capítulo 1

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Kara:
Era una mañana fría, demasiado fría como para desear dejar la cama, por suerte ella no tenía porque hacerlo, de hecho desde hace 3 años que ella, no tenía porque dejar la cama en una mañana fría, sintió como un brazo la acercaba más al otro extremo de la cama, dónde se encontraba un cuerpo cálido, el cuerpo de su novia, la mujer que era la responsable de que no tuviera que levantarse temprano, era la responsable de su vida de ensueño.

- ¿Cariño, qué haces despierta a esta hora?-dijo su novia con ese acento irlandés tan sexy mientras le repartía besos en el cuello causándole cosquillas.

- Me despertó el frío, creo que está nevando, regresa a dormir cielo - decía mientras volteaba a verla para regalarle un beso, no podía empezar el día sin besar esos labios.

- ¿Nevando? Eso no es bueno para tus pulmones - la vio levantarse desnuda y caminar al ventanal - sí efectivamente está nevando.

- O dios mío regresa a la cama, estás desnuda, te resfriaras.

Su novia volteó a verla con ese par de ojos hermosos color esmeralda que brillaban mientras le sonreía, era tan hermosa con esa piel blanca perfecta acompañada de su hermoso cabello negro que le caía por los hombros y ese delicioso cuerpo el cual había recorrido con sus caricias tantas veces.

-Por mucho que me gustaría volver contigo a la cama para hacerte sentir caliente, debo ir a trabajar - decía su novia mientras se colocaba unos pantalones de pijama.- y tú deberás quedarte en casa porque esos pulmones me preocupan, por la tarde iremos al médico y no protestes bebé.

-Sabes que mis pulmones están bien, solo fue una simple pérdida de aliento, desde que vivimos juntas que no tengo una crisis y todo gracias a tus cuidados.

-Pues por eso iremos al médico, para que nos diga que sigues tan bien como siempre y que todo estará bien.

Se dieron un beso y posteriormente su novia se fue al baño, dejándola sola recostada en la cama, aunque no quería levantarse, no dejaría a su amor desayunar sola, así que con todo el frío que tenía se levantó de la cama, poniéndose una bata de dormir ya que ella también estaba desnuda, al ver su desnudez recordó la noche anterior y como no pudieron tener sexo porque ella había perdido el aliento en pleno acto, preocupando a su novia quien le dijo que era mejor parar y descansar, aunque siendo honesta, ¿quién no perdería el aliento al tener a Lena Luthor desnuda en su cama?

Su novia era un poco exagerada, Su asma no era nada grave, no desde que estaban juntas, si lo pensaba bien gracias a la enfermedad se conocían, ya que desque ella llegó a Irlanda para estudiar un doctorado en periodismo el asma empeoró y así fue como un día saliendo de la biblioteca había tenido un ataque y justo ahí Lena llegó corriendo a auxiliarla iniciando así la historia de amor.

El comedor esa mañana tenía un aura deprimente, la pálida luz de una mañana nevada entraba por las ventanas, en la mesa de diez lugares solamente había dos con todos los cubiertos correctamente colocados, uno era el lugar principal donde claramente se sentaría Lena y el otro estaba a la derecha el cual era su lugar, la chimenea estaba apagada a pesar del frío, con todo y el aura depresiva la habitación se veía ordenada limpia y lujosa.

Se sentó en su lugar esperando a que el personal de servicio hiciera su aparición, para anunciar que el desayuno estaba listo, como su novia tenía bastante dinero le gustaba vivir con lujos y uno de ellos era siempre tener a alguien que se encargará solamente de la alimentación de ambas, podía haber más personal de servicio en la casa pero nadie más preparaba los alimentos, por lo tanto la comida siempre estaba lista y caliente para cuando ellas la necesitaran.

- ¿Señora, desea que sirvamos ya el desayuno? - escucho como una de las muchachas del servicio le preguntaba, no lo negaría en un principio cuando llegó a esa casa le molestaba que la llamaran señora, porque obviamente no era la señora Luthor, no era la esposa de Lena y eso ella lo sabía muy bien porque los familiares de su novia obsesionados con las clases sociales se encargan de recordárselo en cada oportunidad que tenían.

¿A Qué le Temes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora