276 d.C , Desembarco del ReyDesembarco del Rey
El viaje había sido un motín de emociones para los hermanos Martell, Elia estuvo haciendo un gran esfuerzo por no ocasionar problemas relacionados a su delicada salud, Oberyn mantenia la paciencia que practicamente no tenía y Lihanda, sonreía ante los paisajes que se le presentaban a la vista, preciosos en verdad, eso provocaba que la travesía sea menos molesta. El estómago de la platina daba vueltas, como los remolinos de arena que a veces se creaban en su hogar, su llegada al Desembarco del Rey estaba próxima, sus doncellas trataron de tranquilizarla, pero ella simplemente no podía pasar más tiempo encerrada en esa carroza, quería estar afuera con su hermano, a quien no había visto desde la mañana. Elia le dio un apretón de manos delicado, para sonreírle y darle ánimos.
El carruaje se detuvo anunciando la llegada al nido de los dragones, la rubia quería salir corriendo de allí y verificar por sus propios ojos si aquel lugar era tan terrible como había escuchado. El clima presentaba el calor intenso que producía el sol en todo su esplendor, pero estaba acostumbrada a eso. El castillo se alzaba imponente, era bastante hermoso, pero la ciudad no presentaba un buen clima de convivencia, se empezaba a notar la hambruna y la pobreza, el olor fétido de la basura, era terrible. Ni bien llegaron se les solicitó la presencia de Lihanda en el gran salón, para presentarse a los reyes, la platina estaba asustada ya que se decía que el rey verdaderamente estaba presentando síntomas de locura, Oberyn antes de que se aleje le tomó la mano y besó sus nudillos dándole las fuerzas que necesitaba.
—Solo sonríe como siempre lo haces, sé tu mism, les vas a encantar de todas formas.— le susurró.
Ambos se soltaron las manos cuando los guardias se acercaron a escoltarla para llevarla al gran salón. El lugar estaba adornado con cráneos de dragones colgando y al fondo se encontraba el rey erguido en su trono de hierro, el trono era como contaban las leyendas, gigantesco, el rey la miraba con mucha curiosidad y la rubia sentía sus nervios a flor de piel, su esposa, la reina, era muy preciosa y se encontraba encinta, un pequeño niño se encontraba al lado de ella y la analizaba con mucha sorpresa en su mirar, tal vez por sus características.
—Alteza, Lihanda Nymeros Martell.— anunció un servidor.
Entonces lo vio a él, el príncipe dragón, el hombre que estuvo en sus sueños durante dos semanas, estaba de pie vestido con una camisa de color vino que hacía resaltar más su hermosas facciones Targaryen, aquellos orbes violetas la miraban impresionados, cabello platino que daban ganas de pasar los dedos por ahí, ya que parecían hilos de plata, alto y elegante, precioso a su vez, un sueño de hombre y príncipe.
—Mi señora.—dijo besando sus nudillos, su voz era música para sus oídos, todo lo que Rhaegar representaba físicamente era puro y hermoso, como en sus sueños.
—Mi príncipe.— dijo ella, mirando con más detalle al joven dragón quien había sido el principal protagonista en sus noches, aquel hombre a quien le entregaría todo, según esas profecías que soñaba, más sentía que no le sería fácil enamorarse del joven dragón ya que tenía a otro en su corazón.
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𝐄𝐥 𝐞𝐜𝐥𝐢𝐩𝐬𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐫𝐚𝐠𝐨́𝐧 𓄸 𝑟ℎ𝑎𝑒𝑔𝑎𝑟 𝑡𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟𝑦𝑒𝑛
Fanfic𝐄𝐋 𝐄𝐂𝐋𝐈𝐏𝐒𝐄 𝐃𝐄𝐋 𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍 │ ❝Viviré por ti y al morir mi único pensamiento serás tú, mi eclipse de media noche.❞ - 𝑹𝒉𝒂𝒆𝒈𝒂𝒓 𝑻𝒂𝒓𝒈𝒂𝒓𝒚𝒆𝒏. Novela escrita en el 2019 por mi, le tengo mucho cariño, por lo que decidi no cambiar...