Capítulo 19

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Diana

Alex había enloquecido, por muy mala o equivocada que estuviese una persona, molerle a golpes no la hará cambiar, esperaba que en su amiga pelirroja quedará un poco de decencia y le confesará a Kara y a Maggie la verdad, porque ella no quería verse en la penosa necesidad de hacerlo.

Temía a la reacción de Lena Luthor, esa mujer tenía el poder y los medios necesarios para hacer que a su amiga la metieran a prisión o que perdiera definitivamente su trabajo, después de todo Lex lo había dicho una vez, Lena es aún más peligrosa y mortal que el resto de su familia.

Hablando del resto de su familia, Maggie le había avisado que la pequeña princesa por fin había llegado al mundo, esperaba tanto el nacimiento de la pequeña, ella y su madre se habían robado su corazón, desgraciadamente ahora ellas tenían ya a alguien que las cuidaría y protegería.

Sentía su corazón roto, la vida era una desgraciada con ella, la hacía enamorarse de personas hermosas para después quitarlas de su vida, primero lo hizo con Steve, su primer amor el único hombre que amó y amará, se lo arrebató en accidente aéreo, al parecer el amor no era para ella.

Llevaba ya un rato sentada en una de las mesas de la cafetería del hospital, viendo fijamente una taza de café que ahora estaba totalmente fría, no quería llorar porque no tenía motivos, Kara fue clara con ella desde el principio, pero eso su corazón no lo entendía.

Vió entrar a la amiga de Lena acompañada por una pequeña niña castaña, la mujer volteó a verla y frunció el ceño y después volteó a ver a la niña y le sonrió, esa chica tenía serios problemas de identidad, un momento estaba molesta y al otro era el ser más dulce del mundo.

Se perdió en sus pensamientos deprimentes nuevamente, el amor apesta, ya no quería saber nada de él, ¿por qué a las personas les gusta enamorarse?, al final siempre se termina lastimado y llorando, no importa si encuentras al amor de tu vida, se casan y tienen hijos, al final uno tendrá que irse primero que el otro.

-¿Gustas un pañuelo?, Son de papel pero es mejor que limpiarte con una servilleta rasposa.-Levantó sus ojos y ahí estaba la mujer con personalidad múltiple ofreciéndole un pañuelo para sus lágrimas.

-Muchas gracias, te aceptaré el pañuelo porque he olvidado el mío en la habitación de kara.- La mujer sonrió de lado.

-Soy Samantha Arias y esa pequeña de la mesa de allá es mi hija Ruby.- tomó la mano que Samantha le ofrecía.

-Mucho gusto, soy Diana Prince, tu hija es muy linda.-Samantha sonrió.

-¿Gustas acompañarnos?, Pedimos sándwiches y unas malteadas, es mejor que una taza fría de café.- Definitivamente esa mujer tenía problemas de identidad, ahora le sonreía con ternura.

-Claro, suena perfecto.- se levantó y caminó hacia la mesa donde estaba la pequeña niña devorando un sándwich.

-Cariño ella es la señorita Prince y compartirá la mesa con nosotras.-La pequeña volteó a verla y le sonrió.

-Hola soy Ruby, eres muy bonita te pareces a la Mujer Maravilla.- Samantha se puso muy Roja.

-Jejeje hola Ruby yo soy Diana.-La nena le saludo con la mano.

-Disculpa, mi hija está obsesionada con la Mujer Maravilla desde que vimos una película de la liga de la justicia. Come este rico sándwich de mantequilla de maní.- la mujer le pasó un plato con un extraño sandwich sin orillas.

-La mujer maravilla es genial, yo también estaría obsesionada con ella y gracias, nunca he comido un sándwich así.-La niña volteó con cara incrédula.

¿A Qué le Temes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora