37「Quédate conmigo」

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Finalmente, la reunión de los pilares había terminado.

Oyakata había aceptado en dejarme seguir subiendo los escalones poco a poco para convertirme en un pilar y estaba más que satisfecha con aquello.

Aquella pequeña junta rápido había sido muy tensa y estresante para mí, quería pensar que era porque esa había sido mi primera vez y no porque estaba mentalmente inmadura para entender aquellos términos tan rápidos y extraños que ocupaban de vez en cuando.

No entiendí absolutamente nada...

Meneé mis pies, miré al cielo. Habíamos estado allí desde hacía ya un largo tiempo... Más bien, todo el día hasta la noche.

—La luna es hermosa esta noche —Murmuré mirando aquella enorme esfera que estaba en el cielo oscuro e iluminaba todo el lugar.

—Sí, lo es.

Me sobresalté ante la repentina respuesta, rápidamente volteé y detrás mío estaba aquel ojimenta que me había ignorado por toda la reunión.

—Tokitou-san —Reí intentando fallidamente ocultar el nerviosismo que me preocupaba el chico, me delataba demasiado mis temblorosas manos y aquel fuerte sonrojo de mis pálidas mejillas—. B... buenos días...

—Es de noche, distraída.

El color de mi rostro aumentó cubriéndome el cuerpo entero, ¿Cómo podía ser tan idiota? Mordí mi labio inferior mientras con una de mis manos fingía un abanico para proporcionarme un poco de aire a mi abochornado rostro.

—Lo siento, estoy algo... tensa.

—¿Te preocupa el chico...? Este... ¿Cuál era su nombre...? ¿Menjiro...?

—¿Tanjiro?

—Sí.

—En parte... sí —Mi vista se dirigió hacia el frente y volví a menear mis pies que no tocaban el suelo—. Esta muy lastimado, no quiero verlo de esa forma. Estoy muy enojada conmigo porque no pude protegerlo y...

Cuando decidí mirarlo, me exalté al notar que me ponía toda la atención del mundo, sus hermosos ojos menta estaban sobre mí y no los había apartado con cualquier cosa o sonido como él acostumbraba a hacer.

—Continúa.

—Lo haría, pero ¿Sabe, Tokitou-san? —Me miró atento, mi corazón se apretó—. Si fuera por mí... Yo me hubiera suicidado hace mucho tiempo.

Sonreí inconscientemente admirando cada una de sus facciones, desde sus finos labios hasta aquel pequeño brillo escondido en sus ojos que se perdió cuando le dije esas palabras.

—Tokitou-san. Yo también quisiera matarme si tuviera la oportunidad. No crea que no es el único que quiere mi cabeza —Le susurré con una socarrona sonrisa, quería odiarlo, pero no podía y eso era lo único que podía hacer.

—Kessho-chan —Escuché la dulce voz de Kanroji Mitsuri, la pilar del amor, llamarme—. ¡Ven por favor!

—¡Ah, sí! —Solté las mejillas de Tokitou y me levanté para correr hacia donde estaba la de trenzas—. ¿Qué sucede, Kanroji-san? —Sonreí.

—Bueno, ya que es tarde y ninguno puede regresar a donde deben por órdenes de Oyakata-sama, me preguntaba si querías ser mi compañera de cuarto. Normalmente lo comparto con Shinobu-chan, pero ¡Quisiera compartirlo contigo!

—Oh... —Sonreí alegre y no pude evitar pegar un salto de emoción—. ¡Sí, está bien!

—¡Genial! —Tomó mis manos emocionada, creía yo que ella era la única mujer que había conocido durante todo este trayecto que me había aceptado sin juzgarme por ser hija de el villano de la historia—. Vamos a cenar, muero de hambre en este momento.

Crystal world 「Kimetsu no Yaiba」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora