Capítulo 20

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Nota: Aquí comienzan los nuevos capítulos debido a que edite dos de los primeros, disfrútenlo.

Amanda

"Midnight city- M83"

Cuba, verano del año actual 2019.

    Habíamos salido de aquel night club tomados de las manos, para eso esquivamos la gente que obstruía nuestro paso. Sonreíamos como dos niños huyendo después de hacer una travesura. Nadie se percató de nuestra huida, solo Bryant, que se había autopropuesto como conductor designado para que pudiésemos disfrutar la noche. Al llegar afuera, el frío viento golpeo mi rostro y el olor a playa invadió mis fosas nasales para después llegar a mis pulmones, me sentía más viva que nunca.

     Volteé a ver a Grayson. Para mi sorpresa estaba mirándome con una sonrisa en el rostro, en sus ojos había un brillo inigualable.

     - ¿Por qué querías salir? - Pregunté curiosa con una ligera sonrisa.

      -Quería pasar tiempo a solas contigo sin que hubiese tanto ruido- Contestó mientras tiraba de mi brazo para acercarme a su torso- Ven, hace algo de frío. - Exclamó.

     Me acerqué lentamente y me abrazó colocando su mentón en mi cabeza. - ¿A dónde iremos? - Pregunté mientras correspondía su abrazo y me apoyaba en su pecho.

      -En realidad, no conozco por aquí ¿tienes alguna idea? - separó su cabeza e intentó conectar nuestras miradas.

     -Hay un lugar donde solía ir cuando era pequeña, está a unas cuadras de aquí- repliqué despegándome de él, a lo cual él asintió dándome luz verde.

     Emprendimos camino hacia mi lugar secreto, recuerdo que siempre me gustaba dibujar y escribir en aquella cueva. Era algo grande, así que podíamos estar ahí un rato. Conforme nos acercábamos me percaté que el lugar estaba intacto, estaba a la orilla de la playa. Cerca del lugar había un faro, por lo que la luz no sería un gran problema. Lo único que me aterraba era encontrarnos algún insecto venenoso o algún crustáceo extraño.

     -Este lugar era el cual solía venir en mis tiempos libres cuando era niña, por mucho tiempo pensé que jamás volvería a pisar este lugar- dije de manera sincera.

     -Tiene una vista increíble al océano, gracias por traerme a un lugar tan especial para ti Amanda, realmente lo aprecio.

     -Solamente no te confíes, porque suelen haber muchos insectos raros por aquí- reí ante mi comentario mientras me sentaba en la arena y Grayson imitaba mi acción.

     Juntos admirábamos aquella vista al océano que se acompañaba de un despejado cielo lleno de estrellas. Sentí la mirada de Grayson, pero esta no me hacía sentir incómoda, solo nerviosa. Este se acomodó un poco más cerca de mí, mis vellos se erizaron mientras sentía que el corazón se me escapaba del pecho. Jamás había tenido contacto con algún hombre, me encontraba terriblemente nerviosa, pero Gray me inspiraba confianza y sabía que mi nerviosismo se producía por la emoción acumulada. Intenté tranquilizarme, cerré los ojos y respiré profundo. Me dejé llevar por un momento por el tranquilizador sonido de las olas y al escuchar nuestras respiraciones acompasadas sabía que Grayson había hecho lo mismo.

     Me levanté y me acerqué al mar, deseaba poder sentir el agua y la arena batiéndose contra mis pies. Quizá no fuera la mejor idea debido a el alcohol en mi cuerpo, sumando la hora, pero algo en mí me hizo adentrarme, hasta que el agua llegó a mis tobillos. Volteé a ver a Grayson que miraba divertido todos mis movimientos.

     -No me digas qué vas a hacer skinny dipping- gritó con una carcajada.

     -No estoy tan loca como tú- Contesté sonriente, me incliné un poco para alcanzar el agua y lanzarle un poco.

     - ¡Hey, eso no se vale! -Se levantó rápidamente para llegar al lugar donde me encontraba, no me percaté en qué momento se había quitado los zapatos- ¿Así que quieres jugar rudo?, pues rudo jugaremos- comenzó a tirarme agua.

     - ¡Oye! - Le intenté tirar agua de nuevo, pero la risa me estaba venciendo, y poco a poco, sin darnos cuenta, nos adentrábamos más al mar.

     El agua ya nos llegaba a los muslos. Grayson se acercó más, sin darle importancia a que su ropa. Nos encontrábamos casi totalmente empapados y nuestras respiraciones se iban acelerando cada vez más, sus manos se postraron en mi cintura volviéndome a acercar a él. Solo podía mirar hacia abajo, o quería que notara cuán nerviosa estaba, hasta que una de sus manos se despegó de mi cintura para dirigirse a mi mentón, el cual levantó delicadamente.

     Me topé con una mirada enternecida con una combinación de deseo. Me acerqué más para poner mis manos detrás de su cuello. Él se inclinó un poco para que nuestros rostros se acercasen. La tensión se sentía en nuestra mirada y sin previo aviso los dos nos acercamos uniendo nuestros labios en un profundo beso. Sus labios tenían una textura suave con un toque dulce, todo parecía ir a un ritmo suave y delicado, pero sin perder la pasión. Su lengua paso lentamente entre mis labios tímidamente, pero al juntarse con la mía hacían una pelea por quien ganaba más territorio. Nuevamente su mano bajó hacia mi cintura y me apegó más a su torso, como si no quisiese que me separase de él. El beso se tornaba más apasionado y podía sentir su corazón latir rápidamente al igual que él mío. Mi piel estaba erizada pero no sé si era debido al beso o al frío que había. Nos despegamos para seguir sosteniendo la mirada y soltar una risa nerviosa, esto sí que era un beso.

     Escuché un sonido que se me hacía familiar, era el teléfono de Grayson el cual estaba sonando, lo sacó de su bolsillo y atendió la llamada.

     - ¿Hola? ¿Si, Bryant? ¿Qué Ethan hizo qué? No puedo escuchar muy bien, te veo allá- Colgó Grayson mientras volvía la mirada hacia mí. – Mira, tengo que explicar porque tengo ese tono de llamada. - Advirtió divertido.

     -No tienes nada que explicar- Lo miré divertida- Déjame adivinarEthan.

     -Exactamente- Se carcajeó ante mi respuesta.

     Salimos de la playa mientras caminábamos por el boulevard para encontrarnos con los chicos de nuevo, ciertas personas nos observaban debido a nuestra ropa mojada. Al llegar al lugar, nos encontramos con un Ethan borracho diciéndole a todo mundo que esperaba que lo que tomó fuese libre de lactosa.

     -Grayson hermano, pero que gran noche. ¿Por qué estas mojado? –gritó Ethan mientras intentaba seguir en pie.

     -Hice lo que pude Gray- dijo Bryant divertidamente.

     Nos subimos al auto y nos dirigimos a su hotel, lo cual no me parecía tan buena idea porque no sabía dónde dormiría, me daba temor dormir con alguien, tenía muchos años que me había acostumbrado a dormir sola. Todo el camino se llenó de quejas de parte de Ethan sobre porqué lo habíamos tirado atrás como un costal de mierda. Era demasiado gracioso verlos discutir algo borrachos a los dos.

     Llegamos al hotel, e intenté relajarme de nuevo. Sabía que mi madre estaría preocupada por mí y no había forma de comunicarme con ella porque no tiene teléfono. Todos se fueron a sus habitaciones mientras que yo me dirigí con Grayson a la suya.

     -No te preocupes, dormiré en el suelo- escuché decir a Grayson mientras me abría la puerta de la habitación- No quiero que te incomodes.

     -Pero es tu habitación yo-intenté decir, pero me interrumpió.

     -Es mi última palabra Amanda- Se dirigió a su maleta para sacar una playera y me la dio- Toma, para que duermas cómoda.

     -Gracias- la tomé y fui al baño. Me quité la ropa húmeda excepto mis bragas, me daba pavor estar completamente desnuda.

     Salí del baño, corrí rápidamente a la cama y me tapé al instante. Observé por un espejo grande que estaba a unos metros de la cama a Grayson cambiarse, mis mejillas tomaron un color rosa y volteé a otro lado. Una sensación desconocida estaba saliendo a la luz. Sacudí mi cabeza para intentar conciliar el sueño, que gran noche

Amor sabor a CubaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora