🌸 열 일곱

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A la mañana siguiente, a Jungkook casi le dio un infarto.

La noche anterior, después de hablar con su madre por mensaje y explicándole una pequeña mentira del porqué de su ausencia, Taehyung le prestó una camisa suya algo grande que le servía como pijama y los dos se tiraron al sofá, pusieron un maratón de películas Marvel y se inflaron a frituras y comida poco sana.

Hasta ahí todo bien, lo que sucede es que no planeó quedarse dormido y amanecer después acurrucado junto al rubio, que al parecer no se había parado a pensar en su salud mental y lo estaba abrazando por la cintura posesivamente y de manera en la que sus rostros estuvieran cerca.

Muy cerca.

Iba a gritar. Realmente quería gritar.

- AHHHHHH.

Y gritó.

Taehyung abrió los ojos austado y confuso, recibiendo un empujón por parte del contrario que lo hizo caer al suelo. Se quedó ahí unos segundo gracias a la impresión, y finalmente cuando reaccionó, se sobó la parte baja de la cadera mientras su rostro se deformaba en una mueca de dolor.

- ¿A ti qué es lo que te pasa? Eso dolió. - Se quejó aún en el suelo.

- ¡L-lo siento! - Con un gran sonrojo miraba a cualquier lado en el que no estuviera el rubio. - Es que yo... tu... N-nosotros...

Taehyung se levantó apoyándose en el brazo del sofá. Se le quedó viendo pensativo unos segundos, sumiéndoles en un silencio incómodo para el menor, puesto que la imponente mirada del mayor le hacía estremecerse.

- ¿Porqué te pones tan nervioso? - Preguntó ladeando la cabeza en duda. Jungkook abrió los ojos en sorpresa; no sabía como responder a eso.

- Eh... Vamos a desayunar. - Y rápidamente se puso de pie para dirigirse a la cocina.

Taehyung le siguió, encogiéndose de hombros con una sonrisa boba decorando sus facciones.

(...)

- No me creo que haya aceptado esto.

Jungkook no podía decir que se arrepentía de haber accedido a saltarse las clases para estar con Taehyung, pero tampoco es que se sintiera feliz con ello...

Porque ese término se queda corto.

Actuaba como si en realidad no le gustase el hecho de pasar todo el día con el rubio, ya que no tenía otra opción. Sus sentimientos no serían descubiertos de esa manera.

- Oh vamos, confía en mí. Será divertido. - Aseguró Taheyung guiñando un ojo.

Quería golpearle. ¡Ese chico no se paraba a pensar en su salud! Inmediatamente, el color rojo se adueñó del rostro de la chica, que intentaba ocultarlo.

- Bien, señor Kim, ¿dónde vamos? - Cuestionó el menor, avanzando unos pasos para que el contrario no llegara a percatarse del intenso sonrojo que había causado.

- Hmm... - Llevó su mirada al cielo. - ¡Ya sé! Pero es temprano para ir, primero demos una vuelta.

Jungkook estuvo a punto de pararse y dar una vuelta en sentido literal, mas se abstuvo.

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