Lara Spencer es una estudiante de leyes de tan solo 21 años de edad. Todo cambia cuando se enamora de Nicholas Stanley su profesor de facultad de 38 años de edad. ¿Que sucederá cuando se enamoren? ¿que deberá enfrentar Nicholas para defender a su jo...
Me quite del camino y entro. Me observaba desde el otro lado de la sala, era inquietante. Volvía a sentir ese calor que viajaba hasta mis manos y miles de sensaciones que se alojaban en mi estómago.
El misterio que me provocaba aquella mirada era perturbadora. Unos instantes de silencio, decidió volver a preguntarme.
- ¿Quién eres en mi vida Lara? Es que no logro sacarte de mi cabeza, o al menos, ¿lo hice en mi accidente?.
Comenzó a caminar hacia mi. Mi corazón palpitaba, y cada vez era más intenso.
- Hazme recordar.
Sus manos rodearon mi rostro. Un beso intenso cubrió mi boca que me dejo sin aliento. Me aleje por unos momentos y lo mire, mi respiración era agitada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Me, ¿me recuerdas?
- No. Pero no dejes de intentarlo.
Me tomo de la cintura y nos fundimos en un beso, me besó el cuello y me dió un mordisco en la oreja. Me perdí en el y él en mi.
Me paré frente a él , y empecé a desnudarme, la luz tenue de la sala de aquel apartamento rodeo mi cuerpo y lo mire, el me observaba con la respiración agitada estaba lejos pero no lo suficiente.
- Por dios.
Se arrodilló frente a mi. Calló casi como desplomandose en el suelo. Contemplaba mi figura, y aunque sentí que estaba desnuda frente a un completo desconocido, era Nicholas quién estaba frente a mi, mi Nicholas el hombre de mis sueños, de mi vid
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Cómo es que no logro recordar?
-Lo siento. Susurré.
Camine hacia el , sus manos sujetaron mi cintura , mientras besaba debajo de mi ombligo , pero no tan debajo, mis manos se enteraron en su cabello. Hacia tiempo no sentía sus besos en mi piel, y si ésta sería la última noche que vería a Nicholas, quería tenerlo para mí.
Sus besos viajaron por todo mi cuerpo. Hasta llegar de nuevo a mi boca. Nicholas sin dudas era un buen amante.
- Eres bellísima Lara. Quiero que seas mía.
Comenzó a desnudarse, aunque había perdido peso, aún tenía su abdomen marcado, era perfecto para mi.
Me tomo en sus brazos y me llevó hacia la habitación.
Sentí su miembro viril una vez más dentro de mi, me temblaba la voz, le dije te amo. Las embestidas fueron más aceleradas y sentía que el éxtasis lo alcanzaría muy pronto.
- Te deseo tanto, no pares.
Grité su nombre, y el el mío.
Hacia el amor con un extraño al que no me recordaba.