II

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D O R N E

277 d.C

Doran había quedado complacido con la noticia del embarazo y había aceptado gustosamente la estadía de la pareja hasta el nacimiento de su primogénito, dándoles las comodidad que se merecían, el príncipe Rhaegar actuaba como la sombra de su esposa...

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Doran había quedado complacido con la noticia del embarazo y había aceptado gustosamente la estadía de la pareja hasta el nacimiento de su primogénito, dándoles las comodidad que se merecían, el príncipe Rhaegar actuaba como la sombra de su esposa, iba con ella a todas partes, incluso Arthur llegó a bromear que el platinado debería optar por crear una nueva "Guardia Real" para su esposa.

El disfrute de las nuevas experiencias que afrontaban era bastante especial, Lihanda tenía un humor cambiante, aveces lloraba con las historias que el príncipe le contaba o aveces se enojaba de pequeñas cosas, su humor variaba muchísimo, algo que admiraba Arthur era ver tan perdidamente enamorado a su mejor amigo, para Rhaegar no había nadie más que su adorada esposa, de alguna forma comprendía lo que sentía el príncipe, él suspiraba cada noche diciéndo un nombre al viento, Lyanna Stark, la loba invernal, había disfrutado tanto su compañía, hasta el día en que se fue, la joven le dio un pequeño beso en la mejilla y le extendió un pañuelo azul, que él portaba en su muñeca debajo de sus ropas, esperaba volverla a ver, volver a caminar con ella por los jardines y oírla expresarse acerca de todo lo que pensaba. El conocedor de su amor era por supuesto el príncipe, que de alguna forma quería ayudarle a su amigo.


Rhaegar se encontraba tocando el arpa sentado en el borde de la fuente, tocaba una canción que traía paz al ambiente, la princesa descansaba en un sillón con una mano pozada en su gran vientre, el bebé había estado muy inquieto y sus constantes movimiento producían un poco de dolor a la platina, por eso habían salido a tomar aire fresco y a deleitarse con la magnifica canción. La joven había notado que el bebé dejó de moverse luego de unos minutos y agradeció eso, su padre lo había logrado. Las matronas habían dicho que nacería dentro de unos días y eso provocaba nervios a la platina, oficialmente sería mamá.

—Lo tranquilizaste.—hablo cuando la canción terminó.

—Hablas como si fuera a ser un niño.— comento el príncipe poniéndose de pie para arrodillarse frente a ella, con mucha ternura acaricio el gran vientre de la platina.

—Tengo un presentimiento.

—Si es niño ¿cómo quisieras llamarle?—pregunto curioso, mientras tomaba la mano de su esposa y le daba un beso en la palma.

—Jaehaerys Targaryen.—dijo la platina, inspirada en aquel rey que gobernó durante 54 años en paz, más conocido como "el Conciliador" y "el Viejo Rey"

—Me parece perfecto, amaste aquella historia de amor que te conté aquella noche sobre él ¿no?— pregunto sonriente.

—Es la más bonita del linaje Targaryen.— comento la joven, teniendo en cuenta que cuando nacía un Targaryen el mundo tiraba una moneda que podría ir por el lado de la locura o por el normal.

𝐄𝐥 𝐞𝐜𝐥𝐢𝐩𝐬𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐫𝐚𝐠𝐨́𝐧 𓄸 𝑟ℎ𝑎𝑒𝑔𝑎𝑟 𝑡𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟𝑦𝑒𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora