Lazos de Sangre -2

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La tripulación finalmente pisó tierra. Estaban todos juntos esta vez, nadie se quedó atrás, una familia extendida y unida. Ulises llevaba a Lucia y caminó con la mano de Ainhoa ​​en la suya. Sintió el calor de la arena calentando sus pies y la estabilidad de la tierra haciendo desaparecer el mareo del mar. Cerró los ojos y respiró hondo. Ainhoa ​​lo sintió e hizo lo mismo. Luego puso a Lucía en el suelo y el bebé quedó desconcertada por la nueva magia que tocó su piel.
Ainhoa: ¡Es arena! -Ainhoa ​​se lo mostró y Lucia trató de llevárselo a la boca, pero Ulises logró evitarlo.
Ulises: ¡Esto no es para comer, nena!
Vilma: Jaime intentó lo mismo. -dijo riendo.
Vilma: ¡Creo que Lucía y Jaime son como dos gotas de agua!
Ulises: Bueno, no presionemos las cosas, ¿e? -se llevó a Lucía lejos de Jaime que se había acercado para tocarla.
Cho: ¿En serio? Son solo bebés.
Ulises: Bebés, bebés, pero mi hija no es para los dientes de nadie, ¿de acuerdo?
Fue a caminar con Lucía.
Ainhoa ​​(riendo): ¡Imagina eso en la pubertad de Lucía!
Vilma: ¡Me da pena el pobre chico que se enamorará de ella!
Rieron.
Cho: Escuchen, ¿creen que hay gente aquí?
Vilma: No lo sé, amor, ¡pero no me odies por decir que desearía que lo hay! ¡Porque quiero ver gente nueva! Amo a todos en ese barco pero ...
Ainhoa: Sé lo que quieres decir ... Somos muy jóvenes pero tuvimos que crecer rápido debido a las circunstancias. Necesitamos divertirnos chicos ...
Estela: ¿Cómo se divertirán con maridos e hijos? -bromeó pero no se rieron
Vilma: No seas amargada, ¿e? ¡Todavía podemos divertirnos!
Ainhoa: Además, no hay nadie con quien me gustaría divertirme más que con Ulises.

Cho y Vilma: Cursi! -se rieron de ella
Ainhoa: ¡Que les den! -riendo. Vio a Rosa sentada sola otra vez.
Ainhoa: Disculpe por un segundo ... -se acercó a ella.
Ainhoa: Hola, cuñada. -sonriendo amigablemente
Rosa: No me llames así. -con una cara fruncida
Ainhoa: Basta ya. ¿Que te he hecho? ¿No éramos colegas? -se sentó a su lado en la roca.
Rosa: Lo siento ... Éramos... Somos....
Ainhoa: Bueno... -se quedó allí en silencio, Rosa no sabía qué hacer pero hacía lo mismo.
Después de un tiempo, Max llegó corriendo con el grupo de búsqueda.
Max: ¡Encontramos una ciudad! ¡Es segura y la gente parece buena!
Ricardo: ¿Qué tan lejos está, hijo?
Max: No muy lejos de aquí. Casi una hora a pie.
Ramiro: El alcalde dijo que están dispuestos a darnos refugio y absorbernos como sus civiles.
Julian: ¿Qué pasa con ese "alcalde"?
Palomares: Parecía inofensivo pero nunca se sabe ...
Ulises: ¿Qué tal chicos? -volvió de su paseo con su hija
Piti: ¡Encontramos una ciudad, tío! Con chicas y un bar y todo!
Ulises: No lo sé ... Papá, Sr. Montero ... Tal vez las mujeres y los niños deberían quedarse aquí hasta evaluar el nuevo entorno.
Ricardo (caminando cerca de él): Es "Ricardo", hijo, o "padre". ¡Hemos hablado de esto! -le tocó el hombro
Ricardo: ¡Creo que mi yerno tiene razón!
Julian: Muy bien! Volveremos en unas horas para traer a las mujeres y los niños con nosotros si es seguro.
Estela: ¿Y quién nos protegerá?
Ainhoa: Estoy segura de que podemos protegernos nosotras.
Rosa: Sí, coño! No somos damiselas en apuros.
Vilma: ¡Danos armas y estaremos bien!
Cho: Esa es mi chica ...- la besó y le entregó un arma.
Ulises: ¿Estás segura? -le susurró a su esposa
Ainhoa: Escuchaste a tu hermana. Estaremos bien.
Ulises: Vale ... te amo un montón. ¿Vale?
Ainhoa: Yo también ...
La besó y se fue con el resto de los chicos.

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Unas horas más tarde regresaron y los llevaron a la ciudad. Fue agradable volver a ver la civilización después de tanto tiempo. Pero no se sentían como en casa. Ulises y los chicos se sintieron mejor que las chicas porque este lugar tenía casi todo: bares, cines, bancos, mercados, rascacielos ...
Ulises: ¿Te gusta? -le preguntó mientras caminaban por la calle principal con los civiles reunidos en la acera, mirándolos como extraterrestres.
Ainhoa: No sé ... Se siente ... raro. -miró a Rosa, que parecía un animal asustado porque este lugar le recordaba a la ciudad donde la tenían a ella y a Ainhoa.
Ainhoa: Dame Lu y ve a ver a tu hermana. ¿Vale?
Ulises: Si. Tomala.
Se acerco a Lucia
Ulises: Hola hermana! Todavía suena extraño, ¿no?
Rosa: Sí muy. Por eso, por favor, no lo digas ... -parecía cautelosa
Ulises: ¡A la mierda esto! -la recogió en su espalda
Rosa: ¿Qué demonios estás haciendo?
Ulises: ¡Siempre quise una hermana!
Rosa: Pero yo no! ¡Bájame!
Ulises: ¡No seas poco cool! ¡Me quieres y lo sabes! -le sonrió y ella se permitió disfrutarlo.

 -parecía cautelosaUlises: ¡A la mierda esto! -la recogió en su espaldaRosa: ¿Qué demonios estás haciendo?Ulises: ¡Siempre quise una hermana!Rosa: Pero yo no! ¡Bájame!Ulises: ¡No seas poco cool! ¡Me quieres y lo sabes! -le sonrió y ella se permiti...

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Algunas chicas locales observaron lo dulce y guapo que era y cómo trataba a las mujeres de su vida y se derritieron sobre él a primera vista. Se acercó a Ainhoa y Lucía con Rosa todavía en su espalda.
Ulises: Hola chicas!
Ainhoa (sonriendo): Siento pena por ti, tía... Ahora tendrás que vivir con él toda tu vida. -broma
Rosa: ¡No me digas! ¡Y tu tambien!
Ainhoa: ¡No sabes eso! Podría divorciarme de él ...- miró a Ulises, tontamente
Ulises: E! ¡Ni de coña eso! ¿Vale?
Ainhoa (riendo): Vale!
Rosa: Genial, ¡ahora déjame bajar!
Ulises: ¡Ya casi llegamos!
Ainhoa: ¿Dónde?
Ulises: Chicas, ¡bienvenidas a nuestra nueva casa!
Se detuvieron ante un hermoso rascacielos.
Ulises: Es solo para la gente del barco. Viviremos cerca. ¿No es genial?
Rosa: ¿Y que? ¿Nos acaban de dar un rascacielos? ¿Así?
Ulises: Si! ¡La gente puede ser buena, muchachas! -entró. Ainhoa y Rosa se quedaron mirándose con incredulidad.

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Dejó caer su cuerpo sobre la cama, haciendo un sonido de placer.
Ulises: Mira, chivata! ¡Una habitación enorme para nosotros dos! -la agarró de la mano y la acercó
Ulises: Las cosas que haremos aquí ... -la mordió en el labio y ella se sentó a horcajadas sobre él. Seguía mirando el lugar con un mal presentimiento.
Ulises: ¿Qué?
Ainhoa: Nada ...
Ulises: Sé cuando te pasa algo ...
Ainhoa: Todo es tan nuevo y da miedo...
Ulises: Mientras esté aquí, no tienes que tener miedo ni nada, nena. -se la quitó el cabello de la cara con su dedo.
Ainhoa: Eres como mi ... guardaespaldas? -se movió sobre su regazo, causando fricción
Ulises: Más como un ángel de la guardia...
Ainhoa: Aa bien ... bien... -le dio pequeños besitos en los labios
Ulises: Chivata .....- trató de detenerla pero él mismo no quería parar
Ainhoa: ¿Mm? -sigió
Ulises: Amor ...
Ainhoa: ¿Si? -le siguió mordiendo las orejas y el cuello
Ulises: Nos están esperando ...
Ainhoa: ¿Y?
Ulises: Vendrán a buscarnos ...
Ainhoa: Deja que vengan ...
Ulises: ¿En qué posición te gustaría que nos encontraran? -bromeó
Ainhoa: ¡No eres divertido! -se levantó, jugando molesta
Ulises: ¿No soy divertido? ¿Qué? Eso es una ofensa!
Ainhoa: ¡Es verdad!
Ulises: Tómalo de vuelta ...
Ainhoa ​​se negó con la cabeza y él se levantó para acercarse a ella.
Ulises: ¡Tómalo de vuelta!
Ainhoa: Que no, hombre, no!
Envolvió sus brazos alrededor de ella y la balanceó en el aire haciéndola gritar. Ricardo estalló en la habitación
Ricardo: ¿Estais bien?
Ainhoa: Sí, papá, lo siento.
Ulises: Perdon ...
Ricardo: Vayan al lobby. -se fue y Ainhoa ​​y Ulises se rieron tan silenciosamente como pudieron
Ulises: Tu papá nos iba a atrapar con las manos en la masa!
Ainhoa ​​(riendo): ¿Te lo imaginas? Pobre hombre!

Ulises: ¿Un beso antes de irnos?
Ainhoa: Un millón ...

Ulises: ¿Un beso antes de irnos?Ainhoa: Un millón

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Ulises y AinhoaWhere stories live. Discover now