11. Siempre a tu lado

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*2 meses antes*

Estaba débil y ya no podía negarlo, había investigado por su lado y junto a Bruce, había acudido a su médico de confianza y a un especialista, los resultados eran todos iguales, su vínculo se estaba resintiendo. Hacía 10 meses que había peleado con Steve en lo que la prensa denominó GUERRA CIVIL, desde entonces no había vuelto a verle ni a oír noticias de él, solamente le restaban sus hijos y la ropa que el rubio allí había dejado, lo cual era lo único que le mantenía a flote, sus cachorros y el olor de su alfa. Estaba científicamente comprobado que alfas y omegas no podían estar separados durante mucho tiempo cuando el vínculo era creado, menos aún por malas y violentas razones, de hecho, era toda una proeza que Tony siguiera con vida. a estas alturas debería estar en un hospital con un coma inducido para tratar de evitar o retrasar su muerte. Así que esas eran las razones por las cuales estaba metido en su cama con una bolsa de suero inyectada en sus venas y sin poder moverse mientras los críos estaban en casa de Pepper y Rhodes. Fue por eso que no notó la alarma de FRIDAY cuando la seguridad de la Torre se rompió, fue por eso que no pudo hacer nada cuando la IA fue incapaz de frenar a los asaltadores, fue por eso que no pudo siquiera huir cuando echaron la puerta de su dormitorio abajo y accedieron a él. 

Escuchó los pasos en el suelo pero se sentían lejanos y con un leve eco, vio algunas luces rojas que sin duda pertenecían a las mirillas láseres de las armas, esperando que él reaccionase, que hiciera algo, pero Tony casi no era consciente de lo que le rodeaba, unos fuertes brazos pasaron por debajo de su cuerpo sosteniéndole de espalda y piernas, sintió un pinchazo en el cuello y sus ojos le pesaron terriblemente, no pudo evitar cerrarlos y caer en aquel deseoso sueño que se le presentaba. Él no lo notó pero su cuerpo fue llevado a la azotea, subido a un jet y alejado rápidamente de la Torre Vengadores, atravesando medio mundo hasta un país que no sabría situar en el mapa, entrando a una especie de bunquer que se hundía en el suelo durante kilómetros, y dejado en una habitación de hormigón y titaneo sin nada más que un camastro.

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Steve estaba tumbado en su habitación, su mirada perdida en el techo, le dolía mucho la cabeza, estaba mareado, había vomitado durante las últimas 4 horas pero era incapaz de dormirse. El hombre estaba en la mierda, todos sus compañeros coincidían en su veredicto, los médicos de Wakanda también, su alfa interior se estaba resintiendo por la distancia y todo se veía agravado porque él estaba sumido en una profunda y desesperante depresión, todos decían que no mejoraría a menos que estuviese cerca de Tony pero el rubio se negaba a obligar al menor a tal cosa, así que allí estaba, muriendo lentamente de hambre y agotamiento, aunque sobretodo de pena y dolor.

Pero de repente comenzó a notar algo que no estaba ahí antes, era una punzada en el hígado, una opresión en su corazón, una quemazón en sus mandíbulas, y el temblor en su espinazo le dijo que era Tony, que algo pasaba con su omega; agrupando todas la fuerzas que le restaban se levantó de la cama, retiró el suministro de suero en sus venas y salió de la habitación, Natasha estaba sentada en el sofá del pequeño salón del apartamento en Wakanda, sus ojos azules irritados y su cabello rubio revuelto, había estado llorando y en vela toda la noche desde que Steve había empeorado fuertemente, los médicos le habían dicho que el rubio moriría en poco tiempo y ella estaba preparada para lo peor.

-Steve -gimió con dolor corriendo hacia él y colgándose de su cuello

El rubio la abrazó con fuerza contra su pecho, aspirando su olor, para él Natasha era como su hermana y su presencia le calmaba, una puerta, la del baño, se abrió dando paso a Sam, quien se secaba las manos con una toalla.

Un cuento al revésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora