01「Cuando la nieve cae」

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El frío de la noche me acompañaba a todos lados, su frialdad abrazaba con fuerza mis pulmones evitando mi correcta respiración. Me dolía respirar, me dolía caminar. Prefería morir en este lugar a volver con aquel hombre.

—Sabes que es imposible huir de mí, Kessho.

Al mirar hacia arriba, me encontré con sus profundos orbes sangrantes y apagados.

—En algún momento de tu vida, tenías que saber la verdad y lo que realmente eres.

Desvíe la mirada mordiendo mi labio inferior, tratando de acallar mis sollozos. Su mano fue posada con delicadeza en mi cabeza, no podía sentir calor no podía sentir su supuesto amor que decía tener.
Solo había frialdad.

—Yo no soy como tú, asqueroso monstruo.
Respondí con voz temblorosa.

Escuché un suspiro por su parte, lentamente retiró su mano.

—No te preocupes, Kessho.

—¿¡...?!

Mi respiración se cortó y poco a poco mis pies dejaban de tocar el suelo. Lo miré, aquella suave sonrisa que siempre me brindaba cuando era niña estaba esculpida en su pálido rostro.

—Pronto sólo le harás caso a tu papá, le servirás a tu papá y nunca te alejaras de él.

¡No...! Por favor... ¡no!

—Mi linda Kessho... Tú mamá está orgullosa de ti, no sabes cuánto.

—Descuida, tu dolor solo durará unos segundos. Después de esto estaremos juntos para toda la eternidad.

Mi visión era cada vez más borrosa, el dolor punzante de algo que era enterrado en la parte posterior de mi cuello era inmensa. Ahogué un grito por mi falta de aire.

Lo vi a los ojos, lo único que me diferenciaba de mi madre eran mis ojos rojizos y mi pálida piel. Sonreí inconscientemente y me desvanecí.

Recordé aquellos momentos que pasaba con ambos, papá nunca salía de casa durante el día pero de noche siempre me llevaba a la ciudad a cenar con mamá íbamos a los festivales y siempre llegábamos antes del amanecer.

Mi madre lo amaba con intensidad y ahora me preguntaba cómo se pudo enamorar de un demonio como él.

Tenía frío, temblaba y no tenía fuerza alguna. Ya no quería sentir nada más que algo de calidez.

—losiento...

Mi cabeza me estaba matando, mi respiración era agitada y mi cuerpo temblaba

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Mi cabeza me estaba matando, mi respiración era agitada y mi cuerpo temblaba... sin embargo ya no tenía frío.

— ¡Ah, mamá está despertando! —Escuché una suave voz la cual retumbó en mis oídos.

Solté un quejido y traté de abrir los ojos. Mis párpados pesaban demasiado, tanto que me costaba abrirlos por completo.

— ¡Nezuko, trae un vaso de agua por favor!

Crystal world 「Kimetsu no Yaiba」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora