Cap 24; confesiones- parte 2

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{Narrador homónimo}


Sábado por la noche


Las mesas de la cafetería tenían restos de migas de pan, había que recolectar todos los vasos y llevarlos a la cocina en unas bandejas grises de plástico, después había que limpiar cada mesa y el piso también

Joaquín le había dicho a Emilio que lo esperara, pero eran las 11 en punto apenas iban a limpiar el piso, él le había dados las llaves antes al chico de rizos

Joaquín limpiaba en silencio, muchas veces Ian no hacía más que quedarse mirando recargado en alguna de las mesas, con una sonrisa pesada y burlona

Quería terminar lo más rápido posible, pero Ian no se movía mucho y él estaba siendo lo más veloz que podía

—tranquilo...vas a rayar el suelo—el chico rubio estaba sentado en una de las largas bancas de la mesa del centro, mirando a Joaquín y sosteniendo una escoba, la usaba para recargarse

—lo haría más despacio si estuvieras ayudándome—

—no sé porque tanta prisa...¿Quién tiene algo que hacer en este lugar?—Ian estaba comenzando a irritarlo verdaderamente y Joaquín no quería explotar

—olvídalo, puedo hacerlo solo—estaba determinado a acabar de una vez, quería tener su clase de piano y en su mente el eco que resonaba con una cantarina voz, le dijo 'y quieres estar con él' pero, podía omitir esa parte

Mientras Joaquín limpiaba concentrado, he iba por la mitad del suelo del enorme salón, Ian apareció de pie en el centro del lugar, justo donde ya habían limpiado, él tenía un cubo de basura gris, parecían sobras de la comida

Las regó por el suelo—pero que pena, te faltó aquí—

—¡¿qué diablos hiciste?!—Joaquín dejó caer su escoba—es todo, yo no limpiaré eso—

—tienes que hacerlo, yo no moveré ni un dedo—Ian cruzó sus brazos, dejando caer el bote gris, causando un estruendo fuerte en el suelo

—¿Qué es lo que te pasa? ¿Por qué quieres molestarme?—Joaquín no podía más, él quería irse ya de ahí, no tenía tiempo para las tonterías del rubio

—es divertido—dijo simplemente el chico más alto

Joaco buffó cansado, bien, entonces ya no cruzaría palabra con el otro, estaba harto y solo haría lo que tuviera que hacer y rápido, se fue a la cocina, dejando a Ian solo con su desastre, iba por bolsas negras y algo para lavar el suelo

Ian se río, acercándose de nuevo a una de las mesas, el teléfono de Joaquín estaba sobre ella, claro que no era tonto, tenía contraseña, pero en la pantalla apareció la notificación de un mensaje

Un nombre adornado con un piano

La vibración y la luz del aparato, llamaron la atención de Ian

El leyó el mensaje

''te estoy esperando''

Segundos después, otro mensaje apareció

''no tardes mucho : )''

Y, esto era nuevo, y también era algo que se tenía que aprovechar, Ian pensó en las altas horas de la noche que eran, las farolas ya habían sido apagadas, y las campanas habían sonado hace una hora

Marcos era una persona misteriosa, Ian había tratado de acercarse a él en el pasado, pero no dio resultados, una sensación de envidia nació en su interior, ¿Qué es lo que Bondoni tenía con él? Y ¿Por qué fue tan fácil?, en su mente, todos anhelaban lo mismo que él deseaba con desesperación, y el no dejaría que pudieran adelantársele

La sinfonía de lo divinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora