VIII

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276 d.C, Desembarco del Rey

Estaba de pie por un pasillo desconocido, en sus brazos cargaba a un hermoso platinado, sus ojos eran violetas teñidos con un poco de naranja, dos pequeñas rubias corrían por el pasillo, sus cabellos eran iguales a los de el pequeño, sonrió y vio que Rhaegar aparecía tomando a las pequeñas en sus brazos, ellas se reían y le daban besos en la mejilla, sus hijas y su hijo, una familia. "El dragón tiene tres cabezas" dijo una voz, la profecía del eclipse"

Oberyn estaba acostado en su cama, pensando en las miles de cosas que pasarían mañana, su adorada Lihanda pasaría a ser esposa del príncipe, ella estaba destinada a otro hombre y debía lidiar con eso, por el resto de su vida, verla lejos de su alc...

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Oberyn estaba acostado en su cama, pensando en las miles de cosas que pasarían mañana, su adorada Lihanda pasaría a ser esposa del príncipe, ella estaba destinada a otro hombre y debía lidiar con eso, por el resto de su vida, verla lejos de su alcance. Unos leves toques en la puerta lo hicieron salir de sus pensamientos, se levantó de la cama y camino a la puerta, la abrió y se encontró con la dueña de sus pensamientos. La tomo del brazo y la jalo a la habitación para cerrar la puerta.

—Lihanda ¿qué haces aquí?—le pregunto sorprendido, hace días que no la veía y no pasaban las noches juntos ya que la joven estaba custodiada por Arthur Dayne.

—Vine a verte, logré escaparme, así que solo quería verte porque no te he visto hace días, supe que vas a casarte con Ashara Dayne.—dijo la platinada mirando a su hermano.—Es una muy buena chica y hermosa la verdad, serán muy felices, tiene características preciosas y...—Oberyn la callo con un beso, un beso que detonaba las ansias de no haber probado sus labios en días. La tomo de la cintura y la atrajo más a su cuerpo, cuando se separaron por falta de aire quedaron apoyados frente con frente

—No puedo creer que seas tan tonta de creer que puedo enamorarme de alguien más. Te amo, te lo dije y lo volveré hacer para que te quede claro.—susurro el moreno.

—Yo... iré a Dorne a quedarme un par de días luego de la boda, Rhaegar dijo que me llevaría ya que quiere conocer.

—Ire a Campoestrella junto con Ashara.

—Maravilloso.... estoy feliz por ti.—ella se alejó de Oberyn y se sentó en la orilla de la cama.

—Lihanda te confesé que seré tuyo hasta que tú quieras, no voy a obligarte a nada.

—Oberyn, han pasado tantas cosas y lo nuestro es imposible, estamos siguiendo una fantasía.

—Seguimos lo que nuestro corazón quiere, pero si tu opinión es esa, esta bien.

—No, no es esa mi opinión....—dijo mirando a otra parte.

—No me mientas, te conozco desde siempre y no quiero que me mientas.

—Me siento confundida.

—Si te sientes confundida ¿por qué vienes a mi habitación, antes de casarte? ¿Por qué? Debe haber una explicación.

—Es que... no lo sé.

—Dijiste que me amabas una vez, tú empezaste todo esto Lihanda y ahora debes terminarlo.

La platina se puso de pie, camino hasta donde estaba el moreno y lo besó, su respuesta por parte de él fue ansiosa, la quería de vuelta, la extrañaba demasiado y ahora tal vez ese sería su último beso, Oberyn sabía de sus dudas, ella era pésima mintiendo, así que se limitó en hacer más preguntas, empujó a la platina para que cayeran de espaldas sobre el suave colchón, se colocó encima de ella y comenzo a besarla con más devoción, la princesa encontraba un montón de emociones al besar al moreno, sentía cosas distintas de las que sentía con Rhaegar. El amor con Oberyn se sentía de cierta forma muy pasional y ardiente, mientras que con Rhaegar sentía la calma y dulzura que el príncipe le proporcionaba con cada beso. Sus pensamientos fueron hasta el príncipe dragón, con quien había pasado el día, quien le había dedicado varias sonrisas y le había enseñado como tocar el arpa, quien la había escuchado leer un cuento que le pareció interesante, quien la mirada con ojos de amor.

—¡No puedo seguir haciendo esto!— exclamó la platina y apartó a su hermano. Se acomodó y salió de allí sin darle explicaciones a Oberyn que gritó su nombre, la princesa corrió hasta sus habitaciones pero chocó contra el pecho de alguien que la sostuvo firmemente. Era Rhaegar quien la miraba preocupado.

—Lihanda ¿qué sucede?—pregunto con calma.

—Rhaegar...— empezó a llorar en su pecho y se aferró al príncipe, no quería hacerle daño, no lo merecía.

—Mi dulce reina, tranquila.— dijo él besando su cabeza para que ella se tranquilice, Jaime y Arthur lo miraron preocupados, el platino les hizo un movimiento de cabeza para que abrieran las puertas de las habitación, la levantó con delicadeza y entró con ella, las puertas se cerraron, la acostó en la cama y preocupado volvió a preguntar.

—¿Qué sucedió?— acariciando la mejilla papada de la joven.

—No quiero hacerte daño....

—No me haces daño.. Lihanda.

—Creo que no soy perfecta para ti.

—Claro que lo eres, por eso nos vamos a casar y formar una familia, yo voy a cuidar de ti. Ahora debes descansar.

—¿Puedes quedarte?— el príncipe se sorprendió ante la petición de la joven, pero asintió, ella le hizo espacio en su cama mientras que él se sacaba las botas, se acostó y la acuno en sus brazos, le beso la frente.— Rhaegar.— dijo la ojinaranja.

—¿Si?

—Yo seré buena reina, te lo prometo.— dijo mirándolo a los ojos, su respuesta fue un beso por parte de él, quería hacerla sentir bien, segura que su matrimonio sería perfecto así como lo fue de su ancestro Jaehaerys Targaryen. Quería hacerle entender que lo de ellos ya estaba destinado y que nadie le haría daño mientras él viviera, la iba a cuidar y proteger de todo. Cuando sus labios se separaron él acarició su mejilla que aún estaba húmeda por las lágrimas.

—Yo voy a cuidarte de todo lo que intente hacerte daño, te lo prometo. Mañana es un gran día, será agotador para ambos, debemos dormir ¿te parece bien?

—Me parece bien.

Lihanda se acomodó sobre el pecho del príncipe, cerró los ojos y con tan solo escuchar el latido del corazón del platino, quedó profundamente dormida, pensando en aquel sueño en el que veía a sus hijos, los que tendría con el príncipe, las tres cabezas del dragón.

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𝐄𝐥 𝐞𝐜𝐥𝐢𝐩𝐬𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐫𝐚𝐠𝐨́𝐧 𓄸 𝑟ℎ𝑎𝑒𝑔𝑎𝑟 𝑡𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟𝑦𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora