Nota: Los capitulos nuevos inician desde el numero 20 debido a una modificación en dos de los primeros capitulos, disfrutenlo.
Grayson
The 1975- Mine
New jersey, invierno del año actual, 2019.
Esta época navideña había sido diferente, principalmente porque era mi primera navidad sin mi padre. Aún recuerdo haber estado con él durante su último mes de vida sosteniendo su mano y dándole palabras de aliento, mientras él me replicaba que todo estaría bien. Sigo sin asimilar que él ya no está a mi lado, todo ha cambiado drásticamente y mi familia ha sufrido bastante durante estos últimos meses. Ahora verlos a todos juntos en mi casa tomando chocolate caliente y contando anécdotas graciosas me da paz, tranquilidad y sobre todo me da esperanza.
-Gray, ¿Estás bien? - sentí unos brazos abrazándome por detrás mientras que un rostro se posaba en mi espalda, era Amanda.
-Sí pequeña, solo estaba pensando- me volteé para poder abrazarla- recuerdo que hace un año en estas fechas fue unas de las más dolorosas que he pasado con mi familia y ahora verlos a todos juntos aquí me da mucha alegría- hablé sinceramente y sentí que mis ojos se humedecían.
-Tranquilo amor, disfruta a tu familia que realmente es la única que siempre estará para ti, pase lo que pase- susurró contra mi pecho.
-Ve con ellos, ahora te alcanzo solo estoy esperando a que los pastelillos salgan del horno- demandé.
- ¿Quieres que te ayude? - se ofreció con una gran sonrisa.
-No amor, te veo en unos minutos- le di un beso en la frente y la vi marchar hacia la sala de estar.
Terminé de hornear los pastelillos y me dirigí hacia donde se encontraba mi familia, era hermoso ver cómo todos aceptaban a Amanda, me gustaba la idea que la hicieran sentir querida y realmente no importa si me rechaza, sabe que siempre veré por ella. Además, mi familia la adora.
Repartí el postre para cada persona que se encontraba en la habitación hasta que mi mirada se topó con una escena que me robó el corazón. Era Amanda con mis sobrinos sentados en sus piernas jugando con ella. Estoy seguro que será una gran madre y sería un honor formar una familia juntos.
Sacudí mi cabeza para sacarme aquellos pensamientos tan empalagosos, no me gustaba ser tan cursi. Luego no me puedo sacar cosas de la cabeza.
-Ella es la indicada- escuché decir a mi abuela Bernadette.
- ¿Disculpa abuela? - me acerqué hacia donde se encontraba.
-Lo que escuchaste cariño- replicó.
- ¿Por qué dices eso? -pregunté.
-Se siente la vibra cariño, ustedes destellan luz y amor. Ella se ve que es una mujer fuerte y con un gran espíritu, algo que como abuela quisiera para ti.
-Lo sé abuela, me ha robado el aliento desde la primera vez que la vi- me sonrojé al admitirlo.
-No hay nada de qué avergonzarse, el amor viene de muchas maneras y se encuentra en lugares que no esperamos, así me paso con tu abuelo. Podrá ser un tonto, pero es mi compañero.
Sonreí ante el comentario de mi abuela, dirigí mi mirada hacia Amanda nuevamente y para mi suerte se encontró con la suya, parecía curiosa.
Agradecí a mi abuela y me dirigí hacia Amanda.
- ¿Quieres jugar con la nieve? -pregunté.
-Tío Grayson, queremos jugar- gritaron mis sobrinos.
-Yo me uno- gritó Ethan.
Me tiró una hermosa sonrisa y asintió, nos pusimos nuestros abrigos y nos dirigimos a fuera para encontrarnos con un bello atardecer, aunque con una temperatura que podría asegurar que estábamos en la Antártida. Todos salieron corriendo en dirección al lago que se encontraba cerca. Digo lago, ya que debido a las bajas temperaturas se congela y se puede patinar sobre él. Entre más nos acercábamos veía el miedo en la cara de Amanda.
- ¿Miedo? – pregunté de manera juguetona.
-Nunca he patinado sobre hielo por lo que pienso que es una pésima idea, los veré desde aquí- comentó.
- ¿Estás loca? ¿Y perderte de toda la diversión? A mí me parece que no- La cargué en mis brazos para que no le quedase otra opción. -Yo te enseño, tranquila. No dejaré que te lastimes.
Me acerque a la orilla para bajarla y se pusiese unos patines. Obligadamente se los colocó y tomo mi mano fuertemente.
-No me vayas a tirar Grayson- habló temerosa.
-No, te lo prometo- contesté. -Mira como unos niños de siete años pueden hacerlo y tú no- advertí burlón.
Luego de muchas porras y animo por parte de todos se animó, era pésima, pero la manera en la que se estaba esforzando era maravillosa, ¿Acaso había alguna cosa que esta mujer no pudiese lograr?
- ¡Mira Gray, puedo hacerlo sola! - gritó Amanda desde lejos, sonreí al ver que se divertía demasiado.
-A que no me ganas alcanzas- gritó Ethan.
Me dirigí hacia Ethan con una velocidad impresionante, ambos sabríamos que no acabaría nada bien.
Y tal como lo sospechaba, ambos acabamos tirados en el duro hielo.
- ¡Chicos! - exclamó Amanda dirigiéndose a nosotros. -Tengan más cuidado pueden lastimar a los chicos.
-Creo que es hora de entrar- rio Ethan.
Todos nos dirigimos a casa de nuevo, cada quien se dirigió a su propia habitación como si nada hubiese sucedido, todos lucían cansados e intentaban relajase, mientras que yo no dejaba de pensar en mi chica.
Intenté tomar un descanso, pero la ansiedad me estaba comiendo vivo, jamás me había experimentado algo como esto por lo que decidí darle fin dirigiéndome a la habitación de Amanda nuevamente, ella siempre solía relajarme.
Entré cuidadosamente a su habitación y para mi sorpresa no se encontraba en ella, busqué con mi mirada hasta que me percaté que estaba en el baño, me dirigí hacia su cama para recostarme y esperar a que saliese. Escuché la puerta del baño abrirse y encontrarme con una Amanda envuelta en una toalla.
- ¡Grayson!, ¡Por amor de Dios, me espantaste! -exclamó.
-Lo siento, no quería interrumpir tu ducha- hablé apenado
Ella solo soltó una sonrisa para dirigirse a el cajón que se encontraba al lado mío.
-Había olvidado mi acondicionador- tomó la botella para luego volver rápidamente al baño dejando la puerta entre abierta por lo que pensé que sería una invitación para entrar.
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Amor sabor a Cuba
RomanceAmanda, una joven cubana de bajos recursos económicos con grandes aspiraciones que por necesidad y una mala jugada del destino acaba sola en otro país. ¿Será capaz de vivir por su cuenta a tan corta edad? ¿Podrá contra todos los obstáculos que se...