Cap 3; crucificado.

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{Narrador homónimo}

Había pasado una semana , Joaquín se había acostumbrado de a poco al correr del tiempo en ese lugar, no así completamente a las peleas tontas de Nico y Sebastián, a quienes a veces llamaba papá y mamá, claro que después se ganaba un golpe en el hombro por parte de cada uno.

Sus horas libres las pasaba leyendo algún libro o viendo musicales en su laptop, el internado ofrecía actividades extra, pero no había algún club relacionado con el ámbito artístico, Joaquín encontraba eso un poco extraño, pero no había que pensar mucho, simplemente supuso que no había mucho interés entre los alumnos a ese tipo de cosas.

También había hecho otro par de amigos en el patio, en sus tardes de lectura, había hablado con un chico llamado Oliver que, de piel morena y cabello claro, solo hablaron de música y ahora se saludaban en los pasillos, igual que a un chico llamado David que se acercó a preguntar qué libro estaba leyendo e irónicamente acabo en un debate muy intenso sobre porque la pizza debería o no llevar piña.

Esa misma tarde de sábado, Joaquín se encontraba ojeando un libro bajo uno de los arboles cercanos al muro de piedra que rodeaba la escuela.

Una sombra se dibujó en el pasto y el alzo su cabeza para mirar.

—hola guapo—Nico sostenía un bote de arroz con leche con la cuchara de plástico encajada dentro.

—mamá—Joaquín sonrió con burla—¿hubo suerte hoy? —

—nop, asqueroso como siempre—Nico se sentó a un lado de él, bajo el árbol.

— ¿y papá?, ¿ya pelearon tan temprano? —

—Cállate— nico le dio un golpe en el hombro—puedo tener tiempo y vida lejos de Sebastián ¿sabes? —

—está en el club de ajedrez ¿no? —

—si—nico rodo los ojos— estoy aburrido.

—¿solo me buscas porque estas aburrido? —

—¿no es lo que dije? —

—te odio—

—awww, Joaquín, estas siendo malo, que tierno—

—oh cállate—Joaquín cerro su libro y lo coloco sobre sus piernas extendidas—y bueno ¿Qué quieres hacer?, ayúdame a ayudarte—le guiño un ojo.

—¿quieres hacer algo que no deberíamos hacer? — nico pronuncio las palabras de un modo eufórico.

—me asusta que estés tan emocionado con eso—Joaquín suspiro—pero bueno, ¿Qué es lo que quieres hacer, peor mamá del mundo? —

Nicolás arrastro a Joaquín hasta la parte trasera del edificio C, bajo unos árboles frondosos y espesos, una zona con poca luz, se sentaron muy cerca del muro.

—a esta hora, todos los padres están en la reunión sabatina en la parroquia— nico comenzó a hablar mientras buscaba algo en los bolsillos de su sotana.

Sacó una bolsita transparente con lo que parecían ser trozos de algo verde, Joaquín proceso todo apenas vio la pipa pequeña de madera que nico sacó después.

—¿eso es marihuana? — Joaquín reacciono con algo de susto y mucha inquietud.

—¿el cielo es azul? — nico introdujo la pipa en la bolsita y recogió un poco, guardo la bolsa en su sotana y busco por su encendedor plateado.

—yo no voy a hacer eso nico y tú tampoco deberías—

—¿te da miedo? —

—podrían vernos, podrían oler, podrían...—

La sinfonía de lo divinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora