𝑳𝒊𝒃𝒓𝒐 1: 𝑰'𝒍𝒍 𝒂𝒍𝒘𝒂𝒚𝒔 𝒉𝒂𝒗𝒆 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒃𝒂𝒄𝒌
𝑳𝒊𝒃𝒓𝒐 2: 𝒀𝒐𝒖 𝑪𝒂𝒏 𝑪𝒓𝒚 𝑰𝒏 𝑴𝒚 𝑺𝒉𝒐𝒖𝒍𝒅𝒆𝒓
Aunque sean, pequeños, los momentos en que un niño puede ser un niño.
En que, estés sonriendo sin recordar los problemas.
Que...
Helen observó al androide quien regresó a la apariencia humana a la cual se adaptó, le era increíble como esta creación sintética tuviera tales habilidades. Miró la frente de este donde se oculto rápidamente la gema que ofreció un leve brillo antes de ser ocultado.
Visión sólo miró sus manos, las abrió y cerró como para sentir la movilidad de ellos. Solo hicieron leves cosas, movilización y análisis mental. También Helen verificó si algo estaba anormal en su cuerpo por la comida ingerida, pero no, Visión no tenía ningún problema. Su digestión estaba perfecto como un humano real.
—No, no hay nada.
—Espero estés seguro sobre ello.
Visión se sintió algo entumecido y miró a otro lado. Helen suspiro y dejos sus cosas a un lado.
—No soy lo suficientemente capaz de hacer esta clase de citas. Pero al igual que Tony, necesitas ver a alguien-
—Incluso si no soy-
—Visión ahora mismo tienes la apariencia de un humano, cualquiera pensaría que eres una persona normal y corriente.
El androide miró a la mujer de facciones asiáticas, sólo tenía una mirada seria pero no era dura para hacerlo sentir incómodo, se sentía normal.
—Yo, no lo se... Por ahora me siento mejor, no eh tenido-
—¿ataques de pánico?, Visión ya conozco a Tony cuando tiene alguno y tu tienes un rostro cansado al igual que a veces muestra.
Visión abrió los ojos—¿E-enserio? ¿Así parece? ¿Tengo una expresión similar? Pero no soy legítimo hijo de él o algo parecido.
—Pero eres su creación niño robot—ella sonrió por un leve sonrojo que se mostró en el androide. Quizás haste este no se daba cuenta de ello. Lo analizó nuevamente con la mirada.
Su cabello ondulado, medio castaño claro, casi rubio, piel morena, ojos caramelos. Si, parecía una rara combinación de todos.
—¿de dónde sacaste la idea de tu apariencia?
—Yo... No tengo idea. Solo quede con esta apariencia.
Helen le dio curiosidad—Oh, ¿y puedes cambiar tu apariencia? Me refiero, si lo puedes hacer a tu antojo.
