Cap 6; milagros.

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Hola, antes de que empiecen con este capítulo, quiero decir que disculpen si hay errores, al final del fic lo editaré.

Igual les quiero decir que amo los comentarios, me hacen feliz <3 y me gusta saber que piensan.

Les amo.

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{Narrador homónimo}

—Reversa— Nico estrello la carta contra la mesa de la cafetería.

—¡Con un demonio déjame poner!— Sebastián estaba enfadado y realmente su amistad dependía en este momento de un juego de 'uno'.

Nico saco la lengua odiosamente.

— ¡UNO! — Joaquín grito sosteniendo la carta contra su pecho, un turno más y uso su última carta amarilla— ¡ Y GANE—

—No es justo, es trampa— Nico hacia pucheros mientras revolvía todas las cartas sobre la mesa, haciendo un desastre a modo de berrinche.

— ¿Por qué es trampa? —dijo Joaquín entre risas burlonas.

—para el siempre que pierde es trampa—

—Cállate Sebastián—

—No seas una señora berrinchuda Nicolás— sebas revolvió el cabello de Nico.

—ustedes chicos son tan lindos juntos— Joaquín reía y sus dos amigos le sacaron la lengua al mismo tiempo.

Era un sábado calmado, tranquilo, nada fuera de lo común, habían sido levantados temprano para el desayuno y después habían ido a fumar unos cigarrillos al lugar de siempre durante la reunión sabatina de los curas.

Al pasar el tiempo Joaquín fue aceptando poco a poco probar los cigarrillos, no podría decir en este momento que se consideraba un fumador pero sin duda una que otra vez tomaría uno para acompañar a sus amigos si le daban ganas.

Llevaba todo el día pensando en si decirles o no sobre su encuentro con el chico del padre Damián, había tenido que devolver las llaves esa misma mañana, escapando un momento de la vista de sus amigos y poniéndole a marta como excusa que había olvidado algo dentro y había pedido las llaves al padre miguel, por supuesto marta cree que Joaquín es un buen chico y jamás le diría una mentira, por lo que no hizo más preguntas, solo le pellizco las mejillas como siempre.

—Oye Nicolás, linda blusa— unos chicos pasaron junto a su mesa y un tipo castaño de ojos claros gritaba hacia Nico—mi hermana tiene una igual— el chico se reía con sus amigos.

—Bésame el trasero Ian— Nico hablo cual diva, como él era casi siempre.

Sebastián y Joaquín solo rieron por lo bajo y a lo lejos el chico solo lanzaba besos hacia Nico, los cuales el recibía sacando la lengua y haciendo ademan de vomitar.

Los sábados tenían permitido usar ropa normal, no era algo obligatorio, podías usar tu sotana, pero la mayoría no desaprovechaba esa oportunidad.

Era algo liberador, podías ser tú en un lugar donde todos se veían iguales la mayor parte del tiempo, también servía para observar cómo era los demás a través de lo que usaban.

Joaquín sabía vestir bien, no era que lo presumiera, pero si, vestía una playera de cuello polo color verde militar, un pantalón negro skiny y sus botas cafés de suela de llanta.

Sebastián era un poco más simple, camisa básica blanca, camisa a cuadros negra y roja encima, abierta, jeans oscuros y un par de vans negras clásicas.

La sinfonía de lo divinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora