Este es mi primer intento de escribir SMUT. Una pareja realmente caliente ha sido Ainhoa y Ulises en la serie El Barco. Así que pensé que debería darles los momentos intimos que merecían pero que nunca tuvieron. Disfrute y hágame saber lo que pensa...
La tripulación finalmente pisó tierra. Estaban todos juntos esta vez, nadie se quedó atrás, una familia extendida y unida. Ulises llevaba a Lucia y caminó con la mano de Ainhoa en la suya. Sintió el calor de la arena calentando sus pies y la estabilidad de la tierra haciendo desaparecer el mareo del mar. Cerró los ojos y respiró hondo. Ainhoa lo sintió e hizo lo mismo. Luego puso a Lucía en el suelo y el bebé quedó desconcertada por la nueva magia que tocó su piel. Ainhoa: ¡Es arena! -Ainhoa se lo mostró y Lucia trató de llevárselo a la boca, pero Ulises logró evitarlo. Ulises: ¡Esto no es para comer, nena! Vilma: Jaime intentó lo mismo. -dijo riendo. Vilma: ¡Creo que Lucía y Jaime son como dos gotas de agua! Ulises: Bueno, no presionemos las cosas, ¿e? -se llevó a Lucía lejos de Jaime que se había acercado para tocarla. Cho: ¿En serio? Son solo bebés. Ulises: Bebés, bebés, pero mi hija no es para los dientes de nadie, ¿de acuerdo? Fue a caminar con Lucía. Ainhoa (riendo): ¡Imagina eso en la pubertad de Lucía! Vilma: ¡Me da pena el pobre chico que se enamorará de ella! Rieron. Cho: Escuchen, ¿creen que hay gente aquí? Vilma: No lo sé, amor, ¡pero no me odies por decir que desearía que lo hay! ¡Porque quiero ver gente nueva! Amo a todos en ese barco pero ... Ainhoa: Sé lo que quieres decir ... Somos muy jóvenes pero tuvimos que crecer rápido debido a las circunstancias. Necesitamos divertirnos chicos ... Estela: ¿Cómo se divertirán con maridos e hijos? -bromeó pero no se rieron Vilma: No seas amargada, ¿e? ¡Todavía podemos divertirnos! Ainhoa: Además, no hay nadie con quien me gustaría divertirme más que con Ulises.
Cho y Vilma: Cursi! -se rieron de ella Ainhoa: ¡Que les den! -riendo. Vio a Rosa sentada sola otra vez. Ainhoa: Disculpe por un segundo ... -se acercó a ella. Ainhoa: Hola, cuñada. -sonriendo amigablemente Rosa: No me llames así. -con una cara fruncida Ainhoa: Basta ya. ¿Que te he hecho? ¿No éramos colegas? -se sentó a su lado en la roca. Rosa: Lo siento ... Éramos... Somos.... Ainhoa: Bueno... -se quedó allí en silencio, Rosa no sabía qué hacer pero hacía lo mismo. Después de un tiempo, Max llegó corriendo con el grupo de búsqueda. Max: ¡Encontramos una ciudad! ¡Es segura y la gente parece buena! Ricardo: ¿Qué tan lejos está, hijo? Max: No muy lejos de aquí. Casi una hora a pie. Ramiro: El alcalde dijo que están dispuestos a darnos refugio y absorbernos como sus civiles. Julian: ¿Qué pasa con ese "alcalde"? Palomares: Parecía inofensivo pero nunca se sabe ... Ulises: ¿Qué tal chicos? -volvió de su paseo con su hija Piti: ¡Encontramos una ciudad, tío! Con chicas y un bar y todo! Ulises: No lo sé ... Papá, Sr. Montero ... Tal vez las mujeres y los niños deberían quedarse aquí hasta evaluar el nuevo entorno. Ricardo (caminando cerca de él): Es "Ricardo", hijo, o "padre". ¡Hemos hablado de esto! -le tocó el hombro Ricardo: ¡Creo que mi yerno tiene razón! Julian: Muy bien! Volveremos en unas horas para traer a las mujeres y los niños con nosotros si es seguro. Estela: ¿Y quién nos protegerá? Ainhoa: Estoy segura de que podemos protegernos nosotras. Rosa: Sí, coño! No somos damiselas en apuros. Vilma: ¡Danos armas y estaremos bien! Cho: Esa es mi chica ...- la besó y le entregó un arma. Ulises: ¿Estás segura? -le susurró a su esposa Ainhoa: Escuchaste a tu hermana. Estaremos bien. Ulises: Vale ... te amo un montón. ¿Vale? Ainhoa: Yo también ... La besó y se fue con el resto de los chicos.
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Unas horas más tarde regresaron y los llevaron a la ciudad. Fue agradable volver a ver la civilización después de tanto tiempo. Pero no se sentían como en casa. Ulises y los chicos se sintieron mejor que las chicas porque este lugar tenía casi todo: bares, cines, bancos, mercados, rascacielos ... Ulises: ¿Te gusta? -le preguntó mientras caminaban por la calle principal con los civiles reunidos en la acera, mirándolos como extraterrestres. Ainhoa: No sé ... Se siente ... raro. -miró a Rosa, que parecía un animal asustado porque este lugar le recordaba a la ciudad donde la tenían a ella y a Ainhoa. Ainhoa: Dame Lu y ve a ver a tu hermana. ¿Vale? Ulises: Si. Tomala. Se acerco a Lucia Ulises: Hola hermana! Todavía suena extraño, ¿no? Rosa: Sí muy. Por eso, por favor, no lo digas ... -parecía cautelosa Ulises: ¡A la mierda esto! -la recogió en su espalda Rosa: ¿Qué demonios estás haciendo? Ulises: ¡Siempre quise una hermana! Rosa: Pero yo no! ¡Bájame! Ulises: ¡No seas poco cool! ¡Me quieres y lo sabes! -le sonrió y ella se permitió disfrutarlo.
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Algunas chicas locales observaron lo dulce y guapo que era y cómo trataba a las mujeres de su vida y se derritieron sobre él a primera vista. Se acercó a Ainhoa y Lucía con Rosa todavía en su espalda. Ulises: Hola chicas! Ainhoa (sonriendo): Siento pena por ti, tía... Ahora tendrás que vivir con él toda tu vida. -broma Rosa: ¡No me digas! ¡Y tu tambien! Ainhoa: ¡No sabes eso! Podría divorciarme de él ...- miró a Ulises, tontamente Ulises: E! ¡Ni de coña eso! ¿Vale? Ainhoa (riendo): Vale! Rosa: Genial, ¡ahora déjame bajar! Ulises: ¡Ya casi llegamos! Ainhoa: ¿Dónde? Ulises: Chicas, ¡bienvenidas a nuestra nueva casa! Se detuvieron ante un hermoso rascacielos. Ulises: Es solo para la gente del barco. Viviremos cerca. ¿No es genial? Rosa: ¿Y que? ¿Nos acaban de dar un rascacielos? ¿Así? Ulises: Si! ¡La gente puede ser buena, muchachas! -entró. Ainhoa y Rosa se quedaron mirándose con incredulidad.
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Dejó caer su cuerpo sobre la cama, haciendo un sonido de placer. Ulises: Mira, chivata! ¡Una habitación enorme para nosotros dos! -la agarró de la mano y la acercó Ulises: Las cosas que haremos aquí ... -la mordió en el labio y ella se sentó a horcajadas sobre él. Seguía mirando el lugar con un mal presentimiento. Ulises: ¿Qué? Ainhoa: Nada ... Ulises: Sé cuando te pasa algo ... Ainhoa: Todo es tan nuevo y da miedo... Ulises: Mientras esté aquí, no tienes que tener miedo ni nada, nena. -se la quitó el cabello de la cara con su dedo. Ainhoa: Eres como mi ... guardaespaldas? -se movió sobre su regazo, causando fricción Ulises: Más como un ángel de la guardia... Ainhoa: Aa bien ... bien... -le dio pequeños besitos en los labios Ulises: Chivata .....- trató de detenerla pero él mismo no quería parar Ainhoa: ¿Mm? -sigió Ulises: Amor ... Ainhoa: ¿Si? -le siguió mordiendo las orejas y el cuello Ulises: Nos están esperando ... Ainhoa: ¿Y? Ulises: Vendrán a buscarnos ... Ainhoa: Deja que vengan ... Ulises: ¿En qué posición te gustaría que nos encontraran? -bromeó Ainhoa: ¡No eres divertido! -se levantó, jugando molesta Ulises: ¿No soy divertido? ¿Qué? Eso es una ofensa! Ainhoa: ¡Es verdad! Ulises: Tómalo de vuelta ... Ainhoa se negó con la cabeza y él se levantó para acercarse a ella. Ulises: ¡Tómalo de vuelta! Ainhoa: Que no, hombre, no! Envolvió sus brazos alrededor de ella y la balanceó en el aire haciéndola gritar. Ricardo estalló en la habitación Ricardo: ¿Estais bien? Ainhoa: Sí, papá, lo siento. Ulises: Perdon ... Ricardo: Vayan al lobby. -se fue y Ainhoa y Ulises se rieron tan silenciosamente como pudieron Ulises: Tu papá nos iba a atrapar con las manos en la masa! Ainhoa (riendo): ¿Te lo imaginas? Pobre hombre!
Ulises: ¿Un beso antes de irnos? Ainhoa: Un millón ...
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