38「Amargas sensaciones」

2.1K 303 150
                                    

—O... Oyakata-sama... Esto... por favor eh...

Me golpeé mentalmente, no podía entrar a su habitación y pedirle así que me ayudara a darle mejor vida a aquel pequeño niño que había encontrado en el bosque abandonado.

—Bien —Tomé aire y agarrando la mano de Kiiro entré a la habitación, pero con solo un paso me intimidé—. di... disculpe...

—¿Kessho-chan? Ya estás de nuevo aquí, me alegra oírte.

—ah... sí... esto...

—Supongo que tendrás una explicación.

—¡¡SÍ!! —Grité accidentalmente y tomé al pequeño Kiiro de los hombros poniéndolo frente a mi—. ¡Él es Ibanai Kiiro, lo encontré en un bosque lejos de aquí!

—Es un pequeño niño, esta sucio y parece tener miedo —Completó Kiriya que estaba al lado de su padre.

—¡Oyakata-sama, permítame cuidar de Kiiro-kun! Al menos... por ahora... esto...

Me avergoncé y bajé la mirada escondiéndome detrás del pequeño cuerpo del pelirrojo.

—De acuerdo, Kessho-chan. Kiiro-kun, acércate por favor.

Él me vio indeciso, pero asentí empujándolo levemente hacia Kagaya. Él tragó en seco notoriamente nervioso.

—¿sí...?

—Disfruta tu estadía aquí, mi niño.

—Muchísimas gracias, Amane-sama —Hice una rápida reverencia ante la mujer de cabello blanco que salía del baño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Muchísimas gracias, Amane-sama —Hice una rápida reverencia ante la mujer de cabello blanco que salía del baño. Ella no respondió, solo me brindó una cálida sonrisa y se dirigió a la cocina—. Ven, Kiiro-kun, vamos a darte un baño.

Lo cargué con mis brazos y cerré detrás mío. No me fijé que el pelinegro me veía atento desde el pasillo.

—Déjame ayudarte, Kiiro-kun.

Con cuidado comencé a retirar la única prenda que portaba, una especie de bata ya sucia y rasgada en varias zonas. Su flacucho cuerpo me causó escalofríos, ¿por qué un pequeño niño tendría que pasar por cosas tan horribles como el abandono y la hambruna?

Lo senté en la pequeña silla de baño y le tiré un cubetazo de agua, levemente retiró una capa de suciedad de su cuerpo.

Tomé el jabón y comencé a frotarlo en su enmarañado cabello creando la suficiente espuma como para pasar nuevamente el agua sobre su cuerpo. Su cabello sucio había tomado ahora un fuerte y brilloso color, sonreí al verlo tan sorprendido.

—onee-chan, ¿cortarías mi cabello?

—Sí, lo haré. Pero después que comas algo ¿sí?

—gra... gracias...

Aquella pequeña timidez había vuelto y era adorable ver que, a pesar de sus ojos seguían sin brillo podía ver un pequeño sonrojo en sus todavía sucias mejillas.

Crystal world 「Kimetsu no Yaiba」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora