Lie To Me

Capítulo XXXVII FIN

Alex

Alex Pearl Vause, ¿estas segura de lo que estas haciendo? Me preguntó mi padre. Acabas de conocer a penas a esa mujer, ¿como es posible que en tan poco tiempo tomen una decisión tan importante?

¿Como pretendes que yo entregue a mi única hija a una mujer que no conozco, y de la cual no se nada en absoluto?

Hija, ¡estás loca!

Mi padre estaba paranoico, es comprensible. En este corto tiempo yo jamás le mencioné a Piper a modo específico de algo en concreto.

Alex, ¿estás segura de lo que vas a hacer? Repitió.

No papá, no estoy segura de hacerlo. Es lo que quiero hacer, por favor no te preocupes y no me pongas más nerviosa de lo que ya estoy, Piper es todo lo que quiero en mi vida, ella se ha convertido en mi todo en ese poco tiempo que dices, por favor confia en mi, mi corazón no se equivoca al elegirla a ella hoy. No me importa el futuro, quiero el presente que tengo con ella.

No se como explicarte todo lo que siento, me tardaría demasiado, y tenemos poco tiempo para esta noche. Por favor apóyame en esto papá, no me dejes sola.

Hacer entender a mi padre no fue tan difícil, supongo mis palabras, mis lágrimas y toda mi emoción lo convencieron. Lloraba de felicidad, no podía creer lo que nos estaba pasando a Piper y a mi. Nuestra pequeña historia nos tenia acá, a punto de dar un paso muy importante para ambas.

De acuerdo Alex, espero que todo les salga bien. Tengo fe que este es tu momento. Mi padre me besó y abrazó, su abrazo de toda la vida, ese que te consuela y te dice que todo estará bien a pesar de lo que suceda. Me dejé envolver de su abrazo y lo recibí con esa misma fe que el tenía.

Me solté de su abrazo y me aligeré a buscar el vestido perfecto para nuestra ocasión, la de Piper y mía, porque si, a partir de ahora no solo pensaría en mi, ni en mi felicidad y satisfacción, sino también la de ella, porque la quiero hacer feliz, porque quiero hacerla sonreír y suspirar siempre de amor, quiero ser todo para ella.

A mi mente vino alguien a quien yo debía agradecer, y a quien quería me acompañara en este momento especial. El había sido un pilar fundamental en esta historia, el me ayudó, me arrastró a esta locura, y también me consoló, lo recuerdo muy bien.

No tenía mucho tiempo, así que le envié un mensaje. Claro, preciso y conciso.

Alex: ¡¡Xavi!! ¿Estas ahí? OMG, te tengo una noticia. Mueve tu trasero a mi casa. Es ¡¡¡¡urgente!!!

Segundos, minutos, media hora pase esperando su respuesta, me estaba impacientando entre recibir su respuesta o llamada y elegir en línea el vestido ideal. Que locura, ¿quien elige su vestido de novia el mismo día de su boda?, mi corazón no se limita a sonreír rebosante por todo lo insólito.

Tic tac, tic tac, resuena en mi cabeza.

Alex, hija, ¿este traje me iría bien? Entró mi padre preguntando por su atuendo.

Wow, estás asombrosamente guapo papá. Me acerqué a él para acomodar mejor su saco, verlo de esa manera me hizo mucha ilusión, me trajo el recuerdo de mi madre, y de lo mucho que hubiera deseado estuviera hoy conmigo. De mis ojos no escaparon más lágrimas.

Oh Alex, cariño. El sabía del porqué de mis lágrimas. ¿Sabes bien que ella estaría orgullosa de ti verdad? ¿Lo sabes?

Si, asentí sin palabras. Mis palabras no podían salir de mi garganta, tenía un nudo que me lo impedía.

Ella más que nadie, desde arriba te desea toda la felicidad del mundo mi vida. Su abrazo y sus caricias me consolaban nuevamente como muchas veces.