Capitulo XXVI

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Piper

Tengo algo que confesarte - Dijo Piper mientras abría la puerta de su casa y llevaba a Alex abrazada de espaldas contra ella.

Alex se volteó para tenerla frente a frente, con su ceño fruncido miró sonriente a Piper, y se colgó de su cuello para darle un piquito.

Me intriga señora Chapman, ¿es algo bueno o algo malo? - indagó súper curiosa.

Piper cerró sus ojos y acercó más su rostro para rozar dulcemente la nariz de Alex. Se desvió un poco más hasta llegar a su cuello y quedarse arrecostada mientras balbuceaba sus palabras.

No se cocinar - Confesó a penas algo audible.

¿Que? - Preguntó Alex al no entenderle.

Que no se cocinar - Se lamentó tímida aferrándose más al cuerpo de Alex y aspirando su aroma. Lo siento, mentí un poco, pero.....

Alex soltó una carcajada alejándose un poco para ver el rostro de Piper. La rubia estaba roja carmesí por la confesión. Lo siento - Dijo Piper.

No te preocupes señora Chapman, yo si se cocinar. Deja que esta noche yo te alimente. - Propuso Alex.

Piper la acercó de nuevo a ella para besarla, la felicidad que sentía en ese momento era indescriptible, por su estómago revoloteaban miles de mariposas. La fue arrastrando sin cortar el beso hacia dentro de la casa, parecía koala, despegarse de Alex cada vez se le hacía más difícil.

Yo había optado por pedir pasta o comida China, pero si quieres alimentar a tu mujer yo no me opongo - Dijo sonriente la rubia.

Esta bien, haremos lo que quieras, ¿cuales son los planes para hoy señora mía? - Preguntó Alex mientras daba piquitos a Piper entre cada palabra.

¿Ducha, comida y cama esta bien para ti? - Consultó Piper mientras empezaba a desabrochar los botones de la camisa de Alex y la arrastraba ahora a su cuarto.

Lo que la princesa quiera - Ronroneó Alex mientras le seguía el paso a Piper dejándose quitar ya la primera prenda de ropa.

Piper logró llevar a Alex a la bañera, terminó de desvestirla entre besos y caricias, preparó la tina y la dejó un momento solo para ir a hacer la orden.

Amor - Gritó desde la cocina. Que....

China - Interrumpió Alex con otro grito. Apresúrate, te necesito aquí, el agua se enfría mientras jugueteaba con sus manos.

Piper regresó a la velocidad de la luz casi tropezando. Entró a la tina y se colocó detrás de Alex. Se abrazó a su cuerpo y la acercó más suspirando el aroma de Alex, beso su cuello y dejó un mordisco sabroso que le estremeció hasta el hipotálamo a la morena.

La ducha no tardó lo suficiente o al menos no pasó lo que Piper quería, la comida llegó justo en tiempo de que sus estómagos necesitaban de alimentos. Pero eso no fue limitante para que Piper se deleitara al menos con besos y caricias que le robaran el alma a Alex. Para Piper era un goce tener a Alex entre sus brazos, cada vez se abría más en la intimidad con ella más allá de solo sexo. Con Alex tenía la necesidad de darle más, con Alex estaba siendo ella misma, auténtica, real, Alex le daba la confianza suficiente para ser de esa manera. Con Alex quería todo, con Alex esta vez daría todo. El sentimiento que estaba desarrollando por Alex le transmitía paz, serenidad, y sobre todo humildad. Una Piper que no todo el mundo tenía la oportunidad de conocer. Piper no estaba dispuesta a renunciar a ese sentimiento.

Luego de salir de la tina comieron la cena, entre miradas, risas, besos y más caricias, Piper aprovechaba cualquier ocasión para tocar y abrazar a Alex. Piper estaba en completo trance de adoración, cualquier palabra que decía, o gesto que hacia Alex le provocaba miles de aleteos en su estómago, quería saber de ella, su vida, su niñez, su familia, sus miedos, sus defectos, sus hobbies, lo quería saber todo, pero una noche no le alcanzaría.

Lie To MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora