28. En la azotea

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*1 año antes*


Tenían que celebrarlo, ¿cómo no? Los Vengadores llevaban ya 1 año en funcionamiento, y en ese tiempo habían hecho grandes cosas, así que merecían una celebración como cualquier organización en el aniversario de su fundación. O eso decía Tony porque le encantaba organizar fiestas y siempre tenía excusas para alguna.

-¿No crees que es demasiado? -habló Steve

El Capitán se había puesto unos pantalones de vestir negros algo ajustados pero no ceñidos, junto a una camisa de seda azul oscuro que Natasha le regaló en su último cumpleaños, con su pelo perfectamente peinado y un reloj clásico en la muñeca como único accesorio. Tony reconocía que estaba impresionante. Steve tenía esa habilidad de verse hermoso con lo más mínimo, a veces lo había encontrado en una camiseta sucia y unos shorts y seguía estando divino. Tony envidiaría eso si no fuese porque sabía que él tenía la misma habilidad, múltiples parejas (de solo una noche o un rato) se lo habían confirmado.

-Oh vamos, Capipaleta, no hay nada, no seas gruñón

Y era la verdad. Tony solamente había llenado la barra con todos los licores imaginables, había dispuesto algunos sillones y sillas para el descanso, una zona despejada para bailar y una pequeña tarima de madera para el grupo que iba a tocar, que era clásico, sea dicho, con solo 4 músicos. ¡Eso era muy sencillo, muy sobrio, ¿de qué se quejaba?!

-No me refería al decorado, que está genial, sea dicho

-Lo sé

-Me refiero al hecho de tener 1000 invitados, Anthony

El moreno le miró con el ceño fruncido, odiaba que le llamase Anthony, él era Tony, T-O-N-Y, pero el rubio le miraba con esa suave sonrisa que le indicaba que estaba bromeando.

-Bueno, entre nosotros, los agentes de SHIELD que han trabajado con nosotros, los que no han trabajado con nosotros pero son importantes, los mandatarios del gobierno con los que trabajamos públicamente, nuestros amigos y la prensa... pues que quieres que te diga, se llenó la cosa

-¿Y hacia falta toda esa gente?

-Ugh como se nota que no tienes ni idea de política y etiqueta

Steve sonrió y palmeó su espalda suavemente, rozando su nuca con sus dedos, lo que hizo a Tony gritar por dentro.

-En eso tienes razón -habló encantador -Confío en tu criterio, al fin y al cabo, tú te has criado en este mundo, llevas años haciendo esto, y nadie sabe hacer una fiesta mejor que un omega

Tony tuvo que morderse la lengua, no por el comentario anticuado sobre las habilidades de los omegas para ser anfritiones, lo cual le perdonaba porque Steve era viejo, sino porque le había llamado "omega" y le había hecho un cumplido, y decía que confiaba en él, ¡y le estaba acariciándo la nuca! ¿Vale? Tony sería el omega más rudo y seductor y anti-relaciones-estables del mundo, pero incluso él sucumbía ante los encantos de Mister Perfecto.

-¡Por supuesto que confías en mí, estalactita! -gruñó para ocultar el efecto que había tenido sobre él

Tony agradeció que hoy estuviera llevando supresores del olor, además de sus acostumbrados bloqueadores del celo, y que el cuello de su traje taparse que también llevaba un collar antimordeduras. En estas fiestas no solía haber incidentes, no con la vigilancia que Tony ponía y la falsa superioridad de las élites, pero prefería no atraer la mirada de nadie en ese sentido. No es porque Tony estuviera con alguien, pero quería causar una buena impresión a cierto alfa, el cual sin duda le veía como un loco despendolado. Y aunque sabía que demostrarle que podía ser alguien serio y correcto no valdría para nada, pues su amor seguiría sin ser correspondido, mejoraría su relación.

Un cuento al revésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora