Dos días pasaron desde que nos despedimos en el aeropuerto. Aún no sabía nada de él su teléfono estaba siempre apagado.
Estaba tan preocupada que fui hasta la empresa de papa. Necesitaba saber algo sobre Nicholas
Me asomo por la puerta de su oficina. Puedo verlo con altos de papeles en una llamada telefónica. Me hace seña para que entre con su mano.
-Muy bien. Comprendo. Entonces lo esperare hasta mañana pero las cosas se me van de la mano Stanley. Escucho que papa nombraba a Nicholas. Pero no puedo preguntar o pedirle el teléfono. Mi padre pensaría que estoy loca. Solo que él no sabe que estuvimos juntos en ese viaje.
- Hija querida. Disculpa tengo un día un poco complicado y hable con el señor Stanley. Toma asiento en su sillón mientras llama a la secretaría para que informara de una reunión mañana a primera hora.
-Sí papá, estaba por aquí cerca y decidí pasar. ¿Está todo en orden con el señor Stanley? Fue inevitable preguntar por él. Quiero saber que sucedió con él. Por qué no me ha llamado.
- Es que te veo algo preocupado y no lo he visto en su clase de ayer. Hoy tampoco asistió a la mía. Me inclino hacia mi padre.
- Si entiendo. Sé que está resolviendo unos asuntos personales y que está fuera del país. No sé más. Mañana a primera hora tendremos una reunión con unos inversionistas. ¿Asuntos personales? , la verdad es que no se mucho de Nicholas. Será que... acaso ¿estará casado o tendrá hijos?.
Me parece bien. Que resuelva sus problemas pero acaso no se acordó de mí. De lo nuestro. O será que no soy importante para él. Su repentina desaparición me tenía mal, aunque por otro lado, tuve mucha suerte en escuchar que se encontraba bien cuando hablo con papa, eso me dejó más tranquila. Pero el hecho que no me llamara ni una vez eso sí que no.
Papá se quedó en su oficina resolviendo unos asuntos. Yo regrese a casa ya era un poco tarde. Cuando estoy estacionando puedo ver un coche estacionado media calle más allá y un tipo alto apoyado en él.Trato de observar con detenimiento pero no logro ver mucho ya es de noche.
-Maldita luz que no funciona. La luz de la sala no funcionaba pero no le presto tanta importancia y me dirijo hacia mi cuarto a tomar una ducha. Ya estoy lista para dormir. Chequeo mi celular por última vez y nada, ni un solo mensaje de Nicholas.
Estoy soñando con sus besos, sus caricias y de repente escuchó gritos y él se aleja en una extraña bruma nocturna. Me despierto agitada.
– Dios, era una pesadilla. Reviso mi celular para ver la hora, eran casi las 2 am, baje por las escaleras hacia la cocina para tomar un vaso de agua, aun seguía agitada, al pasar por el cuarto de papá observo la puerta y está abierta, pero él no se encuentra allí seguramente aún sigue trabajando en su oficina.
Me dirigía a las escaleras cuando estaba bajando por la mitad, noto algo extraño, una de las cortinas flameaba por la brisa nocturna. No se veía mucho, la luz de la calle alumbraba hacia adentro y cuando estoy bajando el último escalón siento que alguien me sujetan y un grito se ahoga en aquellas manos oscuras. No podía reconocer su rostro, era un tipo alto y corpulento
– Por favor llévate todo, pero no me hagas daño. Trataba de no resistirme para que no me lastimara.
– Shh... callada, no te equivoques pequeña. Esto es un aviso, y será mejor que te cuides. Su voz era muy ruda y su aliento era de un fumador. Podía ver sus ojos violentos y su cruel risa.
– No entiendo. Mis muñecas dolían, me sujeto a una silla de la sala. Y me abofeteaba con furia. Mientras reía vi un reflejo en su mano.
– Pronto entenderás que hay personas con la que no debes relacionarte. Era una pequeña navaja.
- Basta por favor, qué quieres, dinero, llevate todo. Mi llanto era incesante.
- ¡¡Basta pequeña zorra!! Cortó mi rostro, en ese instante sentí como las lágrimas saladas ardían en la herida. Tapó mi boca con un trapo que recortó por allí.
– Está advertido. Fue todo tan repentino, tan extraño, tan agresivo. Parecía un mensaje mafioso. Luego de decir esa frase el tipo desapareció por la puerta trasera de la casa, logré escuchar que la cerraba de un solo golpe. No podía moverme, ni siquiera gritar por ayuda.
Estaba asustada, herida, sola y a oscuras, solo rogaba que no regresara...

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Ese tipo mayor que yo
Roman d'amourLara Spencer es una estudiante de leyes de tan solo 21 años de edad. Todo cambia cuando se enamora de Nicholas Stanley su profesor de facultad de 38 años de edad. ¿Que sucederá cuando se enamoren? ¿que deberá enfrentar Nicholas para defender a su jo...