Capítulo 8

7K 618 168
                                    

Kara

Kara se sentía bastante tonta por haberse quedado sin palabras, pero es que la mujer que tenía delante de ella era muy hermosa, después de anunciar a la Curadora de arte con La señorita Grant, la rubia mayor se había puesto bastante feliz y recibió a Diana con un gran abrazo, al parecer ya se conocían desde antes.

Pero Kara ya no pudo irse temprano a casa pues tenía que esperar a que la señorita Grant terminará la entrevista, podía ver a las dos mujeres hablando en la oficina de la reportera, verdaderamente la señorita Diana era muy hermosa.

La entrevista terminó bastante tarde, eran pasada de las ocho de la noche, solamente quedaban algunos reporteros que estaban terminando sus artículos atrasados, Kara se estaba quedando dormida cuando ambas mujeres salieron de la oficina.

-Niña por favor acomoda mi escritorio y después ve a casa.-La señorita Grant le gritó a Kara mientras caminaba junto con Diana hacia el ascensor.

Kara volteó a verlas pero solo pudo ver como se cerraban las puertas del ascensor, se levantó y fue a la oficina de la señorita Grant donde encontró en el escritorio las notas que debía pasar en limpio para que su jefa redactará la entrevista y como no tenía una computadora en casa, las tomó y se dirigió a su escritorio para poder utilizar el ordenador del trabajo.

Eran las nueve de la noche cuando al fin salió de Catco, por lo general cuando salía tarde Alex o Maggie la recogían y la llevaban a casa, pero su hermana se encontraba en Washington y su cuñada tenía el turno de noche, así que nadie podía ir por ella, se ajustó el abrigo y comenzó a caminar hacia la parada del autobús.

-Señorita Danvers, espere señorita Danvers.- Kara apenas había caminado unos cuantos metros cuando escuchó que la llamaban a gritos, se preparó para golpear a la persona que la llamaba, no era paranoica pero a esa hora de la noche no le pareció nada normal la situación.

Kara sintió como la persona se acercaba, apretó la bolsa y volteó, estaba apunto de lanzar el golpe cuando la reconoció, era la señorita Prince, la mujer se quedó observándola y se acercó más cautelosamente, cuando estuvieron frente a frente le regaló una sonrisa que le dejó las piernas temblando a la rubia.

-Lo siento señorita Danvers, no era mi intención asustarla.- Kara le devolvió la sonrisa.

-No se preocupe, yo también lo siento, estaba a punto de volarle la cabeza con la bolsa, pero ¿Qué hace aquí tan tarde?- Kara vio como la señorita Prince se ponía nerviosa.

-Pues la estaba esperando, Creo que es peligroso que una mujer tan hermosa ande sola por la calle a esta hora.- Kara frunció el ceño.- No me mal interprete, se que es totalmente capaz de cuidarse sola, pero bueno en realidad también deseaba invitarla a cenar algo, claro si a su esposo no le molesta.

-No tengo esposo señorita Prince, gracias por esperarme pero realmente usted es una extraña para mí, además es bastante tarde y mis pies me están matando. -Kara vió en la mujer algo parecido a la decepción.

-Tiene toda la razón señorita Danvers, pero realmente sería un total honor para mí si usted me permitiera ser su compañía esta noche.- Kara iba a negarse, pero le pareció muy tierno como la señorita Prince estaba totalmente roja y movía sus manos de forma nerviosa.

-Supongo que no habría problema si me acompaña a tomar el autobús y por favor dígame Kara, señorita Danvers es demasiado formal.-la mujer sonrió y juntas caminaron hacia la parada de autobús.

-Si yo puedo decirte Kara tú puedes decirme Diana, por cierto lamento que por mí culpa no pudiera salir temprano.-Kara le sonrió a Diana.

-Tranquila, es mi trabajo y está bien te llamaré Diana, gracias por preocuparte por mí y por tomarte el tiempo de esperarme, fue muy dulce.- Diana le sonrió a Kara.

¿A Qué le Temes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora