15「Asakusa, la ciudad de las mil luces」

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—Entonces irás por tus cosas a donde vivías anteriormente. Estoy enterada que no estabas viviendo con Kibutsuji ¿verdad?

—Ah sí... Al escapar de casa llegué a donde vivía una linda familia...

—¿Dejaste alguna cosa con ellos? —Asentí—. ¡bien! Entonces no habrá ningún problema. Ve allá y regresa, ¿de acuerdo? En cuanto estés aquí nuevamente te entrenaremos para tu aliento.

Tras decir aquello, cerró la puerta en mis narices. Había estado viviendo aquí apenas tres días y me daba cuenta lo realmente tenebrosa que era Shinobu cuando se enojaba, tenía un toque tan dulce sin embargo era muy en el fondo una loca sádica total.

Conocí a tres niñas y una chica. Sumie, Kiyo, Naho y Aoi. Creo que me llevaba bien con ellas, ya que eran muy amables conmigo y siempre me apoyaban en cualquier cosa que requería.

Y ahora estaba yo, aquí afuera de la finca mariposa muriendo de hambre porque apenas eran las 7 de la mañana y Shinobu me había levantado para que me fuera a hacer la misión. Mi estómago gruñó y estuve a punto de tocar la puerta, pero me logré contener. No quería parecer una abusiva.

—Supongo que... me iré... —Di una última mirada a la finca y comencé a caminar.

Le había mentido a la pilar, no tenía nada en casa de los Kamado. Era obvio ¿Quién se lleva sus cosas cuando tenía que huir? No sería algo como...

"Papá me iré de la casa porque me das miedo y asesinaste a mi mamá" él respondería "De acuerdo Kessho lleva un suéter, pero recuerda que siempre estaré detrás tuyo estés donde estés" y yo con un "Me parece bien, te odio" "Jaja sí, y la familia con la que te quedes la asesinaré"

Un escalofrío recorrió mi cuerpo ante aquella ridícula y bizarra escena que había imaginado. Iría al lugar donde nací y crecí, Asakusa. Sólo esperaba que Shinobu no se enterara que mi intención de ir allí era ver a ese hombre y que me explicara ciertas cosas que me daban vueltas en la cabeza desde hacía tiempo.

Llevaba mi uniforme y espada principalmente por si en el camino Eita me avisaba sobre una nueva misión. Había días donde me gustaba ser precavida y hasta meticulosa, uno de esos días era hoy, por ejemplo.

Mi estómago nuevamente volvió a gruñir de hambre, necesitaba comer algo, pero ¿Dónde hacerlo cuando estás en medio de la nada en camino a ver a tu progenitor? Solté un quejido seguido de un gruñido.
Esto iba a ser realmente agotador, mis fuerzas se acabarían y seguramente me desmayaría a mitad de un camino.

—Eita... —El cuervo bajó a verme—. ¿Hay algún pueblo cerca, dónde pueda comer algo...?

—¡Negativocaw!

¡Iba a ser demasiado complicado!


Mi estómago por novena vez en el día volvió a gruñir

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Mi estómago por novena vez en el día volvió a gruñir. Miré a mi alrededor y ahogué un chillido de felicidad.

¡Estaba cerca, era más que obvio!

Crystal world 「Kimetsu no Yaiba」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora