☠ Pelea de Egos » Larry Stylinson ☠

6. [Cualquier chica sería suertuda de tenerte.]

Harry:

Louis permaneció inmóvil frente a mí durante algunos segundos.

Yo estaba tan sorprendido como él y nuestras bocas permanecían levemente abajo.

Después de recobrar la consciencia como si fuéramos unos, ambos volvimos a nuestras viejas actitudes de odio e indiferencia.

—Vaya, vaya. ¿Escuchando conversaciones ajenas? –Expresé serio tratando de demostrar enfado aunque estaba aterrorizado por dentro.

—¿De qué hablas? Yo solo vine al baño a saltearme la clase de matemática.–Dudó un momento y luego continuó.– Además en todo el rato que he estado aquí no he escuchado tu pútrida voz de camionero excitado.–Terminó de decir eso y me mostró sus auriculares colgando de sus manos.

Sentí una puntada en mi pecho por su maldito comentario.

¿Por qué tenía que ser tan rudo?

“Como yo.” Pensé y una idea surgió de mi mente.

¿Él quería jugar sucio?

Ese juego podíamos jugarlo los dos.

Di un paso rápido y entré mientras cerraba la puerta detrás de mí.

Por primera vez logré apreciar como el pánico teñía su mirada. Sonreí para mis adentros.

Que comience el juego.

—¿Crees que soy idiota? –Proseguí mientras lentamente me iba acercando a él que instintivamente caminaba hacia atrás.– No tengo tiempo para que nenazas como tú se metan en mis asuntos.–Cerré mis puños.

El pánico fue reemplazado por la ira en sus orbes azules.

Antes de que pudiera hacer algo lo estampé contra la madera que nos separaba del próximo cubículo.

Estábamos tan cerca que nuestras respiraciones agitadas se mezclaban.

Mi corazón se aceleró cuando lo escuché jadear mientras cerraba sus párpados.

Mis manos, tentadas por el momento, rodearon su cintura. Levanté su remera y mis dedos comenzaron a trazar suaves círculos sobre su tibia piel. Llevándome por el momento cerré mis ojos y ahogué un suspiro. Mi corazón se aceleró cuando lo escuché jadear.

—¿Q-qué haces, i-idiota? –Sonreí al ver el efecto que causaba en él. Era tan tierno cuando tartamudeaba.

Abrí mis ojos solo unos segundos; jamás lo había  visto tan indefenso y vulnerable.

Me acerqué a su oído y susurré con mi voz ya más grave de lo normal.— Louis, deja de hablar un momento. Me desconcentras.

—P-pero…

—¡Silencio!–Gruñí a la vez que aferraba con más fuerza mis dedos y me posicionaba más cerca de él.

Sus manos, que hasta ahora habían estado inactivas y flácidas se enredan en mi pelo y me atraen hacia su anatomía quedando él ahora cerca de mi órgano auditivo.

Con la necesidad de tenerlo cerca ya envenenando cada una de mis entrañas me atreví a envolverlo completamente con mis brazos.

Los masajes que mi cuello estaba recibiendo y las caricias efectuadas en mi pelo me dieron la seguridad de hacer lo que hace tanto tiempo añoraba; deslicé mis manos lentamente y me detuve temiendo que eso lo hiciera reaccionar del momento íntimo que estábamos teniendo y se alejara.

—S-sigue.–Louis ahogó un gemido.

Contraje mi estómago ante la puntada que sentí en mi entrepierna.