Un llamado

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Apocalipsis 3:20
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Empezaré por decirles que normalmente Dios está tocando esa puerta que dirige hacia tu vida solo que no lo escuchamos porque estamos empeñados en vivir nuestra vida, creemos que estar en los caminos de Dios es solo para personas débiles o ridículas.
Pero mientras vivimos esa "vida de normalidad" no podemos dejar a un lado la idea de que nunca seremos completamente feliz, porque las fiestas pasan, la borrachera pasa, el clímax de una relación termina, los paseos llegan a su última parada, el dinero y los lujos se acaban y entramos a la REALIDAD.

Justo en ese momento donde comienzas a analizar tu familia, esas discusiones, ese escalofríos de saber que no hay nada de dinero, y que me dicen de una enfemedad...momentos que quitan la paz del ambiente y no importa lo que hagas ese sinsabor aromatiza el ambiente.

Y si nos concentramos en nuestra vida fijándonos en nosotros, en quienes somos y qué hacemos con la vida, es difícil mencionar las libertades que se toma una persona ya que todos actuamos diferente, pero creemos disfrutar la vida en diversidad de placeres, tu sabes en que disfrutas la vida.

Déjame preguntar, no te pasa que hay momentos en los que sientes un gran vacío en el alma? como que nada de lo que hagas te llena porque todo es pasajero.

Aunque no es necesario llegar tan bajo para buscar de Dios, es lo que mayormente sucede porque es en medio de las dificultades y donde sentimos que ya no podemos más con nuestra vida en que contemplamos la idea de un Dios, alguien que venga a rescatarnos. Y entonces sucede en ese momento que nuestros oídos se hacen sensibles y escuchamos ese toque de Dios llamando a la puerta, solo depende de ti si le dejas entrar y cenar a tu lado, eso significa que el hará una obra en ti PORQUE TE AMA!.

En su presenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora