16. [Yo te cuidaré, lo prometo.]

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¡Sorpresa! Capitulo bonus, disfruten perras, ahrr.

Louis:

El resto de los días pasaron muy lentos para mí. Por no decir que el día de la práctica había sido viernes y que no vería a Harry hasta el lunes; no sabía si eso era bueno o malo. Por un lado tendría tiempo para pensar lo que había pasado… por otro lado me ponía los pelos de puntos y una sensación eléctrica hormigueaba en mi estómago queriendo verlo lo antes posible.

Me levanté con una resaca impresionante por lo que fui abajo y saqué tres botellas de agua de la heladera para luego sentarme; tendría que eliminar el alcohol de mi cuerpo lo más pronto posible, no soportaba más esta jaqueca.

Luego de que aquello pasara y que yo no supiera cómo sentirme fui directo a un bar y me emborraché tanto hasta que no recordaba dónde vivía y creía que mi nombre era Carlos. No tengo idea de por qué pero tomé demasiado; supongo que quería callar a los malditos demonios que me gritaban, me llamaban y comenzaban a hacer que me sintiera mareado.

Prefería de por vida estar borracho a feliz y consciente con demonios susurrando.

Mierda; estaba tan hecho mierda.

Ya había tomado una botella y media de agua y seguía igual que hace unos instantes. Supongo que voy a necesitar tomar lo que me falta para lograr ir al baño y liberarme de este veneno corriendo a través de mí. Ojalá fuera tan fácil como eso liberarme de mis demonios. Algo tan simple como tomar algo y expulsarlos de alguna manera. Pero no es tan fácil. Estúpidos científicos, se preocupaban tanto en otras porquerías y no investigaban en cómo ayudar a su propia raza a volverse loca.

Terminé los tres envases y cansado me tiré sobre la mesa estirándome mis brazos sobre ella, moviendo mi cabeza de un lado a otro.— Mierda Harry, ¿qué me has hecho?

Liam:

Abrí mis ojos lo más que pude y miré hacia ambos lados; me encontraba en un sillón blanco, latas de cerveza esparcidas tanto como en el piso como arriba mío. Restregué mis ojos para desperezarme. Cuando mi vista se encontraba normal me levanté lentamente y me senté. Apoyé mis codos en mis piernas y dejé descansar mi cara sobre mis manos, cubriéndola con estas.

Traté de recordar lo que pasó anoche un poco lo que pasó anoche y mis ojos se llenaron de lágrimas…

Pensé que ir a la casa de Niall sería una buena idea. Louis nos dijo que necesitaba estar solo para pensar sobre algunas cosas, lo que nos pareció un poco extraño, pero no insistimos con el tema. Si lo hacíamos eventualmente se cerraría aún más en su caparazón y nadie necesitaba que eso pasara.

Luego de media hora de tomar cerveza Niall decidió tomar vodka y la combinación hizo que quedara completamente borracho y comenzó a tirárseme encima, pero no lo juzgué. No tenía juicio de lo que hacía. Comencé a reír.

—Calma, tigre.–dije sujetándolo de los hombros. – No me confundas con la capitana de las porristas. –bromeé un poco y él se rió.

—No me gusta ella.–dijo el rubio entre hipos. – A mí me gustan las chicas divertidas e intelectuales.–sonrió orgulloso mientras se contoneaba, no pudiendo controlar del todo bien su cuerpo.

—Niall, a vos te gusta todo lo que tenga culo y tetas, no me jodas.–levanté mis brazos al techo mientras fruncía el ceño y ambos comenzamos a reír.

☠ Pelea de Egos » Larry Stylinson ☠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora