Amanda
"Golden" by Harry Styles
Long Beach California. Verano del año actual, 2019.
Hoy el sol brillaba como nunca, habían pronosticado buen tiempo. Me levanté con algo de ánimo, tenía sensación que sería un gran día, me sentía ansiosa y no sabía la razón.
Tomé mi ropa, mi uniforme de Barista, me dirigí al baño. Me había acostumbrado a lo pequeño que era este lugar, dejé que las gotas de agua cayeran en mi cuerpo y tome una gran bocanada de aire. Tengo que subirme el ánimo, triste no lograré nada y lo único que haré será deprimirme más.
Salí de la ducha y me vestí, por alguna razón mi piel lucia radiante y me gustaba, así que decidí arreglarme un poco más de lo normal, tomé algo de maquillaje que compré ayer mientras paseaba por la plaza. Siempre trataba de lucir lo más natural, algo de rímel, polvo y gloss. Busqué el papel donde estaba del número de Chris, lo llamaría camino al trabajo, estoy segura que escuchar su voz me alegraría el día.
Corrí fuera del edificio para tomar el autobús hacia mi trabajo. En el camino agregué el número de Chris en mis contactos, no podía esperar a llamarle y decirle que me encuentro bien, no quiero que piense que me olvidé de él o que desaparecí de la faz de la Tierra. Debo apostar que se enojará conmigo porque han pasado cuatro años desde la última vez que lo vi, pero creo que tendrá compasión de mí ya que sabe que no tenía suficiente sustento económico para comprar un teléfono y no podía pedir prestado uno en casa de la Sra. Gabriela porque se me hacía una falta de respeto. Estaba muy segura que Chris iba a querer hablar conmigo por horas y yo tenía que trabajar, ¿qué mejor momento que ahora en donde nadie puede molestarme?
El autobús me dejó a una cuadra de mi trabajo, según el conductor ya no podía dejarme más enfrente porque lo multarían, algo raro. Estoy casi segura que todas las veces me dejaba enfrente pero bueno, qué más da. Caminé colina abajo hacia la calle, a lo lejos se encontraba la playa con un azul hermoso, las palmeras se veían más altas con un verde brillante en sus hojas que combinaban perfectamente con el despejado cielo. A los lados de la calle había unas cuantas tiendas, pero el lugar lucía tranquilo, sin muchos clientes, la cafetería donde trabajaba se encontraba bajando la calle hacia la derecha. No me molestaba caminar un poco ya que podía apreciar la hermosa vista todas las mañanas.
Gritos de niñas me sacaron de mis pensamientos, un grupo de chicas, al parecer todas adolescentes, se amontonaban para tomarse fotos con dos chicos altos y una chica de cabello castaño. No podía visualizar bien a los chicos con los que se tomaban fotos, pero puedo apostar que eran famosos por la forma en la que las niñas gritaban y se comportaban con ellos.
En ese momento saqué mi teléfono, llamaría a Chris para decirle que le hablaría después del trabajo, así que busqué el único contacto que tenía agendado y marqué, solo se escuchaba que sonaba. Seguí caminando sin respuesta alguna, luego de unos minutos me percaté de que los chicos y la chica subían la calle colina arriba, acababan de salir de la playa, o al menos eso puedo deducir gracias a traían trajes de baño puestos, una toalla en la mano y el cabello húmedo. Al estar unos metros más cerca los pude percibir mejor.
Uno de ellos tenía el cabello castaño oscuro con una ligera barba que adornaba perfectamente su rostro al igual que sus pobladas cejas con un ligero arco, tenía una mandíbula bien definida que puedo jurar que podía cortar diamantes. Pude notar que traía un arete colgando en su oreja izquierda pero no pude ver con claridad cuál era la forma de este. Lucía un ligero bronceado además de un gran cuerpo y estatura. A su lado estaba un chico que igual a él, con la diferencia de que era más pálido y su cabello era un tanto más largo y oscuro. Por otro lado, estaba la chica, era algo alta con un cabello castaño claro y unos cuantos mechones rubios, era bastante delgada y estaba en forma. Todos iban entretenidos hablando, juro que podía escuchar la conversación ya que no había ningún ruido en la calle, hasta el viento había parado de soplar.
Sacudí mi cabeza para salir del trance y de dejar de mirar a su dirección, no quería parecer una loca que se los quedaba viendo de pies a cabeza. Continúe caminado y pulsé el botón de llamada otra vez. A lo lejos escuché un tono de llamada algo ridículo, por cierto. Esto me hizo voltear a ver de dónde se provenía el sonido, pude notar que uno de los chicos sacaba el teléfono de su bolsillo y tomaba la llamada.
-Hola, ¿quién habla? – escuché decir al chico del pendiente mientras contestaba, puedo jurar que escuché su voz a través del teléfono o quizás estaba alucinando, así que colgué la llamada y continúe mi camino. De repente mi teléfono comenzó a sonar y por inercia mi cabeza giró hacia el otro lado de la calle, donde se encontraba el chico sosteniendo el teléfono mientras caminaba y volteaba a todos lados, por alguna razón su mirada se dirigió hacia donde yo me encontraba, y pude sentir como el tiempo se detuvo en el momento que cruzábamos miradas. Con cierta curiosidad contesté, quería comprobar la teoría de que no me estaba volviendo loca.
- ¿Hola? - contesté algo tímida mientras ponía el teléfono en mi oreja y el chico levantaba las cejas sorprendido. Mi subconsciente se sintió demasiado nervioso y confundido por lo cual colgué rápidamente. Esto era demasiado extraño ya que este era el número de Chris, ¿por qué mágicamente pareciera que el chico de allá tuviese su número?, quizá Chris se equivocó al dármelo o tal vez yo había cometido el error. Apresuré el paso y escuché una voz que provenía detrás de mí.
- ¡Hey!, ¡espera! – Gritó el chico del dependiente mientras intentaba alcanzarme, detuve mi paso y esperé a que llegase a mí. Cuanto más se acercaba pude observar cada rasgo de su rostro de manera detallada, y sin duda era bastante atractivo, sus ojos eran de un color avellana combinado con verde, acompañado de una nariz recta y algo respingada en la punta; en su mandíbula tenía un lunar al igual que una cicatriz poco notable del lado izquierdo de su mentón, además de otra pequeña cicatriz en medio de sus cejas; al estar parado frente a mi pude notar lo alto que era a comparación mía, me sentía como una hormiga, puedo calcular que me lleva dos cabeza de alto. -Hola- dijo algo agitado- sé que esto puede ser una locura, pero tengo curiosidad de hacer algo- dijo mientras sacaba su teléfono y marcaba un número, notó que yo me encontraba algo confundida debido a la manera en que lo miraba, fue hasta que mi teléfono empezó a sonar de nuevo, sin dudarlo contesté.
- ¿Hola? - dije algo dudosa, el chico abrió los ojos, separó un poco los labios como si se preparase para decir algo, pero nada salía de su boca, así que tomé la iniciativa y hablé primero.
-Parece que tengo tu número– dije algo apenada con una ligera sonrisa.
-Creí que estaba alucinando al escuchar tu voz en el teléfono- respondió mientras se peinaba el cabello rápidamente. -Me llamo Grayson, un gusto- extendió su mano.
-Creí lo mismo- estreché su mano- me llamo Amanda.
-Bueno Amanda no quiero quitarte más tu tiempo, creo que vas tarde para trabajar en Philz Coffee- dijo con una pequeña sonrisa, por un momento me sorprendí cuando dijo dónde trabajo, luego recordé que traigo puesto el uniforme.
-Cierto- dije mirando el reloj- un gusto en conocerte Grayson.
-El gusto es mío, Amanda, ¿podría pedirte un gran favor? – dijo algo apenado
-Sí, dime – escuché atenta.
-Podrías no dar mi número a nadie, lo acabo de cambiar hace poco ya que me los fans logran tener mi número y no paran de enviarme mensajes o llamarme.
-Claro, mira para que te sientas más cómodo lo elimino- tomé mi teléfono y eliminé su número y le mostré que no lo tenía más.
-Gracias Amanda, espero tengas un buen día – me dijo con cierta tristeza. Sin más que decir continúe caminando, por alguna razón voltee hacia atrás y noté que él seguía ahí parado observándome, sentí toda mi piel erizarse mientras un ligero calor se sentía en mis mejillas. Vaya comienzo de día.
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Amor sabor a Cuba
RomanceAmanda, una joven cubana de bajos recursos económicos con grandes aspiraciones que por necesidad y una mala jugada del destino acaba sola en otro país. ¿Será capaz de vivir por su cuenta a tan corta edad? ¿Podrá contra todos los obstáculos que se...