39「Pensar en ti」

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Era la hora por fin de ir al Butterfly State, Rengoku me acompañaría y si era necesario me llevaría a la ciudad para comprar algunas cosas para Kiiro.

—Muchas gracias, Rengoku-ani.

—¡No hay de qué, biKessho! Soy feliz de ayudarte y ayudarlo a él.

Sonreí de lado sintiendo mis mejillas sonrojarse levemente. Rengoku era como el hermano mayor que siempre quise, alguien energético que nunca se rendía y era tan... brillante.

Si bien Tanjiro me veía como su hermana menor, yo no podía verlo como un hermano mayor. No quería hacerlo, me negaba y seguiría con mi terquedad hasta el fin de los tiempos. Tanjiro no es y nunca será un hermano mayor.

Porque no quiero esos sentimientos fraternales, quiero unos más profundos y apasionados.

Quiero que Tanjiro me deje de ver como una hermana menor y me viera como quien era, una chica que tenía sentimientos confusos hacia él.

No habíamos salido todavía a pesar de que ya nos habíamos despedido de Oyakata-sama. Estábamos esperando al pilar más joven de todos, cada vez se hacía tarde y quería aprovechar el día si iríamos a la ciudad.

—No te desesperes biKessho, ha de llegar en cualquier momento.

Me crucé de brazos esperando al muchacho, después de diez minutos esperando me enojé y entré nuevamente a la sede para sacarlo (si era necesario) de las largas greñas que cargaba.

Abrí la puerta de su habitación sin tocar, y me acerqué al muchacho que se estaba apenas abrochado su uniforme.

—¡¡Muichiro!! —Grité molesta, él volteó su cuerpo para verme, su rostro seguía tan inexpresivo como siempre—. ¿¡Qué esperas?! ¡Hemos estado parados por más de diez minutos!

—Ah.

—¡¡Nada de "ah", tú enano...!!

Tras decir eso él me miró mal y se acercó a mí a paso firme, tragué en seco al darme cuenta de las palabras que accidentalmente había soltado sin siquiera disculparme. Me empujó haciendo que chocara contra la pared y se posicionó frente mío dejando sus brazos al lado de mi cabeza. Me sentí intimidada ante su cercanía y además...

¡¡Termina de abrocharte tu uniforme!!

Tragué en seco desviando la mirada a un punto que no fuese su rostro.

—Repítelo.

—¿Re... repetir qué, Tokitou-san...?

—Repítelo.

Comencé a sudar y a ponerme aún más nerviosa, dejando de lado su cercanía y su pecho semidesnudo, había metido la pata al decirle enano cuando la enana aquí era yo.

—¡biKessho, ¿Ya tienes a...?! —El flameante hombre entró a la habitación sonriente, cuando nos vio su sonrisa se mantuvo pero se notaba la incomodidad del ambiente—. Estos jóvenes de hoy, ¡disculpen la molestia!

—¡¡E-espera...!! ¡¡Rengoku-ani!!

!! ¡¡Rengoku-ani!!

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Crystal world 「Kimetsu no Yaiba」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora