☠ Pelea de Egos » Larry Stylinson ☠

27. [Camp: Van a dormir juntos.]

—Bienvenidos al lugar que será su hogar por los próximos días.–dijo en voz alta nuestro profesor de lengua.

Levanté mis lentes de sol y miré a mi alrededor. Estábamos rodeados de árboles, en un bosque. Habían varias cabañas desperdigadas alrededor como si simplemente alguien hubiera olvidado que no eran una construcción independiente sino parte de un conjunto. Y a lo lejos, se podía ver un gran lago y algunas lanchas. Recé internamente para poder dormir en una cabaña alejada de los profesores. No es como si fuera a dormir mucho (ya que iba a dormir con Niall y Niall seguramente no pegaría el ojo en estos siguientes días) pero quería por lo menos tener la tranquilidad de que si me reía a las altas horas de la madrugada, un profesor malhumorado no entraría por la puerta retándonos por haber interrumpido su sueño.

—Bien, ahora, escúchenme.–llamó nuestra atención el adulto enfrente nuestro.— Ahora van a bajar, todos en orden, y van a llevar todas sus cosas a sus respectivas cabañas.

—¡Yo quiero la que está cerca de aquel roble! –gritó Niall a mi lado, parándose de pie, mientras señalaba por la ventana a la cabaña más alejada de todas. Bien pensado, rubio. A partir de ese momento un murmullo comenzó a extenderse, todos preguntándose entre ellos cuál sería la mejor cabaña y, cuando lo decidían gritando en voz alta sus decisiones, pequeñas peleas en el medio.

El señor Johnson se golpeó la cara con su mano, exasperado.

—Silencio.–gritó, silenciándonos a todos.– Nadie va a elegir su cabaña, y menos su compañero para dormir.–determinó y se escuchó una rabieta masiva.– Ahora bajen, ¡vamos!

Y entonces comenzamos a bajar. Le dediqué una mirada a Niall y él me devolvió una sonrisa tímida. Una vez abajo me volví a colocar mis lentes oscuros y coloqué mis manos en mi cadera, girando alrededor para inspeccionar el lugar. Un poco de viento revolvió mi cabello y suspiré con cansancio. Justo cuando volvía mi mirada hacia el vehículo, una mata de cabello rizado se asomaba por su escalera. Solté otro suspiro. Joder, es que lo amo tanto. Y, sinceramente me duele el no poder estar con él, ya no tener oportunidad. El otro día lo traté de esa forma tan indiferente porque... me paralicé. No sabía cómo reaccionar. No es como si pudiera saltar a sus brazos y confesarle mi amor en el medio del pasillo, ni tampoco acobardarme siendo la perfecta representación de Bambi. A él le había gustado siendo así y tampoco es como que estuviera buscando volver a gustarle ya que parecía casi imposible. Cuando todos los alumnos bajaron, los 4 profesores se alinearon y nos indicaron que descargáramos el equipaje. Diez minutos después, nos volvieron a convocar, impacientes por ser escuchados.

—Bien,–prosiguió el señor Johnson– todos sabemos que sus parejas ya han sido asignadas.

Todos asintieron, incluyéndome, aunque la verdad, tanto había pasado desde ese momento que no lo recordaba. Bueno, no pueden culparme, estaba demasiado ocupado pensando en unos orbes verdes y amargándome por la falta de alguien en especial.

—Ahora, estas cosas usualmente no suceden pero, digamos que los papeles se perdieron.–todos comenzaron a murmurar entre ellos, felices porque tal vez ahora si podríamos elegir con quién estar, inclusive yo lo hice que miré al irlandés con una mirada cómplice.– Pero no lloren tanto que hemos hecho unos nuevos.–explicó con cierta ironía. Y el segundo quejido del día se hizo presente.

Las demás autoridades (dos profesores más y el director) comenzaron a pasar lista hasta que llegó la parte interesante.

—Grimshaw y Stone.–se escuchó en voz alta y tuve que contener las ganas de pegar un grito de alegría. ¡Esa puta no iba a dormir con Harry! Oh, no es que me interese no. Tampoco es que le haya insistido a Liam para que Zayn le pregunte a Harry con quién le había tocado, claro que no. Pero entonces Niall, Liam y Zayn me miraron conteniendo la risa y no pude evitar unirme a ellos, teniendo que abrazar al rubio y esconder la cabeza en su cuello para amortiguar el sonido. Me separé una vez que estuve calmado sólo para encontrarme con un Harry con las cejas alzadas, mirando en mi dirección.