Capítulo 31

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Lena. 

Estaba esperando afuera del edificio de catco, ya casi era la hora de salida de Kara y había quedado en pasar por ella para visitar las guarderías que habían seleccionado para Diana, al fin aceptó que su pequeña conviviera con otros niños, no fue nada fácil pero era lo correcto.

Faltaban diez minutos para que su rubia saliera del trabajo, le había comprado una dona y la tenía adentro de una bolsa de la cafetería, otras parejas le llevaban flores a su chica pero Lena sabía que a Kara le gustaría muchísimo más una dona rellena de frambuesa y cubierta de glaseado.

Ella y la ojiazul estaban bastante bien, la visita de su madre en LCorp no había logrado su cometido, sabía que Lillian quería separarlas pero solo había logrado unirlas mucho más, ahora no tenía miedo de admitir que se sentía insegura o celosa y podía hablar más libremente Con su chica, Kara se había mostrado comprensiva y cariñosa eliminando sus  inseguridades con amor.

Ese tal William aún le causaba cierta molestia, no confiaba en ese tipo por más que Kara le asegurara que no quería nada con ella, Lena sentía que era todo lo contrario, su mujer era hermosa y sexy, cualquier persona querría tenerla.

Alejó ese pensamiento incómodo de su mente, debía estar feliz, y concentrada en Kara, le tenía una sorpresa pues el artículo de la rubia al fin había sido publicado, no podía describir la sensación de orgullo que la invadió cuando Jess le entregó el número más reciente de Catco y vió el artículo de su novia publicado y firmado bajo el nombre de Kara Danvers, sin duda era la mujer más orgullosa de todas, así que por eso tenía planeada una escapada romántica para celebrar.

Unas manos delicadas y suaves le cubrieron los ojos, sabía quién era pues esas manos combinadas con el olor a vainilla eran inconfundibles, Kara estaba detrás de ella, retiró suavemente el bloqueo de sus ojos y volteó a ver a su rubia que sonreía muy grande.

-Hola amor mío, ¿Qué tal te ha ido en el trabajo?-Lena le preguntó a Kara mientras la abrazaba como saludo.

-Hola cariño, ha estado todo excelente mi vida, te he extrañado muchísimo.-La rubia terminó su frase regalándole un dulce beso a Lena en los labios.

-Yo también te he extrañado muchísimo, ¡Tengo algo para ti!-Lena le mostró a Kara la bolsa con la dona y la rubia sonrió muy grande.

-¡Ay Lena te amo mi amor!-Kara le regaló otro beso y después comenzó a comer la dona rellena de frambuesa.

-Yo también te amo cariño, He dejado el auto a una cuadra de aquí, vamos.-La ojiazul solo asintió y entrelazó su mano con la de Lena y
 juntas comenzaron a caminar.

Kara no hablo en todo el trayecto al auto, iba concentrada en su bocadillo, Lena solo la observaba feliz, la rubia era la mujer más dulce y hermosa de todas las mujeres, la pelinegra le abrió la puerta del auto a su chica para que entrara, la cerró suavemente y dio la vuelta para subirse, la ojiazul ya había terminado su dona y estaba limpiando sus dedos con un pañuelo.

-¿Amor ya sabes a dónde iremos?-La rubia pregunto mientras se abrochaban los cinturones de seguridad.

-Pues emmmm tengo una lista, Jess me ayudó a buscar las mejores guarderías y la he estado revisando y llamando a algunas, podemos ir a visitarlas y elegimos la que más te guste a ti.-Lena se sentía nerviosa, no quería verse intensa.

-Me parece perfecto, quizá antes de arrancar podríamos ver cuáles nos quedan más cerca y descartar las lejanas, porque no tendrá caso perder una hora cruzando la ciudad en las mañanas.-Lena asintió y tomó de la parte de atrás del auto su portafolios del cual sacó una hoja de papel algo arrugada.

¿A Qué le Temes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora