Capítulo 33

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Kara

Todos sabían que a Kara le encantaban las cosas dulces, amaba todo aquello que estuviera recubierto de azúcar o algo parecido, amaba las donas glaseadas rellenas de frambuesa, el chocolate y los caramelos, lo que nadie sabía o más bien no se imaginaban era que un día Kara diría que ya no quería comer más pastel en su vida.

La rubia en compañía de Lena su prometida se encontraban en una de las pastelerías más famosas y exclusivas de National City degustando diferentes tipos de pastel, Kara había acudido emocionada al lugar, le darían pastel gratis, todo el que quisiera, pero el problema radicaba en que después de treinta pasteles diferentes la ojiazul no quería ver una sola rebanada más en su vida.

Habían llegado temprano, Lena y ella se habían tomado el día libre para aprovechar la mañana y elegir el pastel, la cena del banquete y el vino que se serviría en la boda, apenas estaban con la primera de esa larga lista y Kara ya no quería saber nada de comida, estaba segura que le daría una indigestión.

-Ya no quiero más pastel amor, dile que ya no traiga más.-La rubia se encontraba con la cabeza recargada en el hombro de Lena.

-¿Te has decidido por alguno mi vida?-Lena le sobaba el estómago a Kara y le daba besos en la frente.

-El que tú quieras, no pienso comer pastel nunca jamás.- Kara comenzó a hacer pucheros.

-Siempre me dices lo mismo mi amor y jamás has cumplido una amenaza, tú serías incapaz de enojarte con la comida.-la rubia se molestó y mordió el hombro de la pelinegra.

-Tal vez pueda vivir solo comiéndote a ti.-Lena se puso totalmente roja y Kara se soltó a reír.

-¡Kara! Nos van a escuchar.-Lena estaba roja pero sonreía ampliamente.-Creo que es buena idea el pan de almendras, me gusta porque es totalmente blanco, relleno con vainilla,  frutos secos, y fresas, por fuera algo que sea blanco, quiero que sea muy pero muy blanco.

-Me gusta la idea, pueden hacerle flores de decoración, que se vea elegante.-La rubia ahora estaba un poco más feliz pues ya imaginaba el hermoso pastel que tendrían, tal vez comiera un poquito pero solo un poquito.

-Entonces vamos a hablar con el repostero.-Lena se levantó y le tendió la mano a Kara pero antes que la rubia avanzara le dio un beso con sabor a crema pastelera.-Te amo mi rayo de sol.

-Yo también te amo Lee.-Kara ya no se sentía de mal humor en absoluto.

La pelinegra tomo la mano de Kara y juntas caminaron hacia el mostrador de la pastelería, el repostero las observó y les sonrió, seguramente ya se imagina el negocio que haría, porque sus pasteles eran deliciosos pero costosos.

-¿Diganme señoras ya han tomado una decisión?- Las dos voltearon a verse y Kara le dio una mirada a Lena para cederle la palabra.

-Queremos un pastel con pan de almendras, con relleno de vainilla y frutos secos, tal vez pueda agregar fruta fresca como fresas, por fuera deseamos que sea blanco y a mi prometida le gustaría que lo decorarán con flores.-El pastelero estaba anotando todo lo que le pedían.

-Bien señoras se me ocurre un pastel de cuatro niveles, por fuera fondant blanco, con una cadena de rosas blancas que descienda nivel a nivel, con joyería comestible como detalles en oro blanco o plata.-Lena volteo a ver a Kara, la rubia siempre tenía la última palabra.

-A mí me parece bien, claro cuando tenga ya el diseño nos lo tendrá que enviar por si queremos cambiar algo.- El hombre asintió resignado y Lena veía a Kara orgullosa.

-Claro que sí señoras, su pastel será prioridad para nosotros.

-Eso esperamos.-Lena usó su tono de negocios y a Kara se le aflojaron las piernas.

¿A Qué le Temes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora