De regreso a casa puedo ver la luz de la sala encendida, era pasada la medianoche. Antes de tomar la perilla de la puerta esta se abre sola y cuando levanto la mirada veo a papá con mala cara.
-Pasa Lara. Cierro la puerta detrás de mí.
-¿sucede algo? Miro a papa con cara de preocupación.
- ¿El profesor Stanley ya se marchó?
- ¿A qué te refieres papa?
-Sé que dijiste que el custodio no te siguiera, pero debes entender que no puedes estar sin protección Lara.
-Papá yo... déjame explicarte.
- Es demasiado mayor para ti hija, que quieres explicarme. Todo este tiempo engañándome.
-Papa eso no me interesa, yo lo quiero.
-va a lastimarte, tiene demasiada experiencia de vida. Tú apenas eres una niña, mi niña.
-Papa ya no soy una niña, soy una mujer. Por favor no quiero que te metas en mis asuntos. Subí las escaleras con mucha furia cerré la puerta de mi habitación de un solo golpe. Pude escuchar a papa tirando su vaso de whisky contra el suelo.
Esa noche no puede dormir y al día siguiente debía ir a la empresa, debía seguir ayudando a papa, pero como hacerlo si sé que estaría muy molesto.
-Buenos días señorita Lara tengo unos papeles para la reunión, necesito que los chequee. La secretaria me miraba de reojo es que mi cara era la peor aquella mañana, mis ojeras y mis ojos rojos eran un signo de que pase una mala noche.
- Gracias, y por favor un café.
Me senté en una pequeña oficina que papa me había asignado y estuve toda la mañana atareada, vi pasar a papa con un abogado de la empresa y pensé seguro que Nicholas ya no se va a dedicar a representarlo más. Maldita sea. Él había ayudado mucho a papa.
- Señorita Lara. tiene una llamada.
- ¿Hola?
- ¿Lara?
- Nicholas, ¿Que sucede? no me puedes llamar a la empresa. Era Nicholas, mi teléfono estaba en silencio.
- Lo sé pero tu teléfono...
- Si está en silencio en una hora tengo una reunión con papa.
- ¿Quieres venir a casa esta noche? Yo puedo pasar por ti luego de resolver unos asuntos.
- Bueno. Te espero.
No vi a papa hasta la reunión de la tarde, el seguía ofendido con migo. Pero debe entender que no soy una niña y que Nicholas me importa. Seré yo la única responsable si me lastima o no. Es que no podía alejarme de él.
-¿Papá podemos hablar? Estábamos ya solos en la oficina.
- Si hija. Pero debes entender que mi postura aún sigue siendo la misma y no quiero saber más nada del Sr Stanley en mi empresa. Es un excelente abogado, pero no es la manera de manejar estos asuntos.
-Papa porque no me das una oportunidad de explicarte como son las cosas.
-Basta Lara, no quieres que continúes con él. Papa parecía un completo desconocido en ese instante. Pero ¿qué es lo que lo enojaba tanto?.
- Muybien veo que no me escucharas hoy tampoco, pues mejor me largo. Realmenteestaba furiosa.

ESTÁS LEYENDO
Ese tipo mayor que yo
RomanceLara Spencer es una estudiante de leyes de tan solo 21 años de edad. Todo cambia cuando se enamora de Nicholas Stanley su profesor de facultad de 38 años de edad. ¿Que sucederá cuando se enamoren? ¿que deberá enfrentar Nicholas para defender a su jo...