09「Promesa」

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Los segundos pasaban y mi ansiedad aumentaba. Sólo habían llegado tres chicos más y se encontraban en muy mal estado. Miré el suelo buscando alguna razón que no haya sea un fueron devorados. Mis ojos comenzaron a picar.

Al parecer Tanjiro se había percatado de mi estado y puso su mano sobre mi hombro, tratando de brindarme un poco de consuelo.

¿Acaso yo era tan débil? ¿Tanto que no pude protegerlos a todos los chicos que salvé...?

Aún recordaba cómo algunos huían dejándome sola, encargándome del demonio con el que anteriormente se habían enfrentado.

Mordí mi labio inferior con rabia. No me molestaba lo que hicieron, me molestaba que todavía no habían llegado.

Por favor dios... déjalos llegar aquí...

Pero nadie más llegó.

—Bienvenidos de vuelta —Habló Kiriya.

—Felicitaciones por haber pasado la prueba.

—Estar sanos y salvos es mejor que cualquier otra cosa.

Volví a buscar con la mirada a los demás, pero no se escuchaba nada más que los murmullos de Zenitsu sobre su cercana muerte. Un que otro canto de los pájaros y nuestras respiraciones.

—¿Y ahora qué hacemos? ¿Qué hay de la espada? —Habló el chico de la enorme cicatriz, pero no le respondieron.

—Primero deberán pagar el costo del uniforme. Se les tomarán sus medidas para realizarlos y su rango será grabado —Comenzó a explicar Kanata.

—Existen en total 10 rangos, desde el décimo al primero. Actualmente ustedes se encuentran en el décimo, deberán esforzarse para comenzar a avanzar pues están en el nivel más bajo.

—¿Y la espada? —Volvió a preguntar el mismo chico.

—El día de hoy ustedes podrán elegir un pedazo de Tamahagane, sus espadas estarán completas a partir de 10 a 15 días. Además, a partir de ahora los acompañará un cuervo kasugai el cual los mantendrá informado acerca de una nueva misión.

Dicho eso, siete cuervos bajaron hacia nosotros y se posaron en nuestros hombros o brazos. Miré a Zenitsu, en su mano tenía un pequeño gorrión. Su rostro era de confusión pura y me acerqué a él.

—Que adorable —Acaricié con mi dedo su pecho y este aceptó el cariño con gusto.

—Estarán con ustedes hasta el final. Espero que puedan llevarse bien con estos.

Miré mi cuervo, había algo especial en él lo presentía. Poseía unos profundos y oscuros ojos rojos, justo como los míos. Sonreí inconscientemente mientras de misma forma que hice con el pequeño gorrión, acaricié su pecho y aceptó el acto.

—Espero nos llevemos bien —Murmuré.

El sonido el graznido y aleteo de un cuervo llamó mi atención. El chico de la cicatriz había ahuyentado el cuervo con su brazo y se mostraba enojado.

—¡No me interesa un maldito cuervo! —Gritó.

Sentí como su acto haya prendiera una pequeña mecha que haría explotar mi ira. Tras haber golpeado a la pequeña Kanata la tomó del cabello alzándola para verla a la cara y gritarle.

—¡¡Lo que quiero es la espada!! ¡Dame la maldita espada que cambia de color! —Gritó—. ¡¡Dámela!!

La sangre comenzaba a hervirme, esa pequeña niña era muy linda como para ser tratada así. Sin pensarlo lo tome del brazo viéndolo fijamente.

Crystal world 「Kimetsu no Yaiba」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora