VII

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276 d.C, Desembarco del Rey

Habían pasado dos semanas  desde el gran banquete que se dio por su compromiso con Rhaegar, ahora faltaban solo cinco días para casarse con el príncipe dragón, su vestido de novia estaría listo antes de la boda, pero sus pensamientos no estaban en...

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Habían pasado dos semanas  desde el gran banquete que se dio por su compromiso con Rhaegar, ahora faltaban solo cinco días para casarse con el príncipe dragón, su vestido de novia estaría listo antes de la boda, pero sus pensamientos no estaban en los preparativos, más bien estaban en su futuro, la platina se encontraba mirando por la ventana, siendo resguardada por Jaime Lannister y Arthur Dayne, este último había sido enviado por el príncipe para cuidar a su futura esposa mientras él debía hacerse cargo de asuntos que desconocía la platina, cosa que ella no veía al príncipe dragón desde el banquete.

Tampoco había visto seguido a Oberyn, ya que el moreno pasaba tiempo entrenando y caminando al lado de una que otra doncella, lo último lo hacia por órdenes de su madre que le quería buscar esposa cuanto antes. Había pasado tiempo con su familia y con su hermana Elia, con quien daba pequeñas caminatas por el jardín, también en su mayor parte del tiempo lo pasaba en la biblioteca leyendo todo tipo de libros, pero aquel día no quería quedarse encerrada, estaba bastante aburrida, así que decidió ir a buscar a Rhaegar para estar junto a él, de cierta forma las dos semanas sin él, le estaban afectando bastante, el príncipe había entrado en sus pensamientos cotidianos, lo extrañaba. Añoraba su tacto delicado y que sus ojos violetas la vieran, que sus labios la besen, no se daba cuenta que empezaba a caer por el príncipe de manera precipitada.

—Sir Dayne ¿dónde se encuentra el príncipe?

—Mi señora, el príncipe se encuentra en una reunión con Lord Lannister.

—Quiero ir a verlo.

—De acuerdo, mi señora.

Ambos caballeros le abrieron las puertas, la jovencita se dirigió donde se suponía que estaría Rhaegar. Fue una gran sorpresa ver al príncipe dragón charlando amigablemente con la loba de Invernalia, Lyanna Stark. La platina sintió algo en su interior, no dudo ni un segundo en llamar a su futuro esposo.

—Rhaegar.— dijo con voz neutral y lo suficientemente alta para que ambos la escuchen. La atención del príncipe fue directo hacia su prometida, sus ojos brillaron, una sonrisa se dibujó en su rostro y caminó a pasos agigantados para con un brazo tomar la delgada cintura de la platina y plantarle un beso en sus delicados labios, las tres personas que admiraron tales acciones comprobaron que el príncipe moría por aquella joven, ella era lo que él veneraba y amaba. Lyanna miraba la escena de la pareja, deseaba tener un futuro esposo así, tener amor en su matrimonio, casarse con quien verdaderamente amaba, la pareja representaba lo que ella quería en un futuro cercano.

—Te extrañé.— dijo sonriente el dragón cuando se separaron de su ansiado beso, la joven sonrió, le demostró a la loba que ella era la única mujer a los ojos del dragón.

—Mi príncipe, debe presentarme a su compañía en esta mañana.- dijo ella separando su mirada de aquellos ojos violetas, para dirigirla hacia la loba que se mostraba temerosa.

—Lihanda, ella es Lyanna Stark de Invernalia.

—Mi señora.—dijo la castaña haciendo una pequeña reverencia.

—Lyanna, bonito nombre.—mencionó mientras analizaba a la loba de pies a cabeza.- Rhaegar ¿podrías hacerme compañía?- le pregunto de manera dulce.

—Claro que sí, Sir Lannister, acompañe a Lyanna hasta los jardines donde están sus doncellas.—el rubio asintió y camino al lado de la castaña.

—Un gusto haberla conocido lady Stark.— dijo la platina, cuando estuvieron varios metros lejos con Sir Dayne escoltandolos.

El príncipe se puso enfrente de la ojinaranja, detectando que ella estaba algo incómoda y tal vez molesta ya que no le dirigía la palabra.

—¿Qué sucede?—pregunto acariciando los hombros de la joven que se dejaban ver por el escote del vestido, se veía tan preciosa con el ceño levemente fruncido y las mejillas rosadas.

—Pense que estabas con Tywin Lannister.

—Estaba con él, la reunión terminó antes, me dirigía a verte, pero encontré a Lyanna perdida por los jardines.

—Esta bien.— la platina iba caminar para terminar la conversación, pero el príncipe no se lo permitió y puso ambas manos en las mejillas de la joven e hizo que lo mire.

—Te amo.— dijo.— Te amo, Lihanda Nymerios Martell, soy tuyo, me tienes a tus pies y no podría mirar a nadie más que no fueras tú.— la confesión del príncipe hizo que el corazón de la platina comience a latir con fuerza, sentía las mariposas que le recorrían el estómago.

Dicho esto el príncipe la beso con más intensidad, ella se dejó llevar, le encantaba estar en sus brazos, últimamente había dejado de pensar tanto en Oberyn, porque el platino estaba ocupando parte de sus pensamientos y sueños, sus tratos con ella eran dulces, mostraba devoción y amor. Lo que toda mujer desearía de su futuro esposo.

Arthur Dayne miraba a la pareja desde cierta distancia, sabía que su amigo se había enamorado perdidamente de aquella platina, no dejaba de hablar de ella en sus entrenamientos y parecía que su mirada melancólica había sido sustituida por una más alegre cuando admiraba a la bella dama.

Cuando la pareja se separó por falta de aire, Rhaegar envolvió en sus brazos a la jovencita, disfrutó cada una de las sensaciones que le provocaba, el olor de su cabello, la suavidad de su piel y aquellos ojos anaranjados que le fascinaban tanto, beso la coronilla de la joven a quien le saco una risa por tal acto, le amaba con locura, lo sabia muy bien. Y la había extrañado tanto aquellas dos semanas.

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¡Holi! Nuevo capítulo, ya 50 votos, estoy muy feliz 💛 me alegro muchísimo por sus comentarios, los voy a responder todos, ustedes opinen y voten 🙆‍♀️ se las quiere mucho, dragoncitas

𝐄𝐥 𝐞𝐜𝐥𝐢𝐩𝐬𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐫𝐚𝐠𝐨́𝐧 𓄸 𝑟ℎ𝑎𝑒𝑔𝑎𝑟 𝑡𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟𝑦𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora