parte 22

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Al entrar en su casa reviví aquel episodio. Como lo deteste.

-¿supongo que tu vives sólo aquí verdad?

-si. Visitó a mi hija en casa de su madre.

-¿como se llama la pequeña?

-Sarah.

-ya veo. No tienes fotos de ella por aquí.

-No me gusta explicar cosas de mi vida privada. Aquí recibo Muchas personas, clientes y...

-y...¿amantes?. Concluí su oración.

Una sonrisa se dibujo en sus labios que se veían amoratado por el frío,  me hizo poner nerviosa.
Lanzando una toalla me respondió.

- No sabia lo celosa que podías resultar.

Se saco su camisa, botón por botón mientras me miraba con esa risa crédula y muy sexy. Me quede observándolo como se desnudaba como una boba.

-¿No te secas? Puedes enfermar...seguía sonriendo aún más.
Maldito. Como me puede seducir así.

-me secare, pero no aquí. 

Tome las cosas y me dirijo hacia el baño de servicio con una bata que me presto. Tenia su exquisito perfume.

-Pues bien. Como prefieras. Prepararé café si gustas.

Sentí que me observaba desde el pasillo tenía la puerta del baño entreabierta. Saque mi ropa poco a poco casi de espaldas a el.

Tenia frío pero el calor de su cuerpo me abrazo. Sentía su miembro erecto chocar contra mi. En ese instante mis pesones se pusieron tensos y duros.
El me miraba a través del espejo mientras comenzó a besarme el cuello y luego los hombros.
Comencé a gemir con cada caricia.
Su mano viajaba  por mi abdomen, llegando a mi parte mas intima produciendo una electricidad en todo mi cuerpo que me ponia devil frente a el.

Mi cuerpo respondia perfectamente a aquellas caricias y cuando estaba lista para resivirlo me apoyo contra el mármol frío del baño, largue un gemido aún mas fuerte y poco a poco me penetraba con su miembro viril embistiendo cada vez más fuerte, sentía que me perdía en la lujuria del momento.
  Su caricias eran fuego en mi piel. 

-Lara mírame. Su voz ronca era acelerada. A él le gustaba tomarme. Pero no sabia cuales eran sus verdaderos sentimientos.

En cuanto a mi...Otra ves estaba pérdida por Ese tipo mayor que yo...

Ese tipo mayor que yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora