Capítulo 12

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No sabemos nunca la repercusión que van a tener nuestro actos. Nunca pensé que todo lo que he hecho desembocaría en tantos problema, que las buenas intenciones siempre se quedan en eso, intenciones; o que no podemos escapar de nuestro pasado.

Tal vez debería haberle dicho todo esto a Lucía cuando me despedí, pero me gustaría que siguiese teniendo esa mentalidad inocente propia de las personas que no han vivido tanto todavía. Quiero que siga siendo inocente todo lo que pueda, que el nihilismo existencial no la toque todavía, y que confíe en un futuro mejor. Puede que, siempre que tengamos esperanza, el futuro tenga posibilidades de ser mejor.

Espero que todo le vaya bien.

Y Francisco. Tanta confusión nos envuelve que a veces no puedo distinguir sus expresiones como solía hacerlo, cuando eramos inocentes. Debo tener esperanza para que nuestros futuros sean mejores. Para que su futuro sea mejor.

No merece lo que le está pasando. Sin embargo, la nuestra era una situación insalvable. Uno de los dos tenía que caer. Y yo ya he caído demasiadas veces.

Después de bifurcar nuestro camino con el de Lucía, Francisco y yo fuimos directamente a encontrarnos con Carlos. Cuando salimos del coche, tuvimos un segundo para recomponernos antes de entrar. Limpié su labio roto con su pañuelo y, en ese momento, mientras nuestras miradas se cruzaban nerviosas, hicimos una promesa: no interferiríamos con la decisión de Carlos. Quien fuese elegido como honesto, aunque no lo fuera, el otro lo aceptaría. La otra persona quedaría eliminada del juego. Desaparecería de sus vidas.

La vida no es justa, ambos lo sabemos, a pesar de que, de vez en cuando, haya algún claro de luz. Un momento en el ojo del huracán donde nadie sale herido y donde todos salimos ganando. Pero ya habíamos aprovechado nuestro ojo de huracán para ayudar a Lucía. Ahora estábamos en medio de la tormenta una vez más.

Todavía no puedo creer la elección de Carlos, pero escogió amor a amistad sin pestañear. Una victoria no merecida para mí. Solo espero que Francisco esté bien, no importa dónde acabe, quiero que sea feliz.

Así que elijo tener esperanza.

Esperanza por un futuro mejor.

Para Lucía.

Para Francisco.

Para mí.

Fin.

Las chicas del cable - LucíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora