☠ Pelea de Egos » Larry Stylinson ☠

15. [...♡...]

Louis:

Estacioné mi moto y me dispuse a entrar al campo de fútbol. Fui a los cambiadores y tiré mi bolso al piso, sentándome y abriéndolo rápidamente para sacar el uniforme. Había olvidado cambiarme en casa y estaba con el tiempo justo como para entrar a la práctica y maldita sea, cada vez que llegaba tarde Styles me hacía hacer cincuenta malditos abdominales, y dar quince vueltas a la cancha en vez de diez; quedaba destrozado después de eso.

Me quité mis zapatillas y cambié mis medias por unas limpias. Me coloqué los botines y paré un momento, apoyando mis manos en mis piernas, para tomar un gran respiro. Estaba agitado por haber estado corriendo hacía aquí y no había parado desde ese entonces.

Saqué mi camiseta y mis jeans, sin importarme que estaba a la vista de cualquiera que pudiera entrar; no había tiempo de esconderse o lo que sea. Al fin y al cabo todos éramos hombres, no era como si no supiéramos lo que cada uno tenía.

Apoyé un brazo en uno de los casilleros y con el otro, tiré de una de las piernas de mi jean, tratando de deslizarlo sobre mi piel para lograr sacarlo completamente. Tiré un poco más y por fin salió, quedando desnudo excepto por mis boxers blancos.

Justo en ese momento escuché un prolongado silbido y levanté mi vista con el ceño fruncido para encontrarme a Harry con una sonrisa de lado. Bajé mi vista hacia la única prenda que cubría mi cuerpo y luego la levanté, mis ojos abriéndose y mis manos tratando de tapar algo que era obvio. Sentí el maldito rubor crecer en mis mejillas y deseé que de una vez por todas dejara de mirarme embobado y girara la cabeza.

—Bueno, se ve que a alguien le gusta andar al desnudo. –dijo riéndose suavemente caminando en mi dirección. Comencé a temblar y observé sus movimientos tímidamente. Sé que no tendría por qué tener miedo o lo que sea, pero me siento tan vulnerable y siento que no puedo golpearlo porque de otra manera mi miembro cubierto por la tela quedará expuesto, y no quisiera que Harry tuviera una imagen de alta definición de eso.

Tragué duro y miré al piso cuando se encontraba a cinco pasos de distancia, pudiendo ver sus botines negros en el borde de mi  ahora limitada visión. La cantidad de pasos disminuyeron y cuando mi estómago comenzó a estrujarse por la ansiedad, él cambió su dirección hacia la heladera a mi lado.

Solté un suspiro y lo observé; esa estúpida sonrisa seguía en su rostro. Se adentró en la heladera buscando algo, tomándose su tiempo. Creo que lo hacía a propósito el muy hijo de puta, para burlarse de mí. Mientras sus ojos estaban en lo suyo dirigí mi mirada hacia su lindo trasero, para luego admirar sus contorneadas y seguramente suaves piernas.

—¿Qué miras? –dijo divertido, cerrando la heladera con una botella de Powerade azul en su mano. – ¿Hay algo interesante que quieras observar por aquí? –dijo, bajando la vista hacia su cuerpo.

— ¿Qué miras vos? –dije enojado. – Desde que entraste no has dejado de mirarme, y sólo me pones incómodo.

Harry levantó una ceja y se quedó un rato mirando a la pared, meditando—. ¿Por qué tendría que ponerte incómodo? Yo también soy hombre. No hay nada allí abajo que yo no sepa.

Comencé a pensarlo y llegué a la conclusión de que tenía razón. ¿Por qué su mirada me traía tan nervioso? Lo observé durante unos segundos, su sonrisa engreída todavía extendida en su cara.—No me pones incómodo, cerra el orto.

Él se limitó a reír en voz baja, una grave y cálida risa que envió estremecimientos a toda mi espina dorsal… o tal vez fue la brisa que recorrió mi espalda. Espero con todo mi ser que haya sido por la segundo opción.

—Entonces quita tus manos de ahí.–dijo, su voz baja y demandante.

Maldita sea.