Cap 34; La palabra

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Joaquín despertó con el resplandor de las blancas paredes deslumbrándolo, arrugó el ceño y entre abrió los ojos, esperando que dejaran de doler un poco para poder observar bien donde se encontraba, el lugar era pequeño, había solo cuatro camas y todo estaba teñido en colores claros

Su cabeza dolía con un palpitar constante, sintió un poco de presión en su frente y al llevar sus manos hasta ahí se dio cuenta que tenía una venda alrededor de la cabeza

Se encontraba comenzando a pensar en lo que ocurrió, cuando la puerta de la enfermería se abrió por completo

—hola querido, veo que despertaste

Era la hermana Denisse, la enfermera, una mujer joven con habito blanco y verdes ojos brillantes.

—hermana ¿está muy mal mi frente? —Joaquín hizo la pregunta en seguida

La hermana Denisse doblaba unas sábanas blancas para después guardarlas en una de las cajoneras metálicas, pintadas de un pulcro celeste

—No, querido, no tienes de que preocuparte, solo fue un golpe, la herida es superficial...pero tuviste suerte esta vez—la mujer le sonreía—los golpes en la cabeza son peligrosos

Joaquín suspiró, un poco por el alivio y un poco porque en cuanto esclareció su vista, la cabeza paro de dolerle

La puerta se abrió una vez mas

—mi niño—Martha entró con una manzana con caramelo en la mano—¿Cómo estás? Me asusté mucho cuando me avisaron lo que pasó

—Martha—Joaquín le sonrió a la mujer mayor—está bien, descuida, al parecer solo fue un golpe superficial

Ella se acercó para dejar la manzana encima de la mesita al lado de la cama de Joaquín, para después tomarlo con suavidad de las mejillas y besar su frente—que bueno que estas bien mi cielo

La puerta de nuevo se abrió, esta vez con un estruendo

—¿cómo está mi hijo?

Era Nico.

—es 'nuestro' hijo

Y ese era Sebas

Llegaron con rapidez hasta Joaquín, Nico lo abrazó un poco bruscamente, pero quería hacerlo porque en verdad se había preocupado

—Nicolás, no seas un bruto, esta lastimado—Sebastián regañó

—él es fuerte—dijo Nico soltándolo de su abrazo

Sebas solo acarició la mejilla de Joaquín—de verdad nos asustaste

—lo siento

Era lindo ver que había personas que realmente se preocupaban por él, y también era lindo tenerlas reunidas ahí, alrededor de él, haciéndolo sentir cálido

Pero no podía evitar sentir vacío al ver que alguien faltaba, alguien realmente importante para él

—esta misma noche puedes irte a tu cuarto cariño, la herida puede ir sin vendaje, cerrara pronto—la hermana Denisse les decía sonriendo, era en verdad una persona que irradiaba luz y solo buena energía

De nuevo la puerta fue abierta y Joaquín se emocionó por un instante

Pero era una cabellera rubia la que estaba detrás

Ian entró con algo de pena reflejada en su expresión corporal, al ver tantas personas ahí

—hola—saludó a todos

La sinfonía de lo divinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora