Persiguiéndote

Portador De Tu Juramento [III]

En algún lugar del reino de los mortales.

Un hombre joven con ojos heterocromáticos, uno azul y otro verde silbaba mientras jugueteaba con un anillo de oro con una hermosa gema de rubí en la mano. En su dedo anular izquierdo, había un anillo negro con enredaderas plateadas. Tenía el cabello rubio color orión, estaba alisado hacia atrás mostrando su aspecto juvenil y noble.

Sus ojos se entrecerraron con diversión mientras miraba la inscripción en el lado interno del anillo.

【Memores acti prudentes futuri.】

(N / A: se traduce como 'consciente de lo que se ha hecho, consciente de lo que será').

Acababa de recibir esto como un regalo de herencia de su abuelo. Había sido el favorito de su abuelo y recibió muchos afectos, ya que sus padres lo despreciaban y eran fríos con él. Después de que él vino al mundo, sus padres lo habían abandonado. Ni siquiera se molestaron en nombrarlo. Solo su abuelo, Elias Fiennes lo tomó bajo su cuidado y le dio el nombre de Adriel Fiennes, que significa 'Dios es mi testigo'.

Adriel actualmente tiene diecisiete años. Elias acababa de fallecer hace un mes y sus muchas cosas en su testamento estaban siendo resueltas.

Hubo un gran alboroto cuando el testamento fue leído por el abogado de Elias. Todo había sido dejado a Adriel, ni un centavo o una brizna de hierba a nombre de sus hijos. Esto los enfureció mucho, ¿cómo podría Adriel compararse con ellos? Era solo un bastardo que nadie quería. Todos se negaron a creer que Adriel tenía incluso una gota de su línea de sangre Fiennes en él. Incluso sus padres biológicos se negaron a reconocer su existencia y lo miraron como si fuera una hormiga.

Argumentaron que su padre estaba delirante en ese momento y que el testamento no estaba escrito en el estado mental correcto, por lo tanto, no era válido. Todos fueron abatidos por el abogado. Hubo testigos en el testamento que afirmaron que el Sr. Fiennes estaba en un estado mental coherente y bien durante el momento en que se estableció el testamento, y fueron verificados. Elias conocía la naturaleza avariciosa de sus hijos y tenía a sus amigos más confiables allí para servir como declarantes.

Ellos estaban hirviendo de ira. Todas las riquezas y propiedades fueron entregadas a un niño, y a uno que todavía estaba mojado detrás de las orejas. Como ese enfoque no funcionó, decidieron hacer otro avance. Intentaron acercarse a él para poder hacerse con el dinero y quizás arrebatarle algunas propiedades.

Pensaban que Adriel era ingenuo y crédulo, y trataron de manipularlo. Esto solo los hizo parecer tontos en sus ojos. Su abuelo le había enseñado bien, se aprovechó de su mentalidad estrecha y los jugó. Los condujo por la nariz. Pensando que él estaba haciendo exactamente lo que querían, se rieron alegremente en sus corazones.

Solo después de que los dejara en la calle supieron que estaban lidiando con un pequeño demonio astuto.

Adriel era inteligente más allá de sus años y estaba cansado de este mundo aburrido. Cuando recibió el anillo, sintió que algo lo superó y extendió la mano hacia el anillo. Era como si lo estuviera llamando. En el momento en que lo colocó en su dedo, algo se agitó dentro de él.

Nosotros somos Salomón. Salomón somos nosotros. Una vez fuimos uno, y en uno nos volveremos a convertir.

Lo tomó por sorpresa y sus labios se curvaron en una sonrisa diabólica. Parece que su abuelo le había dejado un valioso tesoro.

Murmuró la palabra lentamente, "Salomón".

Hijo de David y su esposa Betsabé. Un hombre famoso por su gran y vasta sabiduría, agraciado por el Dios de arriba. Portador de la Llave Menor de Lemegeton y la Llave Mayor de Salomón. Gobernador del inframundo, donde todos los seres se inclinarán ante su grandeza.

Adriel es Salomón y Salomón es Adriel.

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Flap

Flap

Uriel aterrizó con gracia en la cima del Edificio Empire State, sus fascinantes seis grandes alas rojas* se cerraron detrás de él. Su cabello se mecía con el viento, su iris dorado era como orbes iridiscentes*. Miró el ajetreo y bullicio del mundo. Coches tocando la bocina, música a todo volumen, los sonidos de la vida transmitiéndose por el actual mundo moderno de hoy.

(*Uriel está asociado con el color rojo. También es un querubín y tienen seis alas

* iridiscente- Que muestra o refleja los colores del iris.).

Su cara estoica era perfecta hasta los poros inexistentes en su cara. Hijo del gran Dios. El arcángel de la guerra. El que ha sido bendecido con la espada de fuego, Katharsi*. Guardián de las puertas del Edén y habitante de Aravoth*.

{*Griego para purificación, como en las llamas de la purificación.)

*Aravoth- La séptima nivel del cielo, bajo el liderazgo de Cassiel. También se considera el hogar de los serafines, querubines y Hayyoth [criaturas vivientes celestiales]}

En un abrir y cerrar de ojos, el color de su cabello azul medianoche se desvaneció en un suave color marrón anaranjado. Cientos de plumas rojas se dispersaron en llamas en el aire y sus alas se retrajeron a su espalda. Su espalda delgada y tonificada era suave e impecable. La piel de color trigo brillaba radiantemente mientras los rayos del sol lo rozaban. Sus rasgos faciales profundos fueron alterados, de maduros y cincelados a una apariencia más suave y dulce.

Su altura se redujo de 188 cm a 178 cm, sus ojos dorados a azul, y su ropa completamente blanca se dispersó a un uniforme escolar que le llamó la atención. Un blazer azul marino con cuatro botones dorados, una camisa interior blanca, corbata roja, pantalones ajustados de color azul marino y zapatos negros. Sus dos aretes de color amarillo brillante en forma de hoja se desintegraron en la oreja, solo quedó el aro triangular.

Uriel inclinó la cabeza y chasqueó el dedo, trece plumas rojas aparecieron a su alrededor. Las plumas brillaban y resplandecían, una brillante luz iridiscente los envolvió. Aparecieron trece seres humanoides muy hermosos con un ala. Todos saludaron a Uriel.

" 'Mi señor'."

Su apariencia era comparable a la de aquellos habitantes del reino superior. Cada una de sus apariencias era comparablemente diferente entre sí. Sus ojos no eran dorados como aquellos cuya sangre es pura, sino que tenían ojos rojos carmesí y emitían un aura sanguinaria y destructiva. Nacidos del núcleo de la guerra y el caos, eran guerreros nacidos de la sed de pandemonio y entropía.

Sus nombres: Adán*, Pan Duan (juicio), Le Qu (placer), Yu Wang (deseo), Mo Yan (sabiduría), Fu Bai (corrupción), Lian Min (piedad), Huang Yan (engaño), Meng Xiang (Sueños), Kizuna (lazos/ataduras), Xiang Wang (Anhelo), You Hou (seducción) y Cai Neng (Habilidad).

{*Del 'Adán' que se creó con Eva.}

Los trece apóstoles. Eran leales y dedicados a Uriel, nunca fallaron sus expectativas ni estuvieron dispuestos a traicionarlo. Después de todo, una vez fueron parte de él.

La voz de Uriel sonó clara y fuerte: "Encuentra el sello de Salomón".

Telepáticamente les envió la información sobre el anillo. Aunque no pueden sentir su aura, pueden notar la diferencia entre los materiales si lo tocan, lo que significa que no pueden ser estafados. Después, imágenes rojas eran todo lo que se podía ver mientras se dispersaban desde allí.

Finalmente solo, un joven elfo que había sido invisible para los apóstoles flotaba en el aire.

[Anfitrión ~ ¿A dónde vamos ahora?]

Ains, o más bien, Uriel, respondió: "Comenzaremos aquí".