8. [Convénceme.]

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Harry:

Cuando pronuncié esa sutil pero fuerte palabra Louis no hizo más que fruncir el ceño y quedarse atónito.

Los demás no escucharon por lo que se quedaron estáticos mirando la escena, tratando de capturar mis palabras que surcaron el aire, la mandíbula de Liam un poco baja. Seguro le sorprendía que Louis no dijera nada –y a mí también–.

Me separé de él y miré sonriente a los demás jugadores—. Bien, si no les importa, que la práctica comience.

Ninguno hizo ningún comentario y se quedaron quietos esperando a que diera la orden—. Estiren y luego quiero que den cinco vueltas a la cancha.

—Hijo de puta.–Masculló Louis mirando al suelo mientras sus nudillos se tornaban blancos de tanto apretarlos.

—Tomlinson.–Grité autoritariamente.– Diez vueltas.–Miré fijo al frente evitando su mirada.

Luego de unos minutos, varios pies comenzaron a resonar por el campo y logré atrapar en el aire algunas maldiciones producidas por la boca de Louis.

Sonreí engreídamente colocando mis manos cerradas en puños sobre mi cintura. Millones de ideas pasaban volando en mi mente de cómo podría cobrarme; cómo podría salvar la deuda de tantos insultos y golpes.

Pero un pensamiento más fuerte apareció; ideas de cómo poder, aunque sea, poder volver a sentir su piel bajo mis dedos.

Tenía dos opciones; hacer que pruebe de su propia medicina o hacer que me ame, aunque sea por algunos minutos.

Esa duda revoloteaba por mi mente y por primera vez no escuché a mi corazón; elegí la primera.

Él siempre era malo conmigo y ahora yo iba a ser malo con él.

Porque tal vez, solo tal vez, yo también tenga mucho ego…

Justo como él lo tiene.

 

 

Louis:

Mis dientes dolían de tanto apretar mi mandíbula.

La ira era tan inmensa e incontrolable que ni siquiera podía asimilar lo que acababa de pasar.

Quería golpearlo; quería golpearlo a él por ser tan condenadamente molesto y quería golpear al entrenador por ser tan condenadamente estúpido.

¿Cómo lo va a elegir a él antes que a mí?

¡Si es apenas un principiante!

¡Yo tengo años de experiencia!

¡Yo soy su mejor jugador!

¡Su favorito!

¿Cómo mierda podía hacerme esto?

Me sentía mal, me sentía tonto y por más cliché que sonara me sentía…

Traicionado.

Y son momentos como esos en los que odio a todos; odio al entrenador, odio a Harry, odio a mi horrenda familia, odio a mis compañeros, inclusive odio a mis amigos.

Y me odio a mí mismo.

No sé por qué ocurre. Sólo sé que la impotencia es demasiado grande como para pensar claramente y lo único que puedo sentir es odio.

Por otro lado no podía creer que Harry  fuera el capitán del equipo. No podía creer que el ocupara mi lugar. De solo pensarlo la boca de mi estómago ardía y el mareo se hacía presente.

☠ Pelea de Egos » Larry Stylinson ☠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora