hacía recordar que Peter, era un mutante, un alterado o super humano. Como sea que quieran llamarlo, pero lo era.
Daba gracias al cielo de que el niño no ha salido a patrullar, pero ahora esta en la escuela, podría decir cualquier excusa para no asistir a una clase para hacerce el héroe lo que no era malo pero, era malo si intentaban capturarlo.
Sintió una mano en su hombro y miro a su amigo, que traía dos hot-Dog en la otra mano.
—¿Todo bien?—preguntó Rhodey ofreciendo el hot-Dog.
—¿Qué tu crees? Es un maldito estrés—le comentó mientras agarraba la comida y le daba un mordisco.
Estaban algo disfrazados a la mitad de una plaza casi vacía, en todo lo que encontraron en D.C. Rhodey fue quien dio la idea después de esa horrible reunión, con los nuevos acuerdos.
—No te lo niego. Un maldito estrés, cabe en toda la palabra—comentó Rhodey comiendo su comida.
Tony puso los papeles debajo de su brazo y miro a su amigo—Estoy en blanco. Si no digo algo para que cambien algo de las palabras de aquí, muchos mutantes quedarán encerrados como animales.
Rhodey bufo—No te creiste lo que dijo Ross, "para darle una manera de vivir más pacífica y placentera, con nosotros".
Tony mordió con más fuerza su salchicha—Soy sordo cuando lo quiero, pero todo lo que dijo ese imbécil era una mentira.
Rhodey sonrió comprensivo—¿Y ahora que?
—Creo que... No se. Lo único que tengo en mente es al niño araña, no quiero que Ross le ponga las manos encima—Tony suspiró con pesadez—No se si dejarlo vivir más tiempo en casa.
