12「Ilusión」

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El hombre se despidió de mí diciéndome que estaba feliz de haberme conocido y que en cualquier caso que la espada sufriera algún daño lo llamara especialmente a él, que la arreglaría sin problema alguno.

Porque había varios de sus compañeros, que eran un tanto especiales en cuestión a las espadas.

Retiré por fin el vendaje y se comenzó a regenerar mi mano derecha. Gemí de dolor, pues siempre que tenía que hacerlo sentía como me cortaban y crecían partes nuevas. Algo incómodo.

Abrí y cerré mi puño una y otra vez para rectificar que todo volvía a estar en orden. Era correcto, mi cuerpo estaba nuevamente completo.

Miré la espada que estaba recargada en una de las paredes, me acerqué a ella y la tomé. Por obvias razones no iba a blandirla dentro de la habitación, probablemente crearía un desastre y era lo que menos quería en este momento.

—¿Kessho? —Volteé a la puerta que estaba abierta, Tokitou me veía sin expresión alguna—. Ah, vinieron a dejarte tu espada.

—Sí —Respondí sonriente mientras me acercaba a él y se la mostraba con entusiasmo—. ¿No crees que es sorprendente? Una espada tricolor, ¡Higashikata-san me dijo que era algo completamente nuevo!

—Vaya —La tomó—. Es... linda.

Asentí con emoción. Él me la devolvió y la volví a meter en su funda.

—Por cierto, ¿Qué pasa? Es nuevo que vengas a mi habitación, ¿Vamos a entrenar?

—No. Ya tuvimos nuestro último entrenamiento. ¿Lo recuerdas, verdad? Oyakata-sama dijo que en cuanto llegara tu espada nuestro entrenamiento acabaría.

—Ah... Es verdad —Respondí avergonzada, rasqué mi brazo con incomodidad—. Entonces ¿qué es?

—Tu cuervo —Se hizo a un lado y Eita entro a la habitación, comenzando a girar en círculos—. No ha dejado de hablar durante todo este rato, es muy ruidoso.

—¡Ah, lo siento mucho Tokitou-san! —Hice una reverencia—. ¡Eita, ey! ¡Eita! —Llamé al cuervo y este bajó a mi brazo—. Discúlpate con Tokitou-san por favor...

—¡Cristalcaw ¡Cristal tiene caw una misión!

—¿Una misión...?

—¡Al oeste, un demonio ataca a todo un pueblo!

Se veía un poco agitado, así que comencé a acariciar su pecho buscando tranquilizarlo.

—¿Cristal? —Preguntó Tokitou.

—Mi nombre, Kessho significa cristalizado, cristal o cristalino —Reí, Eita se había calmado y disfrutaba del cariño que le daba—. Aunque le dije ya varias veces que me diga Kessho, siempre me termina diciendo Cristal.

—Interesante —Se acercó a nosotros y acarició la cabeza de Eita, al parecer le gustó tener aún más atención que emitió un graznido de felicidad—. Por lo que veo a tu cuervo también le encantan los mimos.

—Algo así... ¿También? —Él asintió.

—A mi cuervo le encanta que le rasque su cuello, es su punto débil.

—Ya veo —Reí, por unos segundos pude ver una curvatura en los labios de Tokitou, como si sonriera una vez más.

—Ya veo —Reí, por unos segundos pude ver una curvatura en los labios de Tokitou, como si sonriera una vez más

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Crystal world 「Kimetsu no Yaiba」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora