Un cuento al revés

Agradecimientos

Hoy es 26 de abril de 2022, hoy hace exactamente 3 años que Vengadores: Endgame se estrenó. Recuerdo que inicié esta historia aquel mismo año, aunque varios meses después, cuando me sentí con fuerzas suficientes para escribir sobre Tony, Steve y Natasha, sabiendo que habían desaparecido y que nunca volverían. Y desde entonces 3 años. Wow. Eliminando a aquellas historias que nunca he llegado a finalizar (que solamente ha sido una, y sí la terminé, lo que pasa es que no hice la segunda parte así que el final quedó muy en el aire) esta es la historia que más tiempo he tardado en escribir... 3 años. Aún estoy flipando.

A pesar de que pienso que la historia ha ido perdiendo calidad según los capítulos aumentaban y el tiempo pasaba, no puedo evitar tenerle un cariño especial porque esta historia ha vivido conmigo momentos muy duros, ha sido mi constante tarea pendiente durante estos últimos años, y la obligación de acabarla es lo que ha me ha mantenido siendo escritora, haciendo que recuperase el amor por escribir cuando menos ganas de existir tenía. Mientras escribía los primero capítulos mi mente estaba llena de una necesidad asfixiante de salvar a Tony y a Natasha, costase lo que costase, seguramente esa fue la razón por la cual la historia inicia con capítulos largos, complicados y detallados. A mitad de camino se vieron interrumpidas por unas vacaciones angustiosas en la que mi perra de la infancia (lo que para mí era en ese momento toda la vida) desapareció, aunque luego fue encontrada. Al acabar el verano llegó el último año de universidad cargado de estrés y responsabilidades, lo que continuó robando tiempo, lo cual empeoró cuando mi perra falleció en noviembre, y al mes siguiente mi abuela después de días y días en una silla de hospital a su lado. Finalmente todo culminó con una pandemia que me dejó encerrada entre las cuatro paredes de mi casa durante meses, aunque solamente fue la antesala del deterioro de mi salud mental, hundiéndome en una larga temporada de depresión y ansiedad.

Así que, menuda odisea. Cuando releo los capítulos casi puedo adivinar cuál era mi estado de ánimo y el momento por el que estaba pasando. Sinceramente, prefiero creer que la pérdida de calidad se debe a todo aquello que viví en vez de a mí misma, deseo escribir por muchos años y lo último que necesito es dudar de mí misma.

Aún así,  hubo muchísima gente que se quedó a mi lado sin importar que la historia estuviera casi 1 año en hiatus y que los capítulos fuesen cada vez más mierda y cortos, y a esa gente le debo todo. Sí. Porque sin ella nunca habría acabado esta historia, y sin ella probablemente hubiera pensado que ya no merecía escribir, así que no hubiera hecho ninguna de las demás historias que he publicado a lo largo de estos tres años (de las cuales disfruté mucho y además, gracias a ellas conocí a mi pareja). Así que gracias a todas esas personas que son incondicionales, tienen paciencia y amor, sin vosotras no podía haber hecho nada.

Os quiero.