𝑳𝒊𝒃𝒓𝒐 1: 𝑰'𝒍𝒍 𝒂𝒍𝒘𝒂𝒚𝒔 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒃𝒂𝒄𝒌
𝑳𝒊𝒃𝒓𝒐 2: 𝒀𝒐𝒖 𝑪𝒂𝒏 𝑪𝒓𝒚 𝑰𝒏 𝑴𝒚 𝑺𝒉𝒐𝒖𝒍𝒅𝒆𝒓
Aunque sean, pequeños, los momentos en que un niño puede ser un niño.
En que, estés sonriendo sin recordar los problemas.
Que...
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Capítulo 27: Momento de diversión
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Unos de los soldados terminaba su ronda e iba a almorzar. Saco su almuerzo de su casillero y lo dejo en la mesa que había en el lugar. Era una gran sala con todos los casilleros del personal de soldados. Habían otros y otras quienes también venían a comer.
El hombre levantó su vista al techo al escuchar algo, pero solo veía el conducto de aire y nada más. Sacudió su cabeza y fue agarrar su almuerzo.
No estaba.
—¡Hey! Muy gracioso. Regresen mi almuerzo.
Sus compañeros lo vieron extrañado.
—No me miren con esas caras. Denme mi comida.
—No se de que hablas—le contestó una de sus compañeras.
—Debe ser que lo pusiste dentro de tu casillero. Menso—le dijo su otro compañero.
El los miro super ofendido—Por la- ¡regresen mi comida!
—¡Dios, que necio, no tenemos tu-! ¡AHHHHH!
La bolsa de comida flotaba encima del soldado y este al darse corriendo se alejo rápidamente cayendo gracioso en el piso. Todos los soldados intentaron ponerse en modo defensa pero, ¿que diablos iban a hacerle un fantasma?
Hasta que escucharon unas risas.
—Joven Harley, no es de buena educación que le haga estas bromas al personal del Sr. Stark—hablo la I.A dejando confundidos a los presentes.
Y de ahí apareció. Una armadura parecida al del jefe pero con diferencias, como que era un poco más pequeño, que tenía colores en negro, anaranjado y algunos brillos en azules.
El casco del chico mostró su rostro y miro al techo con reproche—¡oh! ¡Vamos Fri!
El chico miró a los soldados y les sacó la lengua antes de volverse invisible ante los presentes, que solo sintieron una brisa a su lado cuando supieron que se fue realmente. Los soldados quedaron medio molestos y asustados. Nunca escucharon cuando entró. Esos niños dan miedo.
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En el ala científico, algunos empleados estaban con sus propios proyectos. Una mujer estaba mezclando algunos químicos y los dejó aparte para anotar. Nunca se dio cuenta que empezaron a flotar de la nada solo hasta que se volteo y chillo por ello. Sus compañeros quedaron iguales que se pegaron a sus propios escritores.
De eso apareció Helen quien consternada por escuchar los gritos fue a ver que pasaba. Abrió los ojos al ver los objetos volando. Puso sus manos en jarras.
