Mala Raza

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Ulises: ¿Qué haces aquí, chivata? -Ulises se acercó sigilosamente a ella y le susurró al oído, asustándola.
Ainhoa: ¡Qué tonto eres! ¡Joder! -lo golpeó con el montón de papeles que sostenía en la mano y él se echó a reír. Todos en la sala del "Alcalde" los miraban. La tripulación del Estrella Polar había estado allí toda la mañana, esperando en la cola para depositar sus datos personales y obtener nuevas tarjetas de identificación. Era una forma de mantener a todos controlados y saber todo sobre ellos. Y no tenían otra opción porque quien se negó a hacerlo, fue arrestado o expulsado de la ciudad.
Ainhoa: Llegas tarde.
Ulises: Lo sé, no pude encontrar unos de mis papeles ... -susurrando.
Ainhoa ​​(preocupada): ¿Qué dices? ¿Que pasará ahora? ¿Te detendrán? ¿O te echarán?
-Ulises le tocó los brazos para calmarla porque la gente miraba.
Ulises: Relájate, cariño ... ¡Está bien! -dijo totalmente relajado y despreocupado.
Ainhoa: ¡A veces, tu calma me está volviendo loca! -se puso mala cara y se cruzó de brazos. La acercó a él.
Ulises: Sí, pero eso no es lo único que te vuelve loca, ¿verdad?
Ella trató de mantener una cara seria mientras él seguía dándole pequeños besitos en las manos y la cara y finalmente ella sonrió.
Ainhoa: ¡Gilipollas!
Él la había abrazado por detrás mientras esperaban en la cola.

Marta (hija del alcalde): Oye, papi ... -los estaba mirando desde la distancia e hizo un plan en su cabeza.
Alcalde: ¿Sí, angelito? -dijo mientras reafirmaba los papeles.
Marta: ¿Ves a ese chico?
Alcalde: ¿Qué chico?
Marta: El chico más hermoso que haya existido, está allí en la cola ...
Alcalde: Huelo problemas ... ¿Y qué de él?
Marta: Bueno ... papi ... Ya ves, me he enamora'o.
Alcalde: Por tercera vez esta semana ...
Marta: No! Es super real esta vez.
Alcalde: Entonces, ¿estás dispuesta a conformarte?
Marta: Estoy dispuesta a casarme, tener sus hijos, cocinar para él y hacer todo lo que quiera.
Alcalde: Ay, Dios ... es grave ...
Marta: Sí lo es! Y si no lo tengo, algo MUY malo sucederá.
Alcalde: Me tocas como un violín, ¿lo sabes?
Marta: Si. ¡Peropor eso eres el mejor papá de todos! -lo besó
Alcalde: Está bien, está bien ... Lo tendrás.

Ainhoa ​​terminó con sus papeles y Ulises fue el siguiente en la cola.
Ainhoa: Te esperaré, ¿de acuerdo? -esperó por él cerca de la salida, donde podía verlo. Se estaba mordiendo las uñas y tenía un mal presentimiento sobre esto.
Ulises: Hola, buenos días. -le dio los papeles al empleado que parecía un hombre realmente malo.
Ulises: ¿Todo bien?
Empleado: Firme aquí, aquí y aquí.
Ulises lo hizo.
Ulises: ¿Puedo irme? Mi mujer y mi niña me están esperando. -dijo con una pequeña risa
Empleado: Espere aquí. -el hombre se levantó y fue a hablar con dos hombres armados. Ulises se dio la vuelta y vio a Ainhoa señalándolo que estaba mal, él señaló que todo estaba bien.
Empleado: Señor, tenemos algunos problemas.
Ulises: ¿Qué problemas?
Empleado: Uno: no tiene un certificado de matrimonio, por lo que se cancela su matrimonio. Dos: su hija no ha recibido legalmente su apellido, por lo que solo es su hija en palabras. Tercero: faltan algunos documentos. Pero no se desterraremos, será detenido temporalmente.
Ulises: ¡Espera, espera! Uno: me casé con mi novia en medio de la nada cuando hubo una segunda catástrofe y tuvimos que salvar nuestras vidas. Dos: mi bebé nació en un barco, casi muere, y lamento no tener una oficina del alcalde en Estrella Polar para registrar su nacimiento. Tercero: ¡no pueden detenerme por no tener algunos malditos papeles conmigo! ¿Cómo demonios sabría que el mundo iba a terminar?
Secretario (sin importarle): Señor, ¿está siendo irónico conmigo?
Ulises: ¿Qué?
Empleado: ¿Cómo podemos saber si usted es un criminal o no si no tiene sus documentos?
Ulises: ¡Lo digo yo! ¡Joder!
Empleado: ¡Caballeros! -llamó a los hombres armados y agarraron a Ulises. Ainhoa ​​corrió hacia él, pero algunos otros hombres la detuvieron.
Ainhoa: ¿Qué pasa?
Ulises: Ainhoa, está bien!
Ainhoa: ¿Qué están haciendo? Que le estan haciendo?
Ulises: Mi niña, está bien! Es un malentendido! ¡Nada mas! -gritó mientras lo alejaban de ella
Ulises: Dile a mi papá que venga a buscarme!
Ainhoa ​​cayó al suelo en sollozos
Ulises: Espera un segundo, coño! -se liberó de su alcance y corrió hacia ella, levantándola y envolviéndola en sus brazos antes de que los separaran nuevamente.
Ulises: No llores ... -lloró también porque sabía que esto era serio.
Ulises: Dile a Lucia que estaré en casa pronto ... ¿Vale?
Ainhoa: Ulises, por favor ... No ...
Ulises: Ya esta. Vamos. -se fue voluntariamente, sin mirarla, solo escuchando sus gritos y su corazón se rompió en un millón de pedazos.

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Alcalde: Parecen muy enamorados ...
Marta: Lo sé, por eso te dije que lo arrestaras. Si quiere que su hija y ... su esposa estén a salvo, él hará lo que decimos.
Alcalde: ¿Qué haremos con él ahora?
Marta: Déjalo en la cárcel durante bastante tiempo hasta que "se rompa". Entonces debería ser fácil.
Alcalde: Pensé que lo amabas. pequeña risa
Marta: Sí, pero él no. Tendré que exigir su amor ...
Alcalde: Eres astuto y hábil. Serás una gran alcaldesa algún día.
Mart (sonriendo): Y él estará a mi lado.

Julian: ¿Qué quieres decir con "no podemos visitarlo"? Él es mi hijo, y lo has arrestado sin razón, ¡leche!
Policía: Señor, tenga en cuenta sus palabras.
Ainhoa: Tío Julian, no digas más. Por favor, señor, tenemos un bebé en casa que necesita a su padre. Por favor...
Rosa: ¡Mi hermano no hizo nada, absolutamente nada! Esto es ilegal
Policía: Quedarse en esta ciudad sin papeles es ilegal.
Ainhoa: ¡Entonces iremos! ¡Solo déjalo libre y nunca nos volverás a ver!
Marta se acercó a la multitud enojada.
Marta: Buenas tardes a todos. Soy Marta Rivas, la hija del alcalde. Por favor, regresen a casa y lo resolveremos legalmente y de forma correcta.
Ainhoa: ¿Y qué forma es la correcta?
Marta: La forma que digo yo, querida. -miró a Ainhoa con disgusto.
Marta: Ahora, todos fuera o serán detenidos.

Cuando Ainhoa se fue con Julian y Rosa, se dio la vuelta y vio a Marta mirándola con maldad.

Cuando Ainhoa se fue con Julian y Rosa, se dio la vuelta y vio a Marta mirándola con maldad

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Ainhoa: ¿Qué le pasa a esta tía? -murmullo
Rosa: Que?
Ainhoa: Nada ...

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Pasó un mes en la cárcel, sin la comida adecuada, sin ducharse o afeitarse. Ainhoa y el resto de su familia lucharon todos los días para verlo y sacarlo de allí.
Mujer policía: Tardes, Garmendia ... Tu esposa me pagó para que te diera esto ... -le mostró una foto, pero cuando él se acercó para agarrarla, se la quitó.
Mujer policía: Si dices algo sobre esto o si la descubren, te mataré.
Ulises: Ya, vale. Por favor. -él había extendido su mano, esperando. Se la dio y él la agarró como si fuera la última pieza de oro en la tierra. Mientras la miraba, comenzó a llorar. Era una foto de Lucía.
Ulises: Mi niña ... -se habló a sí mismo cuando escuchó que la puerta se abría nuevamente y escondió la imagen en su almohada. Se secó las lágrimas y puso cara de enojo. Marta Rivas entró.
Marta: Soy Marta Rivas. Y estoy aquí para sacarte. La pregunta es: ¿qué estás dispuesto a hacer por esto?
Ulises: ¿Qué tengo que hacer?
Marta: Renunciar a tu familia.
Ulises: No.
Marta: Entonces, nos vemos en un mes.

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Alcalde: ¿Nada?
Marta: Los ama demasiado. Pero veamos cuánto durará sin saber nada sobre ellos o sin verlos.
Alcalde: Pero si él está de acuerdo y lo sacas, ¿qué le impedirá huir con ellos?
Marta: Los mataré. Todos.

Ulises y AinhoaWhere stories live. Discover now