Ulises y Ainhoa

Segunda parte

¡Hola a tod@s! Solo quería preguntarles si les gusta a dónde va la historia. Es mi primera y podría usar algunos consejos. ¡Gracias!

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Ainhoa corrió hacia la cubierta del capitán. Solo Julian estaba allí, medio dormido navegando el barco hacia la isla.
J: ¿Cuál es la prisa, guapa?
A: Ponme en contacto con el rascacielos. Ella exigió y le dio el walkie.
J: ¿Pa qué?
A: Siento que Ulises está en peligro. Quizás le haya pasado algo.
J: ¡No me jodas, niña! Se apresuró a llamaros a la frecuencia del rascacielos
J: Aquí Estrella Polar llamando Ulises. ¿Alguien recibe? pero nada. Solo ruido estático. Ainhoa se mordía las uñas en agonía.
Voz: Sí, estrella polar. Te recibo.
J: ¿Con quien hablo?
Voz: Este es Alex, escuché tu llamada por casualidad.
J: Oye, amigo, ¿dónde está Ulises? ¡Necesito hablar con él ya!
Voz: No está.
J: ¿Qué coño que "no está"? ¿A dónde se podría ir?
Voz: No, digo, lo acabo de ver yendo a la terraza con una chica.
J: ¿Qué chica?
Voz: Con Sandra.
Julian miró por encima del hombro a Ainhoa, que estaba claramente enojada por la noticia. Ella agarró la radio de Julian
A: Escuche, señor, ¿está bien?
Voz: ¡A mi me pareció bastante bien! ¡Apuesto a que será aún mejor cuando regrese! el hombre se rio de su propia broma. Julian se sentía incómodo y gritó a la radio:
J: Muchas gracias amigo! ¡Los de la Cuadra te deben una! (irónicamente) ¡Cabrón! (susurrando)
Ainhoa tiró la radio sobre la mesa y salió furiosa.
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Se topó con Max mientras caminaba hacia su camarote.
M: ¡Wow! ¡Oye! ¿Donde te has estado escondiendo?
A: Estaba ... tuve fiebre. Será mejor que te mantengas alejado. Ella fingió una tos
Max no lo creyó. Puso la mano a su hombro.
M: ¡Por favor! Pensé que estábamos haciendo progreso. bromeó
Ella no era, obviamente, en estado de ánimo. Un marinero corrió hacia ella con el walkie en la mano.
M: Es Ulises. Quiere hablar contigo.
A: ¡No puedo! Tengo una cita con Max. Tengo prisa.
M: Podría haberte escuchado. dijo Max, fingiendo su preocupación por proteger su relación.
A: Espero que lo hizo. Ella respondió con rabia y se volvió a alejarse
M: ¡Espera! ella se dio la vuelta y lo miró. Se acercó a ella y la tomó de la mano.
M: Sobre esa "cita" ...
A: Sí, perdón por eso ...
M: ¡No no no! Me alegra que te hayas sentido libre de hacer eso. Lo que intento decir es que ... quiero que esa cita sea real.
A: Bueno, no sé ... necesito tiempo para pensar las cosas..
Ella quitó su mano.
A: Claro. Solo... tenlo en cuenta. Como una opción posible.
Ainhoa asintió sí. Max sonrió ampliamente.
Los siguientes días el siguió cortejando con ella, siendo súper amable y romántico. Había ganado la primera ronda: salir de la zona de amistad.
Entonces, por fin, habían encontrado tierra.
Mientras todos celebraban la vista de una nueva tierra, Max no vaciló en levantar a Ainhoa en sus brazos y celebrar dándole un beso en la mejilla.
Valeria fue testiga de todo y corrió adentro, bastante enojada. Ainhoa la vio y la siguió. La buscó por todas partes. Finalmente encontró  la niña sentada en la habitación de Ulises.
A: Hola, ¿qué te pasa? ¿No te gusta nuestro nuevo hogar?
V: ¡No! ¡Lo odio! ¡Quiero volver al rascacielos con Ulises!
A: .....Él también vendrá.
V: No, no lo hará!
A: ¿Y por qué es eso?
V: Cuando te vea con Max, se va a poner triste y se irá.
A: ¡No lo hará, hombre!
V: Que sí lo hará! ¡Y Max es malo! ¡Muy malo! ¡No me gusta nada!
Ella robó el walkie de Ainhoa de su cinturón y corrió. Ainhoa iba a seguirla de nuevo, pero entonces entró Max.
M: ¡Jo! Fue como presentarle a tu hijo a tu nuevo novio mientras ella guardaba el "fuerte" para el ex.
Se arrodilló frente a ella y le puso las manos sobre las rodillas. Ainhoa simplemente se sentó allí, sin saber qué hacer o qué sentir.
M: Pero debes darte cuenta de que Valeria no es tu hija. Y ella superará a Ulises, como lo harás tú. Un día.
A: ¿Y si no lo hago?
M: ¡Trabajaremos hasta que lo hagas! Lo prometo.
Ella fingió una sonrisa.
M: Vamonos. Estaremos en el 1er grupo de desembarcar en la isla.