capítulo 29

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Kara.

Abrió sus ojos lentamente a causa de los rayos de luz que entraban por la ventana de la habitación, sonrió al sentir como Lena la tenía sujeta de la cintura, la noche anterior había sido increíble e inolvidable.

Se levantó de la cama dejándole a Lena una almohada para que la abrazara además de un beso en los labios, se colocó su bata de dormir y salió de la habitación para ver a su princesa.

La habitación de Diana estaba en un silencio total, la pequeña se encontraba dormida y aferrada a su oso Napoleón, era igual a Lena, tenía que dormir abrazando algo o si no hacía un desastre en la cama, como aún la pequeña estaba dormida decidió dejarla así hasta que ella solita se despertara.

Tenía que ir a Catco a hablar con Cat Grant, Alex tenía razón no podía rendirse tan fácilmente, pero necesitaba la ayuda de la señorita Grant para detener a Snapper, con eso en mente entró al baño para tomar una ducha rápida, su cuerpo estaba adolorido pero era placentero porque el dolor la hacía recordar la maravillosa noche que tuvo con su prometida.

Cuando salió del baño se encontró con Lena que a su vez iba saliendo de la habitación de Diana, la pelinegra llevaba a la pequeña en brazos y la arrullaba para que dejara de llorar.

-¿Qué pasa?- la rubia se acercó y tomó a su hija en brazos.

-Creo que tiene fiebre, despertó llorando y no quiere comer.-Lena explicaba con cara de preocupación.

-Mi pobre bebé, hay que llevarla al médico tal vez no sea nada grave pero es lo mejor.-Kara palpaba la frente y las mejillas de la nena para checar su temperatura.

-Esta bien, arreglate tú primero mientras yo trato de bajarle la fiebre.-La ojiazul le pasó la bebé a Lena y fue a cambiarse rápido, Catco tendría que esperar.

Cuarenta minutos después estaban de camino al consultorio del pediatra de Diana, la niña iba adormilada a causa de la fiebre, Lena se la había bajado un poco pero aún se veía enferma, Kara trataba de conservar la calma, su hija había estado enferma anteriormente pero nada grave, solo uno que otro cólico, nunca nada tan alarmante.

Afortunadamente tenía a Lena con ella, pues sabía que sola seguramente perdería la calma y no podría ayudar a su bebé, llegaron al consultorio del pediatra, era un médico que su madre les había recomendado y que en las visitas mensuales de Diana había demostrado su capacidad y profesionalismo convenciendo a Lena y ella de tenerlo como el encargado de la salud de la pequeña.

Estaban sentadas en la sala de espera, Kara sostenía a la bebé mientras Lena registraba los datos de la pequeña pues como había sido una visita de emergencia no tenían cita previa, afortunadamente era temprano y solo había un paciente por delante de ellas.

-Ya cariño, en un rato te sentirás mejor mi princesa.-La rubia consolaba a su bebé pues había despertado y comenzaba a llorar.

-La señora que está delante nuestro nos ha cedido su lugar, ella solo trae a su hijo por revisión mensual.-Lena se acomodó a un lado de Kara y tomó a Diana en sus brazos para tranquilizarla.

-Que amable mujer, cuando salgamos le daré las gracias.-Cuando Lena iba a contestar la asistente del médico les indicó que podían pasar.

El pediatra era una hombre mayor calvo y usaba lentes, pero era un excelente profesional, trataba muy bien a Diana y siempre les resolvía todas sus dudas a la pareja.

-Buenos días señoras, tomen asiento, escuché que la pequeña viene el día de hoy con fiebre, ¿saben cuándo empezó? o si ¿presentó algún otro síntoma?-ambas mujeres negaron al mismo tiempo.

¿A Qué le Temes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora