Ulises y Ainhoa

Hilo Rojo

A: Por favor no me hagas esto, por favor, por favor ... -gritó contra su colchón, incapaz de encontrar la fuerza para levantarse.
J: ¿Qué pasó? -Julia dijo entrando a la cabina
J: Ainhoa! -se apresuró a ayudarla a levantarse
J: ¿El bebé?
A: ¿Q..qué? No ... -trató de calmarse
J: Joder! ¡Qué susto! -dijo ella revisando su corazón
J: Si sigues llorando así todos los días, perderás al bebé. O peor.
A: ¿No lo entiendes? Si no hubiera sido por este bebé, ya habría muerto con él.
Julia la abofeteó.
J: ¡No digas eso otra vez! ¿Me escuchas?
A: Lo siento ... -la abrazó y Julia no pudo seguir enojada con ella.
J: Va a mejorar. Lo prometo.
V: (corriendo hacia ellos) ¡Lo encontramos! ¡Lo encontramos!
J: ¿Qué estás diciendo Vale?
Ainhoa no sabía a qué se refería su hermana, pero deseaba solo una cosa y corrió hacia la cubierta lo más rápido que pudo para ver si sus rezos le habían devuelto su vida.

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Ella jadeó cuando lo vio allí acostado, parecía muerto.
Salomé: Ainhoa, cariño, ¡no! -trató de alejarla pero ella mantuvo sus ojos en él y evitó ser tocada o retirada de su costado.
A: ¡Haz algo! -le gritó a su padre y a Julian que lloraban por encima de su cuerpo
A: ¡ALGUIEN HARÁ ALGO, JODEEEER! -su garganta se cerró por todos los gritos y ella solo pudo hacer ruidos llorosos con sus doloridas cuerdas vocales. Se acercó a él con las manos extendidas como si estuviera esperando que él las tomara. Temblando, le acariciaron la cara fría y mojada. Se acercó a su oído llorando
A: Mi amor, te lo ruego ... No me dejes sola ... ¡JULIA! -trató de gritar pero ella solo chilló. Julia vino corriendo con el desfibrilador.

Julia trató de revivirlo. Su cuerpo saltó de la electricidad y su piel se puso roja en su pecho rígido.
A: Lo estás lastimando ...- lloró mientras Salomé la contenía
J: Otra vez. -cargó la máquina e intentó de nuevo. Ulises escupió agua y Ricardo sostuvo su cabeza para evitar ahogarse. Sus ojos se miraron primero a Ainhoa, sin saber cuándo o dónde estaba, todo estaría bien porque ella estaba allí.
U: Ainnoa ... -dijo mientras los restos de agua goteaban de su boca. Ella permaneció congelada mirándolo. Solo llorando. Julian lo abrazó mientras lloraba de alegría. Y luego sus pies se movieron y la acercaron a él. Lo miró a la cara, apenas tocándolo con los dedos, temiendo que fuera un sueño del que se despertara pronto. Cuando sus dedos tocaron su piel, se dio cuenta de que era real y lo encerró en sus brazos.
A: Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! -sollozando

U: Chivata, odio el mar ... -habló con voz ronca.
A: (riéndose y acariciando su rostro) ¿Por qué?
U: Porque me llevó lejos de ti...-sonrió

Lo besó como nunca lo había besado antes, como si fuera el último beso en la tierra.

Levantó los brazos con dificultad para abrazarla y sintió su barriga sobresalida. Se liberó de su beso y miró el vientre. Luego la miró con asombro.
U: ¿Es ...? -lloró como un niño pequeño, ella asintió y acercó su cabeza a su pecho para consolarlo.
A: Es tu niña... -le susurró al oído.
U: ¿Es niña?
A: Sí ... -expiró
Cayó hacia su pecho llorando de alivio y alegría mientras ella lo acunaba en sus brazos.

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Todos festejaron hasta el amanecer para el regreso de Ulises. Encontró a Ainhoa sentada en un rincón, observándolo desde lejos.
U: ¿Otro baile conmigo? -se sentó a su lado
A: En un minuto. Tu hija esta durmiendo.
U: Uy! Lo siento princesa! -le susurró al vientre y lo besó
A: ¿Estás borracho?
U: 100%. -sonrió como un tonto
U: ¡También soy el hombre más feliz del mundo! -él gritó
A: ¿Estás loco? -se rió
U: ¡Completamente sí! ¡Pa' ti! -la agarró y la levantó en sus brazos, bailándola por el comedor. Valeria corrió hacia él.
V: Yo también quiero! -lo arrastró por la camisa
U: ¿Mi niña quiere bailar?
V: Si !! -sonrió ampliamente
U: Toma mi cerveza. -le dio la botella a Ainhoa y levantó a Valeria en sus brazos bailando con ella.

Después de bailar y bailar con casi todos en la sala, se dio cuenta de que Ainhoa ​​no estaba allí. Él siguió buscándola. Estaba caminando por el pasillo cuando escuchó un "psit" desde el armario. Abrió y allí estaba Ainhoa ​​desnuda.
U: Hostia, tía! -la miró fijamente y ella lo arrastró adentro, cerrando la puerta detrás de él.
U: Es un gran armario...
A: ¡Apenas encajo! Sabes, si engordo, engordas conmigo. Diga adiós a esos músculos abdominales calientes, chaval. -se acarició el pecho
U: Trato. -susurró antes de devorar sus labios. Trató de desnudarse, pero se tambaleó y casi se cae de espaldas.
A: Estas bien?
U: De puta madre! -finalmente se desnudó
U: Hola -sonrió tontamente
A: Hola -besó sus pezones, mordiéndolos suavemente
U: Joder ... -gimió. Ella miró hacia abajo y su pene aún dormía
A: ¿Estás seguro de que puedes hacer esto estando tan borracho? -se burló de él e hizo una mueca ofendida
U: ¡Ven acá! -La giró y la sostuvo contra la pared del armario. La lamió la espalda y la mordió el culo. Luego acarició su entrada haciéndola temblar.
U: Tan húmeda solo para mí ... -se agarró de sus tetas y empujó dentro de su vagina desde atrás. La empujó varias veces y luego la giró y la empujó rápidamente desde el frente.
U: Hostia! -gimió jadeando y corrió dentro de ella
Cayeron en el fondo del armario riendo y jadeando.
A: Deberíamos hacer eso más a menudo.

U: Estaba pensando lo mismo ... -entrelazó sus dedos con los de ella.